Frente al espejo
«Como una piñata de recuerdos salpicados de sol, como un pastel hecho de retazos de ayer y destellos perennes, es esta, tu crónica de hoy (Los niños son almas azules y limpias como los lagos, Melissa Cordero Novo, 15 de julio). ¿Cómo es que logras transformar en poesía todo lo que toca tu palabra? De verdad necesitaba leer algo así. Y con la misma ansiedad con que he bebido hasta el último sorbo de lo que escribes, ahora desgrano mis emociones y te agradezco…
«Te agradezco por la luz de cada vocablo elegante; por la plenitud de tu mensaje certero; por la belleza inocente de cada metáfora con olor a ternura. Guardas en tu alma mucho de ese azul que nos regalan los niños. Tienes —entre tantas otras cualidades— la virtud de conmover y aleccionar. Y a mí, que de tanto soñar nunca he logrado hacerme adulta, se me desborda la dicha cuando me hundo, plácida y pacientemente, en ese lago azul adonde deliciosamente nos arrastras». (M.M.P.)