Leonardo Da Vinci murió un dos de mayo Autor: Pinterest Publicado: 03/05/2018 | 02:06 pm
Asume su nombre Plutón
Planeta enano Plutón Foto: National Gepgraphic
Plutón es un planeta enano del sistema solar situado a continuación de la órbita de Neptuno. Su nombre se debe al dios mitológico romano Plutón (Hades según los griegos). En la Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional (UAI) celebrada en Praga el 24 de agosto de 2006 se creó una nueva categoría llamada plutoide, en la que se incluye a Plutón. Es también el prototipo de una categoría de objetos transneptunianos denominada plutinos. Plutón posee cinco satélites: Caronte, Nix, Hidra, Cerbero y Estigia. Su gran distancia al Sol, 5900 millones de kilómetros, unido a su reducido tamaño, por lo cual puede ser apreciado con telescopios a partir de los 200 milímetros de abertura, fotográficamente o con cámara CCD. No fue hasta el año 2015 cuando la sonda espacial New Horizons pasó sobre el planeta y permitió apreciar por primera vez de forma nítida el aspecto real del planeta.
Plutón se descubrió el 18 de febrero de 1930 por el astrónomo estadounidense Clyde William Tombaugh desde el Observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona, y se consideró el noveno y más pequeño planeta del sistema solar por la UAI y por la opinión pública desde entonces hasta 2006, aunque su pertenencia al grupo de planetas del sistema solar fue siempre objeto de controversia entre los astrónomos. Incluso, durante muchos años existió la creencia de que Plutón era un satélite de Neptuno que había dejado de ser satélite por el hecho de alcanzar una segunda velocidad cósmica. Sin embargo, esa teoría fue rechazada en la década de 1970.
Foto: NASA
En la década de 1840, Urbain Le Verrier empleó la mecánica de Newton para predecir la posición de Neptuno tras analizar las perturbaciones en la órbita de Urano. Posteriores observaciones de Neptuno, a finales del siglo XIX, llevaron a los astrónomos a suponer que otro planeta, además de Neptuno, perturbaba la órbita de Urano. En 1906, Percival Lowell, fundador en 1894 del observatorio Lowell en Flagstaff, Arizona, inició un intenso programa de búsqueda del noveno planeta al que llamó Planeta X. Para 1909, él y William H. Pickering sugirieron varias coordenadas celestes donde podría encontrarse dicho planeta. Lowell y los miembros de su observatorio llevaron adelante la búsqueda, sin obtener resultados hasta la muerte de aquel en 1916. Sin saberlo, Lowell lo había fotografiado en sendas placas de marzo y abril de 1915 donde aparecía como un objeto débil. Hay otras catorce observaciones precovery conocidas, siendo la más antigua la hecha en el observatorio Yerkes el 20 de agosto de 1909.
La búsqueda del Planeta X se detuvo debido a una disputa legal de diez años con la viuda de Lowell. En 1929, el nuevo director del observatorio, Vesto Melvin Slipher, encargó la búsqueda a Clyde William Tombaugh. La tarea de Tombaugh consistió en la toma de pares de fotografías del cielo nocturno para, a continuación, examinar cada par y determinar si algún objeto había cambiado de posición. Usó para ello un microscopio de parpadeo, aparato que creaba una ilusión de movimiento al desplazar rápidamente dos fotografías sobre sí mismas y permitía así detectar cambios en la posición de los objetos o en la apariencia de las imágenes. El 18 de febrero de 1930, tras casi un año de búsqueda, encontró un objeto que se había movido en las placas tomadas el 23 y 29 de enero de ese año. Una fotografía de menor calidad tomada el 21 ayudó a confirmar el movimiento.
El descubrimiento fue noticia en todo el mundo. El observatorio Lowell, que tenía el derecho a nombrar el nuevo objeto, recibió más de 1000 sugerencias que iban desde Atlas hasta Zymal. El nombre “Plutón” —del dios romano del inframundo— fue propuesto por Venetia Burney, una estudiante de Oxford interesada en la mitología clásica, durante una conversación con su abuelo. Para elegir el nombre definitivo del objeto, a cada miembro del observatorio Lowell se le pidió que votara por una de tres propuestas: “Minerva”, que ya era el nombre de un asteroide; “Cronos”, que tenía mala fama por haber sido propuesto por el impopular astrónomo Thomas Jefferson Jackson See y “Plutón”. Este último recibió finalmente todos los votos. El nombre fue anunciado el 1 de mayo de 1930 y, tras conocerlo, Madan dio a Venetia cinco libras de recompensa. En la elección final del nombre ayudó que las dos primeras letras coincidieran con las iniciales de Percival Lowell.
