Los cambios deben contribuir a elevar la calidad de nuestros campeonatos nacionales, pues los atletas tendrán otro incentivo ahora y seguramente retornarán más jugadores que habían emigrado en los últimos años. Autor: Osvaldo Gutiérrez/ACN Publicado: 22/12/2018 | 10:38 pm
El 19 de diciembre pasará a la historia del béisbol cubano como un día excepcional. Aunque algunos que probablemente jamás hayan empuñado un bate a no ser el de su euforia anticubana siguen tratando de obstruir la gran jugada del año, desde que se publicó la noticia del acuerdo entre la MLB y la Federación Cubana de Béisbol (FCB) lo que más abundan son festejos a un lado y otro del Estrecho de la Florida, y mucho más allá también.
De tanto soñarlo para bien de los jugadores, la pelota y la afición, parecía una utopía; sin embargo, ni en los contextos más lúgubres las partes negociadoras dejaron de transmitir un hálito de esperanza: las conversaciones siguen, y no decían nada más.
Cuando más frío parecía el asunto, llegó la firma simultánea del acuerdo entre la Oficina del Comisionado de la MLB y la Federación Cubana de Béisbol. Hacía tiempo no había un consenso tan grande entre los seguidores de la pelota de ambas partes y el mar no fue impedimento para los abrazos.
El paracortos holguinero y de la selección nacional Yordan Manduley aplaude este paso, «es muy importante, pues se podrá jugar en cualquier liga del mundo sin limitaciones, sin tener que abandonar definitivamente el país. Si el acuerdo se hubiera logrado un tiempo atrás, hubiera aspirado a llegar a las Grandes Ligas. Sé que ya no será posible, pero muchos jóvenes sí podrán intentarlo».
Para el jardinero de Industriales Yosvany Peñalver los cambios que vienen son muy buenos, «sobre todo porque es por el bien de la pelota cubana y sus atletas, debemos estudiar con detenimiento cada uno de los requisitos y demás cuestiones del acuerdo. Ahora no tenemos que someternos a ilegalidades, malos manejos, porque todo se hará con transparencia. Esto, sin dudas, aumentará las ganas de jugar en la Serie Nacional. Los jóvenes mirarán la Serie con más perspectivas».
El lanzador villaclareño Javier Mirabal dijo a JR que todo esto es una gran oportunidad. «Ahora hay que prepararse más, entrenar más fuerte, ponerle interés a todo, empezando por mejorar la disciplina y dar el doble de lo que podemos».
Desde República Dominicana, un talento que abandonó Cuba el año pasado para enrumbarse hacia la MLB, también nos dio su parecer sobre el pacto, aunque nos pidió no revelar su identidad.
«Yo salí de Cuba porque quiero jugar en Grandes Ligas, también quiero ayudar a mi familia económicamente, pero lo primero es llegar a firmar con un equipo, el que más me gusta es el Boston, aunque sé que será difícil. Algunos amigos me dijeron que esperara un poco antes de irme, pero se me dio la oportunidad y no lo pensé dos veces. Si hubiera sabido que la MLB se iba a poner de acuerdo con la Federación Cubana hubiera esperado. En mi provincia tenía buenos técnicos.
«Aquí en República Dominicana no me va tan mal como a algunos, y ya estoy encaminado, pero la vida es muy dura y si no tienes apoyo, alguien que te abra los caminos y te ayude, no llegas a ninguna parte en la pelota grande.
«Desde que se supo la noticia mi familia se comunicó conmigo pidiéndome que regresara. Ya he gastado mucho dinero. Mi viaje hasta aquí no fue fácil. He pasado de todo. No te voy a negar que extraño a mi gente y si hubiese imaginado que iba a haber un acuerdo así, ni muerto me hubiese ido».
