Acuse de recibo
Cuando adquirió una bicicleta eléctrica Forza, Modelo XXF, el pasado 27 de mayo, Bárbara Y. Riverón sucumbió ante las complejas disposiciones con que muchas entidades manejan las garantías comerciales. Bárbara (Comandante Fajardo 50, altos, reparto Alcides Pino, Holguín) la compró en la TRD Caribe Modas Praga, de esa ciudad, por 987,80 CUC. El comercial le dijo que salía buena; y ella, ilusionada, cargó con una. A la semana, el sillín y un guardafango se averiaron, y los amortiguadores delanteros no servían. La llevó al taller, pero no pudo repararse. Las piezas no estaban en la provincia. A la otra semana volvió, y resolvió, excepto el guardafango. Rodó dos semanas más la Forza, y volvió a romperse: La batería sin carga total. Al frenar, no encendía el «stop». La alfombra, partida. El tenedor sonaba con el movimiento del timón, aparte de dos partiduras en el plástico. Bárbara fue a la Empresa y solicitó le devolvieran su dinero. Allí cruzaron palabras con el comercial, porque ellos querían dejar la bicicleta. Al final, él les facilitó un equipo donde transportar la inerme Forza a casa. Bárbara se dirigió entonces al director general, en Holguín, de Provari, entidad suministradora del equipo. Y este le planteó que no estaba en sus manos devolver el dinero, que llamaría al comercial en la instancia nacional. Tras 21 días de espera, le respondió por escrito que no puede devolverle el dinero; solo cambiarle el equipo por otro. Y argumentó: la propiedad especifica que no se devuelve el dinero, mientras existan bicicletas o piezas nuevas. Bárbara tuvo que aceptarlo, pero lo que nunca entenderá es que vendan un equipo sin calidad, por tan elevado precio.
Padres agradecidos: Beatriz Aguilera y Esteban Yero son dos padres felices allá en Lora 307-A, entre Zena y Pío Rosado, en Bayamo, capital de Granma. Y no es para menos: su hija de 12 años, Eliany Beatriz, que nació con una luxación bilateral de cadera, ha podido corregir el pie plano que ha sido atendido desde que tenía un año, gracias a un nuevo procedimiento quirúrgico en Cuba: el calcáneo stop. La técnica le fue aplicada por la propia doctora que la ha atendido estos 11 años en el Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez, de la capital: Maylén García, especialista en Ortopedia y Traumatología. Beatriz y Esteban agradecen la profesionalidad, dedicación y amor con que la doctora ha atendido a su hija, y le ha dado seguimiento en estos 11 años. «Son muchas las personas que se han servido de sus conocimientos y bondad. Es alguien con ilimitados amor y ética en su trabajo con los niños, aun en medio de dificultades, las cuales jamás han frenado sus deseos de hacer el bien», concluyen los agradecidos padres.
Un desagravio para esa abuela: Beatriz Castellanos (General Moncada 1169-A, Reparto Cárdenas, Banes, Holguín) estaba parada el 5 de abril pasado con su nieto de 11 meses, que padecía un ataque de asma, en la esquina de Torrenteras y Moncada. Trataba de parar un carro que la impulsara hasta el hospital de esa localidad. Eran las 9 y 30 a.m. cuando, desesperada, la abuela le hizo señas y gritó: ¡Al hospital!, al chofer de un equipo de la Empresa Eléctrica en Banes con chapa OTB-916. Este hizo caso omiso y continuó la marcha, a pesar de que la imagen de la señora con el niño cargado, las señas, el rostro y la frase, eran suficientes para conmover al más duro de los corazones. Al fin Beatriz pudo trasladarse, y de retorno del hospital, tres horas después, se encontró con el evasor, y le censuró en plena cara su conducta. El interpelado le dijo que se quejara donde quisiera. El pasado 15 de abril, Beatriz escribió al director de la OBE Eléctrica de Banes, detallándole los pormenores acerca de la negación de auxilio, con pelos y señales. Le manifestaba entonces: «Conductas como estas deben ser repudiadas, pues tanto ha hecho la Revolución para educarnos en la solidaridad, que esa manera de actuar no es digna de alguien que se sienta cubano. No establezco esta reclamación con ánimo de represalia, solo que, de no atacar estas malas acciones, pudieran repetirse y traer fatales consecuencias». La señora, que labora en Atención a la Población de la Organización Económica Estatal de Transporte en Banes, conoce bien que existen 60 días para darle respuesta al reclamante. Sin embargo, cuando me escribió el 15 de junio pasado, la respuesta de la OBE Eléctrica de Banes brillaba por su ausencia.