La tecla del duende
El lema que a cada paso asalta cuando uno camina por las calles de Holguín, más que una consigna de las que a veces se repiten sin sentido, es una certeza impulsora. «Más holguineros, más podemos», vocean las paredes, balcones y pancartas. Y uno, tras un par de días caminando la Ciudad de los Parques, siente que sí, que mucho pueden.
Al menos los ocurrentes de la tertulia teclera de Juventud Rebelde en esa oriental región, así lo han asumido al festejar los diez años de aventuras en busca de la felicidad, ese tesoro intangible en cuyo descubrimiento se nos va la vida.
Liderados por la educadora Caridad Martínez Melián, nuestra Cary, los jóvenes de todas las edades que integran el movimiento han incorporado la premisa de que solo quien se da, crece; y llevan años repartiéndose entre escuelas, bibliotecas, círculos de abuelos, penitenciarías, expediciones a sitios históricos…
Han hecho montañas con los menguados recursos de cada uno de los entusiastas y el bien ganado apoyo de las organizaciones e instituciones de la provincia. En esta fiesta del 10mo. cumpleaños, celebrada en el céntrico Club Siboney, de la urbe holguinera, representantes de los comités provinciales del Partido y de la UJC, del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y de la colonia china, entre otras entidades, se sumaron al feliz encuentro.
Fueron reconocidos los colaboradores especiales que ha tenido la peña en esta década y los tecleros con más de cinco años en la guerrilla de almas que fundara el maestro de periodistas Guillermo Cabrera en suelo holguinero. Los medios de comunicación provinciales, al estilo de los colegas Elder Leyva, Roberto Ortiz, Rafael Oramas y Claudia Mara, también se sumaron a la amorosa cita. Yonny Frank mostró su destreza como DJ, y la música en vivo deleitó en las singulares voces de Gladys María, Juvenal Barata y Batallán.
Tarde dulce para regalarse amigos. Y la ocurrencia continúa, todos los meses, cada tercer sábado, a las 10:00 a.m., en la Casa de la Prensa de Holguín. Allí se sueña en grande.
Este redactor ofrece disculpas. En la crónica del Encuentro Nacional en Guaracabulla hubo ausencias que no debieron ser. Al reconocer que espirituanos y holguineros habían aportado de su bolsillo el alquiler de tres guaguas para llegar a la tertulia, faltó decir que también tuneros y avileños se pagaron su pasaje. Igualmente, entre los valiosos trabajadores de la escuelita y de la UBPC Camilio Cienfuegos que mencionamos, no aparecieron Bárbara Fraga, Sara Bravo, Iraida Estévez, Alberto Martín, Alexis Pérez, Dairy del Real, Haydée Pérez y Eugenio Falcón. Mención especial para Ana María Gómez Pesquero, quien ha alojado fraternamente durante varios años a los choferes de distintas provincias que llegan a la cita. Para todos, un fuerte abrazo.