Frente al espejo
«En el acto por el aniversario 155 del natalicio de José Martí celebrado en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), tuvo a su vez lugar la inauguración de la Plaza, cuyo proyecto correspondió al arquitecto Oscar Niemeyer y fue donado por este a Cuba. A todos nos llamó la atención la alegoría luminosa donde aparece un cubano, que con solo una bandera se enfrenta a un monstruo de colosales dimensiones. Es interesante el sentido que dieron al conjunto algunos vecinos: uno vio en el monstruo la cabeza del águila imperial —y en las orejas de burro al actual presidente de los EE.UU. Una maestra ve en la figura con la bandera a los mambises, los próceres de ayer, y a los revolucionarios de hoy. Es decir, los cien años de lucha del pueblo cubano contra el imperialismo. Yo pienso que Niemeyer se inspiró en Martí, cuando expresó en su carta póstuma a Mercado: “Viví en el monstruo y le conozco las entrañas, y mi honda es la de David”. Releyendo esa extraordinaria carta, estimo que debía publicarse ahora íntegra, porque dice muchas cosas que hoy están vigentes». (Aroldo Sainz de la Peña)
«Aunque no soy espirituana me he sentido muy familiarizada y sensible con su artículo (Sección Frente al espejo, ¿Un final diferente? del 2 de febrero y Sagrada Sancti Spíritus, Rosa Miriam Elizalde, 29 de enero). Algo muy parecido está ocurriendo con la Colonia Española y el Teatro Carlos Baliño, ubicados ambos en Guanajay, un pueblo situado a no más de 40 kilómetros de la capital. Cuando voy de visita a mi pueblo natal ya trato de no pasar cerca de ambas arquitecturas, o lo que queda de ellas. Como usted mismo dice, ¿qué final diferente puede tener esta historia en un país de precario bolsillo pero celoso de su identidad? Es una lástima que un pueblo con un significativo aporte a la cultura e historia de la nación no tenga la dicha de volverse a sentir orgulloso por poseer un teatro como lo era el Carlos Baliño. Y aunque su página no es para buscar soluciones, sí sentí que con mi solidaridad quizá pudiera ayudar a movilizar sensibilidades». (Lourdes de la Noval, Guanajay)
«He leído con mucho placer su artículo Crítica quiere decir ética (Pedro Ángel, 6 de febrero); en el plano personal un familiar muy cercano fue víctima de uno de esos artículos a que usted se refiere y fue muy doloroso para todos, en especial para la artista, verse tratada así. No estamos ajenos a la crítica, y nadie debe considerarse tan perfecto como para escapar de ella, pero nuestro pueblo merece que sea seria, profesional y constructiva. Como lector estoy totalmente de acuerdo con su punto de vista sobre el ejercicio de la crítica y encuentro su artículo muy equilibrado, profundo y oportuno, y, como usted, cuestiono: ¿dónde estaban los editores? Muchas gracias en nuestro nombre y en nombre de la cultura y los artistas cubanos». (Joaquín González).
«Leo con frecuencia los comentarios sobre los debates en las asambleas municipales de la UJC y otras organizaciones juveniles, en los que se ha hecho hincapié en que no se vuelvan a cometer errores y mejore la labor ideológica. Considero que ganaríamos mucho al otorgarle el peso necesario al criterio de que la familia es la primera escuela del hombre. Si este no recibió en el hogar una buena formación, no mostrará el interés necesario por las tareas cuando ingrese a nuestra Joven Guardia y concluirá siendo un militante de butaca.
«El estudio constante y el debate son vías para que la militancia comunista conozca y asuma la transformación de los problemas que afectan a la Revolución, preparándose así para desempeñar tareas de avanzada en nuestra sociedad. De ello depende la continuidad de nuestra obra...» (Ulises López Camué)
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