Acuse de recibo
EL pasado 29 de septiembre, y desde la capital, Rolando J. Rizo denunció aquí que el banco de transformadores de alto voltaje a nivel de la tierra en la primera entrada del reparto Sierra Maestra, carretera de Santiago de las Vegas a Managua, en Boyeros, tenía la puerta de reja de la cerca perimetral abierta, rota y tirada a un lado.
Aparte de la grave desprotección que esto revelaba, añadía, aquello allá adentro estaba rodeado de hierba alta y casi seca, proclive potencialmente a un incendio. Y cuestionaba que quienes tienen que velar por ello ni siquiera se hubieran enterado de lo que él captó a su paso.
Al respecto responde el ingeniero Mario Castillo Salas, director general de la Empresa Eléctrica de La Habana: «En las investigaciones realizadas se pudo comprobar que la queja realizada por el cliente fue solucionada, y fue necesario retirar la cerca perimetral, ya que obstaculizaba los trabajos con la grúa, al retirar un transformador que se encontraba averiado».
Agrega que se ejecutaron los servicios de restauración del cercado perimetral y los de chapea de la subestación. Y declara con razón la queja de Rolando, al tiempo que le ofrece disculpas por las molestias ocasionadas.
Agradezco la respuesta, aunque no profundiza en lo más importante: ¿Por qué llegó a estar tan desprotegida esa instalación eléctrica? ¿Quiénes son los responsables de ese descuido? ¿Qué medidas se tomaron con ellos, si es que se tomaron medidas? ¿Por qué tuvo que revelarse públicamente ese abandono para que se atendiera?
Marislay Rodríguez Ramos (calle 2da. No.5, entre 3ra. y Final, reparto Nito Ortega, Palma Soriano, provincia de Santiago de Cuba) revela su inconformidad con el tratamiento recibido en las oficinas de la empresa eléctrica en el municipio.
Su reclamación parte de que el 9 de agosto pasado el transformador que da servicio a su vivienda explotó y dejó al reparto a oscuras, y dañó en su hogar dos televisores, una caja decodificadora, tres bombillos y una cocina de inducción.
En la citada oficina concluyeron que fue la cocina de inducción la que provocó el daño a los equipos de su casa. Y la clienta desmiente esa versión, argumentando que al momento del incidente su cocina estaba apagada.
«La respuesta escrita que se me entrega —afirma—, dice que fue una descarga atmosférica la que provocó la explosión, lo cual no es cierto. Y cuento con testigos de ello. Así, en la notificación que me llegó se determinó por parte de la empresa que no procedía la reclamación.
«La Empresa Eléctrica de Santiago de Cuba —agrega—, sin realizar un diagnóstico profundo de la situación
ratifica que no procede la reclamación. Y para colmo el reporte de avería por el que yo realizo el reporte de daños a la propiedad no aparece. Evidentemente hay manipulación de las evidencias y los hechos en este caso.
«En estos momentos me encuentro esperando los resultados de la apelación de mi caso a la Unión Eléctrica, puesto que no estoy conforme con lo dictaminado, y expuse la valoración de mi situación a su Director general en espera de una respuesta más sensible y convincente», concluye.
René Serrano Rodríguez (San Miguel 156, entre Aguilera y Heredia, reparto Portuondo, ciudad de Santiago de Cuba) cuenta que es un viejo suscriptor de los periódicos nacionales y el provincial Sierra Maestra, y paga por adelantado ese servicio.
Sin embargo, reiteradamente los carteros no le traen los diarios hasta en lapsos entre uno y diez días. Pierde las publicaciones que pagó por adelantado, y pierde el dinero.
«A la administración del correo no se les ve tomar medidas efectivas ni sancionar a los carteros culpables. Por ello, me veo obligado acudir a este medio de prensa, que tiene la virtud de enderezar entuertos cuando los hechos se divulgan públicamente», termina.