Hay frases lapidarias que retratan relaciones, compromisos, ataduras. Tal vez la más conocida y gastada sea «hasta que la muerte nos separe». Con una intensidad semejante, Joseph Biden acaba de pronunciar su credo frente a la amenaza de un incendio bélico en Oriente Medio: «No se equivoquen, Estados Unidos apoya completamente a Israel»
En un alarde de impunidad total, Israel lanzó sobre la ciudad de Beirut sus poderosos bombarderos estadounidenses F-35 y en pocos segundos redujeron a polvo cuatro edificios residenciales en una barriada de mayoría musulmana chiita. Pocos minutos después, un vocero militar sionista anunció regocijado desde Tel Aviv la eliminación física de Hassan Nasralla, líder del movimiento de Resistencia Libanesa Hezbolá
Cientos de miles de manifestantes, incluidos familiares de los rehenes civiles y militares capturados por combatientes palestinos el pasado 7 de octubre, protagonizaron airadas protestas en Tel Aviv y Jerusalén contra el mandatario israelí
Se trata de la mayor ofensiva en Cisjordania —territorio bajo ocupación militar ilegal desde la guerra de junio de 1967— desde la Segunda Intifada
Es evidente que el régimen del apartheid colonial implantado en Palestina por la ocupación militar sionista tiene decidido asesinar al mayor número posible de niños, como uno de los pilares de la limpieza étnica
En su discurso ante el Congreso, Netanyahu abrió fuego contra los manifestantes contrarios a su visita, a los que llamó «idiotas útiles de Irán», mientras en las afueras del Capitolio se mantenían las protestas contra la ofensiva de Israel en Gaza
El desempleo altísimo alimenta las protestas bajo liderazgo estudiantil que exigían la reforma o abolición de un controvertido sistema de cuotas para empleos gubernamentales