Acuse de recibo
El pasado 19 de marzo, Alfonso Fernández Otero denunció aquí que hacía más de tres años venían desbordándose las aguas albañales en dos de los cuatro edificios nuevos de Calzada de Buenos Aires No. 56, esquina a Consejero Arango, en el municipio capitalino de Cerro.
Refería que, tras numerosas gestiones con la Dirección Municipal de la Vivienda de Cerro y Aguas de La Habana, se logró contener el sistema colateral del edificio 2, donde él reside. Pero hacía dos años que los registros del edificio 1 se desbordaban. Iba el camión, limpiaba fosas, o destupía, y antes del mes volvía a verter por todo el costado del edificio 2 hacia la calle.
«En estos momentos, decía, existe una crítica e insalubre situación con peligro para la vida de los vecinos, por el grado de contaminación, vectores, excrementos de cerdos y mal olor, que no ha sido resuelto por nadie, no obstante los reportes del delegado».
Y concluía que en la Calzada de Buenos Aires hay una deuda pendiente de severa inmediatez, para una solución definitiva, bien estudiada y no con curitas de mercurocromo.
Vuelve ahora a escribir Alfonso, y cuenta que a los dos días de publicada aquí su queja, se presentó el Jefe de Brigada de la Cooperativa Desembarco del Granma y les informó que la Dirección de Saneamiento, por indicación de la Dirección Municipal de Vivienda de Cerro, los había contratado para realizar la obra y dar solución al desbordamiento denunciado. Y que estaban garantizados el presupuesto y los materiales necesarios.
En los días siguientes sustituyeron la línea que comunica un registro con otro que da salida detrás del edificio 2 y que, según los técnicos, constituía la principal obstrucción. Fue un arduo trabajo de excavación y sustitución de los tubos destruidos, y pasando para las líneas del edificio 1, desobstruyendo todas las que tenían grandes obstáculos y también estaban tupidas.
Estos trabajos se desarrollaron con calidad y ellos garantizan que ahora durante un largo tiempo no habrá obstrucción.
Dice que el delegado del Poder Popular reportó, se ocupó, y estuvo controlando diariamente la obra hasta el final, como factor determinante en la solución. Y ello debe servir de ejemplo de cómo debe actuar un delegado de circunscripción en cualquier lugar del país.
Solamente queda pendiente que las autoridades de Salud Pública actúen sobre el vertimiento en el sistema por parte de los vecinos de la calle colindante, de residuos y aguas albañales de porcinos en el sistema de estos edificios, lo cual contribuye a la rápida tupición de un sistema no diseñado para esta evacuación. Lo anterior fue reportado por el delegado a estas autoridades para tomar medidas que lo eviten.
«Los vecinos de Buenos Aires No. 56 agradecemos a todos los que han contribuido a esta solución, especialmente a su sección que estimula un final feliz a los problemas de la población», concluye.
Agradezco sobremanera a Alfonso su segunda carta, que se le ha adelantado a la respuesta institucional que deben dar los responsables al respecto, la cual esperamos para publicarla. Por lo pronto, todo parece indicar que sí se podía hacer un trabajo serio y con calidad. ¿Por qué no antes?