Muere el Genio del Renacimiento
Foto: Leo Da Vinci
El escultor, arquitecto, ingeniero, pintor, anatomista, , paleontólogo, artista, botánico, escritor, filósofo, inventor, músico, poeta, urbanista y científico Leonardo da Vinci nació el 15 de abril de 1452 en Anchiano, una aldea cerca de la Ciudad de Vinci en el valle del Arno, dentro de los territorios de Florencia, Italia. Es uno de los principales exponentes del Renacimiento. Se destacaba por su profunda pasión por el conocimiento y la investigación, claros principios que destacan su obra. Se constituyó en un claro innovador en el campo de la pintura dando lugar a la evolución del arte italiano durante más de un siglo después de su muerte. Por otra parte, también se destacó en el campo de la ciencia, sus investigaciones en las áreas de anatomía, óptica e hidráulica, anticiparon muchos avances de la ciencia moderna.
Su enorme curiosidad se manifestó tempranamente, dibujando animales mitológicos de su propia invención, inspirados en una profunda observación del entorno natural en el que creció. Giorgio Vasari, su primer biógrafo, relata cómo Leonardo, siendo aún un niño, creó un escudo de Medusa con dragones que aterrorizó a su padre cuando se topó con él por sorpresa. Fue uno de los creadores que ha dado lugar a un mayor número de mitos sobre su persona. Considerado el paradigma del Homo universalis renacentista, incursionó en campos tan variados como la Aerodinámica, la Hidráulica, la Anatomía, la Botánica, la pintura y la Arquitectura, entre otros. Su legado ha sido tan impresionante como la magnitud de su mito. Sus fecundas investigaciones científicas fueron, en gran medida, olvidadas y minusvaloradas por sus contemporáneos, mientras que en su obra de pintor vieron en él un maestro y un sabio, que consigue elaborar y plasmar el ideal de belleza que preside la actividad artística del Alto Renacimiento. Como genio multiforme artista, arquitecto, músico, médico, ingeniero, diseñador e inventor- consiguió fusionar en su amplia obra las ciencias y las artes. Los manuscritos de Da Vinci, conservados celosamente en el museo francés Clos-Lucé, en Amboise, localidad donde murió a la edad de 67 años, son harto reveladores de su capacidad. Podría añadir que muchos de sus ingenios, tanto para explorar las técnicas pictóricas como las de la hidráulica, la anatomía, la escultura o la mecánica, necesitaron más de dos siglos para ser comprendidos. Inventor de la llave de tuercas, autor del famoso cuadro Mona Lisa, padre del anemómetro, o soñador del cambio de velocidad, por apenas citar una ínfima parte de cuanto aportó a la sociedad de entonces.
Leonardo en 1508, fue el primero en observar que al introducir la cabeza en un recipiente de cristal con agua se modificaba la visión. Con el paso de los años diferentes investigadores perfeccionaron esta antigua teoría hasta lo que hoy se conoce como lentes de contacto. A finales de 1513, Leonardo realizó sus investigaciones anatómicas en el Hospital del Espíritu Santo de Roma, pero se vio obligado a renunciar a sus estudios cuando en 1515, fue acusado de prácticas sacrílegas y el Papa León X le prohibió la entrada en el Hospital, truncando así su carrera anatómica. Leonardo proyectó, aunque nunca llegó a escribir, un tratado de Anatomía ("Il libro dell´Anatomia"). Aunque existen partes del mismo, la mayor parte de su trabajo anatómico se ha perdido. También realizó disecciones de cuerpo humano, y trazó dibujos de los huesos y músculos, los cuales se usan en las escuelas de medicina de hoy.
Hace 500 años, Leonardo Da Vinci resolvió un antiguo enigma astronómico: el misterio del brillo de la Tierra. Se puede observar el brillo de la Tierra cuando hay luna creciente en el horizonte al ponerse el Sol. Durante miles de años los humanos se han maravillado de la belleza de este resplandor ceniciento, o la luna vieja en los brazos de la luna nueva. Pero ¿qué era? Nadie lo sabía hasta el siglo XVI cuando Leonardo resolvió el misterio. En 2005, la respuesta puede parecer obvia. Cuando el Sol se pone en la Luna, ésta se oscurece —pero no completamente. Hay todavía una fuente de luz en el cielo: la Tierra. El Planeta Tierra ilumina la noche lunar con un brillo 50 veces mayor que una luna llena, produciendo el resplandor ceniciento. Visualizar eso en los años 1500 requería una imaginación desbordante. Nadie había estado nunca en la Luna y mirado hacia la Tierra. La mayoría de la gente ni siquiera sabía que en la Tierra orbitaba el Sol. La teoría heliocéntrica de Copérnico no fue publicada hasta 1543, veinticuatro años después de la muerte de Leonardo. Los cuadernos en que Leonardo hacía sus notas están llenos de bocetos de máquinas voladoras, tanques militares, escafandras autónomas y otros dispositivos fantásticos adelantados en siglos a su tiempo. Incluso diseñó un robot: un caballero armado que podía sentarse, agitar sus brazos, y mover su cabeza mientras abría y cerraba una mandíbula anatómica mente correcta.