El manager de Industriales, Rey Vicente Anglada, califica de magnífico lo acordado. «Es lo mejor que podía pasarle a nuestro béisbol, hubiera querido que se lograra mucho antes, pero fue ahora y bienvenido sea. Los muchachos tendrán la posibilidad de insertarse en Grandes Ligas y regresar a su país, estar con su familia, como todos los jugadores de MLB, porque nosotros éramos los únicos sin esa posibilidad, y sobre todo, me alegro porque no tengan que arriesgar sus vidas para irse del país que los vio nacer, crecer y formarse como peloteros.
«Ojalá que hubiera sido en mi época, cuando nosotros jugamos teníamos el mejor equipo amateur del mundo, pero no tuvimos la oportunidad de llegar al mejor béisbol del mundo. Para eso había que abandonar Cuba y yo amo este país, no puedo vivir sin mi Habana. Me hubiera gustado mucho probarme en Grandes Ligas o intentarlo al menos».
Y si aquí la noticia ha sido recibida con beneplácito por jugadores, técnicos, federativos, aficionados y la prensa, en Estados Unidos la comunidad cubana también se ha expresado a favor del convenio.
El pimentoso jardinero Yasiel Puig, quien jugó con los Elefantes de Cienfuegos y cuya franquicia, Dodgers de Los Ángeles, durante las dos últimas temporadas llegó a la Serie Mundial de las Grandes Ligas, celebró el pacto. «Vine como nunca debí llegar, pero esto no es para mí, sino para todos aquellos que en Cuba sueñan con llegar a Grandes Ligas, que le van a poner más pasión al juego, porque hay un premio más allá. Será bueno venir, jugar y regresar con tu familia», reprodujeron varios sitios digitales.
Las palabras de su compañero de equipo con los Elefantes de Cienfuegos y quien ahora juega en la organización de las Medias Blancas de Chicago, José Dariel Abreu, tuvieron también una gran repercusión en medios periodísticos y redes sociales: «Saber que la próxima generación de jugadores de béisbol cubanos no tendrá que pasar por el destino inimaginable de algunos jugadores cubanos anteriores es la realización de un sueño imposible para todos nosotros. Tratar con la explotación de contrabandistas y agencias sin escrúpulos finalmente llegará a su fin para el jugador de béisbol cubano.
«Hasta esta fecha, todavía estoy acosado. La próxima generación de jugadores de béisbol cubanos podrán firmar un contrato de Grandes Ligas, mientras que en Cuba podrán conservar sus ganancias como cualquier otro jugador del mundo, podrán regresar a Cuba, podrán compartir con sus familias, y podrán practicar el deporte que aman contra los mejores jugadores del mundo sin temor. Gran día para los jugadores de béisbol cubanos».
El acuerdo también es una forma de saldar una deuda histórica, pues Estados Unidos fue quien primero rompió sus vínculos con la pelota cubana. En 1960, el Gobierno norteño presionó para que se llevaran de La Habana la franquicia de la Cuban Sugar King, y les prohibieron a los peloteros norteamericanos jugar en la liga profesional cubana. Un año después aplicaron la misma restricción a los atletas cubanos contratados en clubes de las Grandes Ligas, según recuerda Ismael Sené estudioso de nuestro pasatiempo nacional.
Varios cubanos que juegan hoy en la MLB hicieron pública su satisfacción, pues el acuerdo debe ponerle fin al contrabando de peloteros. Foto: Tomada de MLB Cuba
Cambios que mi béisbol necesita
A lo interno de nuestra pelota este histórico pacto debe contribuir a generar cambios trascendentales, algunos de los cuales sugiere el exdirector de equipos orientales, y actualmente dedicado a la investigación, Franger Reynaldo Balbuena, en su libro Contratos del béisbol profesional norteamericano. Negocio o posibilidad de llegar a las Grandes Ligas, publicado por la Editorial Científico-técnica en 2017, un texto tan útil como oportuno en estos momentos.
Uno de los técnicos más actualizados en Cuba, el actual director de los Cachorros de Holguín, Noelvis González, enfatiza en que los atletas van a tener que cambiar la mentalidad, «pensar diferente, escuchar más, el que no escuche no mejorará su técnica, y sobre todo, los fundamentos, la parte conceptual del juego. La visión sobre el prospecto va a aumentar».
