Acuse de recibo
Por más explicaciones que se den, nada puede justificar que un colaborador cubano lleve ya un año en la patria, de regreso de su misión en el exterior, y no pueda disfrutar de estímulos que se ganó, con mucho sacrificio y lejanía de los suyos.
María Teresa Aldama (Lucena No. 216, apto. 3, entre Neptuno y Concordia, Centro Habana, La Habana) cuenta que en noviembre de 2010 concluyó su misión en el exterior como colaboradora del deporte, y en febrero de 2011 se le liquidó parte de la cuenta congelada que le pertenece. En marzo pasado recibió la tarjeta magnética que permite comprar en las tiendas de divisas con rebaja del 30 por ciento, pero no venía con la liquidación correspondiente.
Desde entonces ella se ha dirigido a Cubadeportes, del INDER (Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación). Siempre le toman los datos, le dicen que se va a resolver y la tarjeta sigue sin el dinero indicado.
El último intento fue el pasado 27 de octubre. Le aseguraron que ya todo se iba a solucionar, y ella se fue confiada a pesar de que muchas veces le habían dicho lo mismo. «Ya cumplo un año de mi regreso y no hay respuesta», concluye.
Un problema similar revela la misiva de Yunier Bombín Kell, metodólogo de Deporte Escolar y Sistema Competitivo en el municipio tunero de Manatí, y residente en calle 26 No. 30, reparto La Hortensia, en esa localidad, quien retornó en marzo de 2011 de una misión en la hermana Venezuela.
Y cuando me escribió, el 17 de octubre pasado, aún no le habían depositado en la conocida tarjeta del 30 por ciento la totalidad del dinero correspondiente a los dos años que permaneció en la misión. Tampoco había recibido la suma acumulada por descuento del 40 por ciento de su salario, al cual se acogió durante los últimos seis meses de su estancia allí.
Por su parte, Esteban Félix Herrera (Coronel Acebo sin número, entre Avenida de los Mártires y Juan Bautista Contreras, Ranchuelo, Villa Clara) retornó el 12 de abril pasado de Venezuela tras permanecer unos dos años allí de misión como colaborador del INDER.
Cuando estaba en la nación sudamericana le dieron la opción de un descuento mensual del salario que devengaba allí, para acreditarle una cuenta en Cuba que pudiera disfrutar.
Ya con más de siete meses de vuelta en el país, él y otros colegas solo han recibido el importe de esa cuenta correspondiente a octubre, noviembre y diciembre de 2010. «En diferentes ocasiones —subraya— hemos tratado de comunicarnos con Cubadeportes, pero las gestiones han sido inútiles, pues siempre la contestadora telefónica responde: “No hay nadie disponible para atender su llamada”».
La cuarta historia es la de Yroel Yacer Coutín (El Laurel 17, Sabanilla, Baracoa, provincia de Guantánamo), también profesional del INDER en ese municipio, quien en noviembre de 2007 partió hacia Venezuela como colaborador de la Misión Barrio Adentro Deportivo.
Entonces, Yroel dejó a su hermana como beneficiaria para cobrar su salario y la divisa que le correspondía. Y ella cobraba en el BANDEC (Banco de Crédito y Comercio) del municipio, hasta que dejaron de pagarle agosto, septiembre y octubre de 2008.
El motivo era un error en el nombre de la beneficiaria, y el Banco reintegró el dinero hasta que se subsanara. El desliz se rectificó en noviembre de ese año. Luego se le entregó la tarjeta magnética y no hubo más problemas.
Se le informó la deuda al funcionario que atiende Colaboración en la Dirección de Deportes municipal, quien lo elevó a Colaboración del INDER en la provincia. Y la respuesta de este es que elevaron a su vez el asunto a Cubadeportes, pero no habían recibido respuesta.
Como le sugirieron que hiciera sus gestiones personales, Yroel contactó telefónicamente con la Directora y el Departamento de Finanzas a nivel nacional en varias ocasiones.
«Estos anotaban los datos —señala—, y decían que iban a conciliar con BANDEC, y más adelante sería depositado dicho dinero en la tarjeta. La misma respuesta. Cuando cumplí la misión, me personé en Cubadeportes en julio de 2010 y me atendió la Jefa del Departamento de Finanzas. Me dijo que mi caso era conocido, que iba a resolverlo con otros pendientes. Que a partir de agosto de 2010 sería depositado el dinero. Y hasta la fecha ni dinero ni respuesta».
El respeto al colaborador se expresa también con el pago ágil y oportuno de sus honorarios, tan bien ganados. Una pregunta a Cubadeportes: ¿Qué lo impide?