En una curiosa coincidencia con la jornada de la elección presidencial en Estados Unidos, el primer ministro isrselí, Benjamín Netanyahu, sacó de su equipo de gobierno al ministro de Defensa, Yoav Gallant, por «desacuerdos» respecto a la conducción de la guerra en Gaza contra el Movimiento de la Resistencia Palestina Hamás
Desde su presidencia demócrata, Biden asume en sus días finales como inquilino de la Casa Blanca el lamentable papel de protector y garante del régimen genocida de Netanyahu, la peor y más pesada herencia que pudiera dejar a su pretendida sucesora, si llega a ser electa
Netanyahu enfrió el entusiasmo de los enviados de Biden al exponer condiciones que muestran muy poca flexibilidad y apuntan a una continuidad de la guerra
El gobierno de Benjamin Netanyahu postergó muchas veces la decisión de lanzar un ataque a Irán
«No necesitamos comida ni bebida porque pronto nos asesinarán. Por favor, envíen algunos sudarios para cubrir nuestros cadáveres para que no se sientan asqueados por las escenas de nuestra sangre y heridas»
El apoyo político, financiero y militar del presidente Joseph Biden a la criminalidad sin límites del Gobierno israelí de Benjamin Netanyahu implica riesgos catastróficos para toda la humanidad
Tras un año de infructuosa guerra genocida en Gaza para liquidar la Resistencia Palestina, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu extiende la agresión a Líbano, Siria, Yemen e Irán, en una peligrosa aventura para librarse del desprestigio, con el salvavidas de Washington
Hay frases lapidarias que retratan relaciones, compromisos, ataduras. Tal vez la más conocida y gastada sea «hasta que la muerte nos separe». Con una intensidad semejante, Joseph Biden acaba de pronunciar su credo frente a la amenaza de un incendio bélico en Oriente Medio: «No se equivoquen, Estados Unidos apoya completamente a Israel»