Acuse de recibo
La multa debe pagarla el ciudadano primero, para que después pueda reclamarla. Y si se demuestra que fue injusta, le devuelven el importe. Eso está bien. Pero es inconsecuente que, luego de demostrada la improcedencia de la sanción monetaria, pasen casi dos años sin restituirle el derecho violado a esa persona.
La historia irrumpió aquí el 20 de agosto de 2010: un inspector de la Dirección Municipal de Vivienda le aplicó una multa de 250 pesos al capitalino Modesto Nodarse, el 19 de noviembre de 2008. Al siguiente día, él apeló ante la jefa del inspector, quien reconoció que era infundada la multa. Pero le orientó pagarla antes, para que procediera la reclamación.
Al otro día Modesto pagó la multa y se presentó ante el asesor jurídico de la Dirección Municipal de Vivienda, quien le informó que debía esperar el telegrama con la respuesta a la reclamación. Pero no fue hasta el 25 de octubre de 2009, y tras múltiples visitas a Vivienda, cuando recibió la comunicación que declara con lugar el recurso interpuesto, y dispone la devolución de lo abonado, lo cual se haría efectivo en la Oficina Municipal de Cobro de Multas.
Desde entonces, Modesto hizo una zanja prácticamente yendo a dicha oficina. Le devolvieron el dictamen porque decían que no se entendía uno de los números de la cuantía; luego era que no tenían dinero, o que debía esperar por un telegrama. El 26 de marzo de 2010, la administradora de la Oficina de Cobro de Multas pasó a la Dirección de Finanzas y Precios el documento que declara con lugar la reclamación. «Y para que se conozca hasta dónde llega el maltrato y la falta de respeto —señalaba Modesto—, hoy 28 de julio de 2010 no tengo respuesta ni me han devuelto el dinero».
Así, el 17 de diciembre arribó a JR la respuesta de Grisel de la Nuez, directora de Finanzas y Precios en Ciudad de La Habana, quien señala que cuando se publicó la queja de Modesto, «ya por nuestra parte se realizaban las gestiones pertinentes para la confección del documento establecido en el Procedimiento de Control y Cobro de Multas referido a la devolución de los importes, el cual se presenta a la ONAT del nivel municipal, donde se emite el cheque a favor del beneficiario para que este pueda cobrar el dinero efectivo en el Banco».
Precisa que el trámite descrito se efectuó «con la mayor celeridad», y el 10 de agosto de 2010 el beneficiario pudo recuperar sus 250 pesos.
Agradezco la respuesta y la atención al caso. Al menos Finanzas y Precios respondió; no así Vivienda para explicar por qué demoró tanto el fallo ante la reclamación: desde noviembre de 2008 hasta el 25 de octubre de 2009. Pero, volviendo a Finanzas y Precios, es evidente que después del fallo, Modesto tuvo que sufrir una larga letanía de tiempo para cobrar los 250 pesos por una multa mal impuesta. Y no se explica por qué tanto nudo burocrático, cuando para pagarla todo es obligadamente expedito.
Por estos días, entre tantas felicitaciones y buenos deseos para el Nuevo Año, Enrique Águila (Calle 25 No. 1012, esquina 4, Vedado, Ciudad de La Habana) quiere congratular al colectivo de trabajadores del capitalino teatro Mella, «que en silencio es un baluarte de la cultura cubana, y de honradez, dedicación y total espíritu de pertenencia».
En nombre de otros espectadores habituales del Mella, Enrique honra el fecundo trabajo de ese centro cultural en el año que concluye, y muy especialmente en el 22 Festival Internacional de Ballet de La Habana.
«Es de destacar —señala— la organización, la limpieza de los baños y el resto de las instalaciones, el cuidado del mobiliario, la atención afable, cortés y respetuosa hacia el público, la preocupación por la brillantez y el éxito de cada función; por el disfrute y satisfacción de cada persona que visitó ese teatro».