Acuse de recibo
La habanera Adelaida J. Ortega Calvo y su esposo (calle 12, No. 56, entre Ave. 13 y 13A, San Antonio de Río Blanco, Jaruco) no sabían ya qué hacer con el nuevo refrigerador. Su caso, publicado aquí el 27 de abril último, narraba una cadena de trámites que descongelaba el mejor de los ánimos.
Según narraba la remitente, el 4 de febrero de 2006 entregaron un General Electric del año 1957, funcionando, y recibieron un LG, de los asignados a núcleos de dos personas, para comenzar a pagarlo.
El recién estrenado equipo dio malos síntomas. Deficiente frío; los jugos, potajes y otros alimentos se echaban a perder con prontitud. Los veteranos se quejaron. Se lo cambiaron por otro de igual marca. De nuevo problemas. Adelaida lo reportó otra vez y le prestaron uno mientras en el taller municipal de Jaruco reparaban el suyo.
Una vez devuelto a la casa, el artefacto volvió a presentar deficiencias. Al taller. Reparación con importe de 65,40 pesos más el traslado. Pero las dificultades continuaron. Y los veteranos estaban «descongelados».
Con fecha 24 de mayo de 2010 llegó a Acuse la misiva de Tamara Valido Benítez, vicepresidenta del Consejo de la Administración Provincial (CAP) de La Habana, quien a su vez adjuntaba la respuesta de Marcelino Mederos García, administrador del Taller de Refrigeración de Jaruco.
Opina Marcelino que la información manejada, desde la carta de Adelaida, «se encuentra parcialmente distorsionada, aunque esto no invalida la esencia del problema (...) Plantea la compañera y el diario Juventud Rebelde que cambió su refrigerador el 4 de febrero de 2006. Resulta que el primer equipo LG en nuestro municipio se distribuyó el 29 de junio (...), unos cuatro meses después.
«Otra de las cuestiones que marca la distorsión y mala intención del Acuse de Recibo», comenta el directivo, es que no refleja algunos de los elementos de la epístola de la habanera, de la que él obtuvo copia.
«En el párrafo tercero de la hoja dos dice entre paréntesis: “cambien el equipo por otra marca, ya que esta no es competente” y en el párrafo cinco de esta propia hoja plantea también entre paréntesis que está pagando un equipo “inservible”».
Refiere el administrador que en visita efectuada a la familia el 28 de abril pasado, le manifestaron los afectados el interés de que le cambien el refrigerador por otra marca. «En esta visita se pudo observar que el evaporador de dicho equipo se encontraba completamente congelado, y a nuestro entender, dentro de los parámetros técnicos establecidos», apunta Marcelino.
Narra el funcionario que el 4 de julio de 2006, a unas horas de haberle entregado el aparato a Adelaida y su esposo, la familia se personó ante los trabajadores sociales para expresar su inconformidad. Se les cambió entonces por otro de igual marca.
Posteriormente —apunta— con el equipo aún en garantía, fue reportado el 14/06/2007. Se llevó al taller. Se reparó y se les entregó a los veteranos «funcionando perfectamente bien (...) Hasta el 10/09/09, que lo reportaron nuevamente por la misma situación. Se trasladó al taller, donde se abasteció de gas, cambio de filtro y mano de obra, para un importe de 65,40 pesos, por no encontrarse ya en garantía».
Además, concluye el administrador, en varias ocasiones su entidad se ha preocupado y ocupado personalmente de este caso, mediante visitas a domicilio, en las que han observado el frío «funcionando de forma normal».
Agradezco la misiva de Marcelino Mederos, pero obviamente debo señalar algunas cuestiones. Ninguna de las miles de cartas que llegan a nuestro espacio se publica íntegramente. Es responsabilidad del periodista sintetizar, captar las esencias, entregarles a los lectores un producto periodísticamente elaborado. Y en esta labor, que incluye comprender a fondo la situación que se narra, el hombre de prensa modula, equilibra, media, como indica la función social de los medios de comunicación. Ello no implica, como usted sugiere, «distorsión y mala intención» de quien redacta.
Por otra parte, salvo algunos detalles, como la fecha errónea, prácticamente todo el contenido de la carta responde a una realidad. Y esto lo sustenta la propia Vicepresidenta del CAP cuando afirma en su misiva que: «En un estudio realizado en el laboratorio de la Empresa Provincial de Servicio, [se comprobó] que estos equipos no tienen las mismas características técnicas de los HAIER, empeorando en los meses de verano o influyendo negativamente en dependencia de su uso y cantidad de elementos guardados».