Acuse de recibo
La viceministra de Educación Superior Miriam Alpízar Santana responde hoy a la denuncia —reflejada aquí el pasado 16 de abril— de Elizabet Facundo, estudiante de Contabilidad y Finanzas de la Sede Universitaria Municipal de Jagüey Grande, en la provincia de Matanzas. Y eso es respeto, rendición de cuenta, democracia.
Elizabet revelaba en su carta que tanto ella como otros alumnos, provenientes del Curso de Superación Integral para Jóvenes (CSIJ), llevaban tres meses sin recibir el estipendio que se les paga, a pesar de sus reclamos en la propia sede y hasta en el Gobierno municipal.
Al respecto, la viceministra aclara que el estipendio para los educandos que provienen del CSIJ, lo pagaba el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social; y a partir de enero de 2008, esa erogación se hace en cada municipio, contra el presupuesto de cada universidad.
Para ello se tomaron las medidas organizativas y de aseguramiento, y se comprobó por el MES que cada universidad tenga las condiciones creadas para tal pago entre los días 10 y 20 de cada mes. Se ha mantenido un monitoreo.
Pero a raíz de lo revelado aquí, se hizo un análisis en la Universidad de Matanzas, y se comprobó la veracidad de lo denunciado por Elizabet.
«Fallas en las disposiciones emitidas por el organismo y por la dirección de la Universidad propiciaron que se afectara el pago a esta alumna y a otros estudiantes», señala.
Las causas fueron «irregularidades en los listados presentados por la Sede Municipal a la Dirección de Economía de la Universidad, quien no exigió oportunamente su presentación con las condiciones debidas, y permitió que no se ejecutara el pago. Lo más lamentable es que tal situación no se pudo resolver en tres meses, además de no haberse informado y aclarado oportunamente a la implicada y a la dirección del centro y del Ministerio».
Asegura Miriam Alpízar que la Dirección de la Universidad de Matanzas ha reconocido los errores, y la ausencia de un eficaz sistema de control que permita enmendar tales incumplimientos, así como la toma de medidas para la solución.
Precisa que la Universidad de Matanzas se comprometió a pagar las deudas este mes, y ya lo comenzó a hacer. «Se han tomado las medidas organizativas y disciplinarias para que se cumpla lo establecido, y se sancione como corresponda a los responsables de estas irregularidades, tanto en la Sede, como en las áreas implicadas en cada nivel de la Universidad».
También informa que este caso sirve de referente para que las universidades cubanas revisen este proceso en todas sus etapas en cada municipio. Así, se evitarán las afectaciones a los estudiantes en cuanto a «un derecho aprobado por el Gobierno cubano, y para el que están asegurados el financiamiento y los mecanismos de pago».
La segunda carta de hoy confirma felizmente que, de alguna manera, esta sección fue un Elegguá que abrió el camino... a Yabusito, en el municipio de Santo Domingo, provincia de Villa Clara.
El 11 de diciembre de 2007, reflejé aquí la queja de Yoel Jiménez, vecino de la finca Esperanza, en esa comunidad rural: el camino a Yabusito ya era intransitable. Los tractores no podían avanzar y nadie recordaba la última vez que entrara un ómnibus en aquella zona.
Ya no encontraban el camino para resolver el problema, a pesar de que el planteamiento iba y venía en las asambleas de rendición de cuenta hacía ya cinco años.
La respuesta la envía Mario Enrique García Muñoz, director de la Empresa Azucarera George Washington, quien precisa que dicha entidad decidió reparar capitalmente el citado vial: «Hoy, a través de Comunales logramos el financiamiento para la reparación capital de 14 kilómetros de extensión con la brigada de GECA que ejecuta dicho trabajo», precisa.