La tecla del duende
No puede resultar algo distinto de belleza y fraternidad, una tarde que se engalane con las pinturas de José Iván Morales, los versos de Lorenzo Suárez y la magia de Lecuona al piano, en interpretación magistral de Franco Rivero. Así, la casa cultural Amauta, de Pinar del Río, con Irma Rodríguez, la Dra. Irina y la pequeña Carolina como celosas anfitrionas, desplegó por segunda ocasión sus encantos, esta vez con un público de «muchachos» de la Universidad del Adulto Mayor. De Lorenzo, resumiendo el espíritu de la cita, es este soneto:
Después de todo. «Hazle caso al piar de las gaviotas/ agredidas de sol, de viento fuerte./ Ellas todo lo fían a la suerte/ en los riscos, las islas más remotas.
«Hazles caso a las huellas si las botas/ te llevan a algún sitio, eso te advierte/ que la sombra se esfuma y se revierte/ en haz de luz para las almas rotas.
«No esquives ese trino que oxigena/ al mismo corazón que gime en pena/ y si acaso te hieren, donde exhalas/ los últimos suspiros, mira al cielo/ y dispón de la fe para el consuelo,/ en los hombros más viejos nacen alas».
«Un parlamento, una escena, un filme. ¡La voy a entregar viva! ¡Viva, no quiero mentiras después! Luis Alberto García e Isabel Santos, protagonistas de un momento cumbre del cine cubano, inmortalizan una versión del combate urbano más extenso que tuvo lugar en la lucha clandestina contra Batista. Es Clandestinos, obra de Fernando Pérez, relato que enlaza múltiples acontecimientos reales de los años 50 del pasado siglo en Cuba, simbolizados en un grupo de jóvenes. Y este noviembre se cumplen seis décadas de aquella cacería en que Ángel Ameijeiras, Norma Porras, Pedro Gutiérrez y Rogelio Perea se batieron como titanes por su existencia y contra la injusticia. Es cierto que solo se salvó Norma. Pero los que cayeron, también entregaron viva una Revolución. Una nación. Y que viva». (Fernando Martínez Martí)
LL: ¿Por qué sigues en la tormenta? Afuera también hay sol. O
Yei: No me importan faraones, ni otros cientos de pretendientes. Te esperaré. Tu muchacho
ATJ: No hay dudas, entre nosotros todo es certeza. RA
Semilla
Querer a un hijo no es obligarlo a vivir con nuestras verdades, es ayudarlo a que pueda vivir sin nuestras mentiras. (Anónimo, enviado por la Dra. Miriam Rodríguez Betancourt)