Frente al espejo
«Agradezco a Heriberto Cardoso por su artículo El feo y dañino hábito de mentir (8 de enero). Me parece genial que se den a conocer estas reflexiones. Es una lástima que determinadas personas no tomen en serio lo escrito en este artículo y constantemente se esté violando el código de ética de los cuadros. Es muy duro, como bien expresa el autor, que se intente convertir en frase vacía la clara definición que aportó el líder de la Revolución, el compañero Fidel. Saliéndome un poquito del tema del concepto Revolución, soy del criterio que la mejor manera de decir es hacer». (Cary)
«Qué hermosa crónica (Taller de reparación sin patente, José Aurelio Paz, 6 de enero). Me ha dejado sin aliento. Un abrazo es algo que no se explica, si no se da. Gracias, José Aurelio, por esta bella lección y la idea de renovar el cariño entre los cubanos. Desde acá pongo mi capital de afecto y te pido me permitas ser copropietaria de tu negocio, aunque imagino recibirás miles de ofertas. Seré de los que me arriesgue contigo. Un abrazo». (Graciela Arantón, España)
«Todo lo que refleja este trabajo es una realidad (Sangre de cooperativa, Mayra García Cardentey, 3 de enero). Comenzando por los padres que sobreprotegen a sus hijos o no quieren que se les ensucien las manos con tierra, los inspiran a carreras de oficinas, a la sombrita, y no los estimulan a ganarse los frijoles que comen laborando en el campo, aunque sea en una interacción por un período de tiempo. Otra cosa es buscar la incorporación del joven con el joven; estar entre personas que imponen antiguas tradiciones puede conllevar a envejecer la mente de los jóvenes, a quienes les gusta trabajar cantando, bailando… y a los viejos eso les molesta. Motivemos a los jóvenes a alcanzar beneficios económicos cosechados con sus manos, y veremos cómo crece la incorporación y la producción, amén de que como jóvenes se diviertan y disfruten no solo en el campo». (Nébuc)
«Gracias a esta entrevista (El ballet se volvió un vicio para mí, José Luis Estrada Betancourt, 6 de enero), los lectores del diario hemos tenido la ocasión de conocer la trayectoria del bailarín Osiel Gounot y, sobre todo, de cómo la educación artística en el ballet en Cuba acompaña al individuo en esta difícil disciplina, en que la pasión ilumina el talento de aquellos que “siempre miran en el cielo el límite”. Felicitaciones, Osiel». (Francisco Rivero)