Murió el 2 de mayo de 1519 en Amboise, acompañado de su compañero Francesco Melzi, a quien legó sus proyectos, diseños y pinturas.
Muere un estudioso de los fundamentos la célula
Foto: Times
El citólogo y bioquímico inglés Christian de Duve nace el 2 de octubre de 1917 en Thames-Ditton, Inglaterra, Reino Unido.
Estudió Medicina en la Universidad de Lovaina, Bélgica. Se doctoró en 1941. Fue catedrático de Bioquímica de la Universidad de Lovaina, y en el Instituto Rockefeller de New York. Centró sus trabajos en la secreción endocrina del páncreas, fundamentalmente sobre la insulina. Llegó a descubrir otra hormona pancreática, el glucagón. También investigó las funciones físicas de los lisosomas y los peroxisomas, describiendo el proceso por el que la acción de los lisosomas permite la introducción de algunas sustancias en el interior del núcleo celular.
Se le otorgó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en el año 1974 compartido con Albert Claude y George Emil Palade por haber descrito la estructura y funciones de los diferentes orgánulos en el interior de las células. Desde la década de 1980, Christian de Duve investigó el origen biológico de la vida. Su trabajo en esta área contribuyó al creciente consenso de que la teoría endosimbiótica es correcta; la idea de que las mitocondrias, cloroplastos y quizás otros orgánulos de las células eucariotas se originaron como endosimbiontes procariotas que se asociaron con células eucariotas primitivas.
En 1974, De Duve fundó el Instituto Internacional de Patología Celular y Molecular (ICP), un instituto de investigación multidisciplinaria biomédica. De Duve se retiró como profesor emérito de bioquímica de la Universidad Católica de Lovaina y la Universidad de Rockefeller en 1985 y 1988, respectivamente. Dirigió el ICP hasta 1991, fue rebautizado como Christian de Duve Instituto de Patología Celular en 1997.
Durante las últimas dos décadas, Christian de Duve estuvo investigando el origen y la evolución de la vida y la estructura y el significado del universo. Escribió varios libros al respecto.
Falleció el 4 de mayo de 2013. Eligió la eutanasia (suicidio asistido) tras ver cómo se deterioraba de una manera importante su salud en los últimos meses.
Se inicia de la radioastronomía
Foto: sitio digital Explora
Karl Guthe Jansky fue un ingeniero estadounidense. Fundador de la radioastronomía, se le debe la identificación de la primera fuente celeste emisora de ondas de radio. Nace en Norman, ciudad en Oklahoma, en los Estados Unidos el 22 de octubre de 1905. De profesión ingeniero de radiocomunicaciones, estudió ciencias físicas en Wisconsin. Allí trabajó para los laboratorios Bell Telephone en 1928, donde investigó las causas que producían interferencias en las comunicaciones telefónicas de larga distancia; atribuyó algunas de ellas a fenómenos eléctricos atmosféricos, tales como rayos; otras quedaron absolutamente desconocidas.
Jansky construyó en los Laboratorios Bell una antena diseñada para recibir ondas de radio en una frecuencia de 20.5 MHz (longitud de onda de 14.6 metros). Estaba montada en una placa giratoria que le permitía rotar en cualquier dirección, ganándose el sobrenombre de "Carrusel de Jansky". Tenía un diámetro de aproximadamente 30 metros y unos seis metros de altura. Girando la antena mediante un juego de cuatro llantas de un Ford T, podía detectar la dirección de la que una señal era recibida. Un pequeño cobertizo junto a la antena alojaba un sistema analógico de grabación que utilizaba lápiz y papel. Después de grabar las señales desde todas las direcciones durante varios meses, Jansky finalmente las clasificó en tres tipos de parásitos atmosféricos: tormentas, tempestades de truenos distantes y un débil silbido constante de origen desconocido. Pasó más de un año investigando la fuente del tercer tipo de estática. Los episodios de máxima intensidad surgían y se atenuaban una vez al día, llevando Jansky a suponer inicialmente que había detectado una radiación procedente del sol. Jansky publicó su ya clásico artículo "Perturbaciones eléctricas al parecer de origen extraterrestre" en Proc. IRE el 5 de mayo de 1933.
Jansky quiso dar continuidad a ese descubrimiento e investigar las ondas de radio de la vía Láctea con mayor detalle. Presentó una propuesta a los laboratorios Bell para la construcción de una antena parabólica de 30 metros de diámetro con mayor sensibilidad, que permitiría realizar mediciones más cuidadosas de la estructura y de la potencia de las emisiones de radio cósmicas. Los Laboratorios Bell, sin embargo, rechazaron su solicitud de financiación debido a que la emisión detectada no afectaría significativamente a su previsto sistema de comunicaciones transatlánticas. Jansky fue asignado a otro proyecto, abandonando su relación con el campo de la astronomía.
Muchos científicos estaban fascinados por el descubrimiento, pero nadie siguió en él debido a la Gran Depresión. Dos hombres que aprendieron del descubrimiento de Jansky en 1933 fueron de gran influencia en el posterior desarrollo del nuevo estudio de la astronomía de radio: uno era Grote Reber, que sin ayuda construyó un telescopio de radio en su patio trasero en 1937 e hizo el primer estudio sistemático de la radio las olas del cielo. El segundo fue John Kraus, que, después de la Segunda Guerra Mundial, inició un observatorio de radio en la Universidad Estatal de Ohio y escribió un libro sobre la radioastronomía, que es la "biblia" de los radioastrónomos.
Jansky murió a los 44 años de edad en un hospital de Red Bank (New Jersey) (actualmente llamado Riverview Medical Center), debido a una afección cardíaca, el 14 de febrero de 1950.
Muere el segundo descubridor de Cuba, Alejandro de Humboldt
Foto: Pinterest
Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von Humboldt nace el 14 de septiembre de 1769 en Berlín. Es considerado el “padre de la geografía moderna universal”. Fue un naturalista de una polivalencia extraordinaria, que no volvió a repetirse tras su desaparición. Sus viajes de exploración le llevaron a Europa, América del Sur y del Norte y Asia Central. Se especializó en etnografía, antropología, física, zoología -especialmente en ornitología-, climatología, oceanografía, astronomía, geografía, geología, mineralogía, botánica, vulcanología y humanismo.
Desde pequeño le atrae la naturaleza, se dedica coleccionar insectos y plantas, lo cual hizo que sus familiares le llamaran “pequeño botánico”. La herencia familiar le permite hacer realidad su sueño de viajar por el mundo. En 1799 inicia un largo viaje de cinco años a América. Durante la exploración del río Orinoco, comprobó su conexión con el sistema de drenaje amazónico, y logró colectar extractos de material botánico y especies biológicas; al final de su vida llegó a acumular 60 000 plantas, incluidas miles de especies nunca antes descritas. Estudió las corrientes oceánicas de la costa occidental de América del Sur, conocida hoy en su honor como corriente Humboldt; investigó los volcanes americanos y registró sus erupciones; midió el descenso en la intensidad magnética, según iba de los polos hacia el Ecuador, y el índice de la caída de temperatura con la altitud. Observó una lluvia de meteoritos, y su informe hizo aumentar el interés por ese fenómeno. Escribió de las antigüedades indias e introdujo en Europa los poderes fertilizantes del guano peruano. Fue el primero que se percató de la factibilidad del Canal de Panamá, lo que no se haría realidad hasta un siglo después. En Ecuador, escaló el volcán Chimborazo de 6310 metros de altura, algo que sólo se alcanzó una generación después.
Durante su periplo de cinco años por el continente americano, Humboldt visitó dos veces a Cuba. La primera fue el 19 de diciembre de 1800, al 15 de marzo de 1801. En abril de 1804 arribó de nuevo a la isla, en una breve visita de apenas un mes de duración. En conjunto dedicó a Cuba alrededor de cuatro meses, durante los cuales recorrió La Habana y sus alrededores, así como el sur de Trinidad. Se hospedó en la casa del conde de O'Relly, y departió con Don Francisco de Arango y Parreño y el Dr.Tomás Romay Chacón. Las investigaciones realizadas por Humboldt sobre Cuba, ampliaron los conocimientos de la geografía, las comunicaciones, la flora, la fauna, la topografía, el clima, los suelos, el cultivo de la caña y la fabricación de azúcar. Además, el científico alemán expuso una tesis sobre la formación de las Antillas y la constitución de la geología cubana, y confeccionó un mapa con mediciones exactas de la latitud de varios puertos y ciudades, entre ellas las de la de la Habana. A su regreso a Europa, dedicó una buena parte de su tiempo a registrar por escrito el resultado de su vasta y fructífera producción científica. En 1827 publica Ensayo Político sobre la Isla de Cuba, importante obra debido a su objetividad, da a conocer, por primera vez, la naturaleza y la sociedad de Cuba al mundo. José de la Luz y Caballero la reconoce como fuente de inspiración para sus estudios filosóficos y pedagógicos, por lo que le confiere el apelativos de “segundo descubridor de Cuba”.
Falleció el 6 de mayo de 1859 en su propia casa natal de Berlín. Fue sepultado en el parque del palacio de Tegel, el 11 de mayo de 1859, luego de un acto oficial en la Catedral de Berlín.