De acuerdo con la percepción de un scout internacional de una de las franquicias de la MLB que pidió que su identidad no fuera revelada, dentro de cuatro o cinco años se verán los progresos. «Los padres se motivarán, aumentará el amor de los fanáticos por la pelota, habrá influencia del béisbol que se juega en Estados Unidos, sin que el de Cuba pierda sus esencias, su escuela, su estilo. Los entrenadores dispondrán de más información actualizada, en un futuro lo más seguro es que se construyan academias, haya intercambios, se preparen los equipos de las Grandes Ligas allá. Será beneficioso para todos».
Por su parte, Carlos Martí, el más experimentado de los directores cubanos en la Serie Nacional y mentor de la selección cubana en los eventos internacionales más recientes, pondera también las oportunidades que se abren con este acuerdo entre la Federación Cubana de Béisbol y MLB. «Debe generar recursos para los atletas, más guantes, pelotas, bates, mascotas, arreos, y los campeonatos deberán ser más largos. Este momento debe servir para que repensemos nuestro sistema competitivo. Nuestros torneos cubanos no pueden ponerse al remolque de los contratados y las competencias internacionales. Debemos capitalizar este hecho histórico para que los niños y jóvenes amen más nuestro deporte nacional, jueguen en todas partes».
Benito Camacho, coach de banco de Industriales y quien dirige un equipo en la Liga Norte de México, apunta que seguramente un grupo de jugadores cubanos que emigraron y están en ligas independientes sin muchas perspectivas van a regresar a nuestra Serie Nacional y eso contribuirá a elevar la calidad competitiva del campeonato.
Que más de 30 peloteros hayan retornado y estén en la actual Serie Nacional es una muestra de que esa oportunidad puede ser aprovechada por muchos más después de este acuerdo, pues tendrán desde Cuba un camino seguro, ordenado y legal para llegar a la MLB.
Entre los retos inminentes para el béisbol cubano, Franger Reynaldo insiste en una idea que ha defendido en los últimos tiempos, «ahora más que nunca se necesita de un centro nacional de entrenamientos».
Aunque el acuerdo no tiene carácter retroactivo y rige para los atletas contratados por la FCB, es un paso importante en las aspiraciones de contar con una selección nacional más competitiva, capaz de devolverles a las vitrinas cubanas las medallas que se han perdido en los últimos años.
Anglada se siente muy esperanzado y le gustaría ver un equipo con jugadores de «aquí y de allá». «La palabra unificado no me gusta, porque todos somos cubanos, los que están allá los formamos nosotros y en un momento determinado defendieron la bandera cubana y sé, porque he conversado con muchos, que quieren representar a su país nuevamente».
El talentoso santiaguero Oscar Luis Colás podría ser uno de los primeros fichajes. Foto: Yuhki Ohboshi
Moviendo la brújula
Si bien el sueño de casi todos los peloteros es llegar algún día a la Gran Carpa y probarse en el mejor béisbol del mundo, este acuerdo abre también las puertas del circuito del Caribe, cuyas ligas están afiliadas a la MLB, por lo que los atletas con residencia en Cuba no podían ser contratados en ellas.
Noelvis González considera que habrá un diapasón grande para el béisbol cubano. «Llegó cuando no tenemos el mejor talento para impactar en el mercado de la MLB, posición por posición estamos pasando por un momento que no es bueno en nuestra Serie Nacional, por eso pienso que se van a interesar más en los jóvenes y en darles seguimiento a las categorías menores.
Con el mentor de los Cachorros coincide el cazatalentos de MLB: «Creo que durante los primeros años nos vamos a enfocar en los muchachos entre 18 y 25 años. No veo muchos peloteros de más de 25 que sean interesantes, pero sí pueden impactar en el mercado invernal de Puerto Rico, República Dominicana y México.
«Me gustaría ver el campeonato nacional sub-15 años, para hacer el seguimiento. Esto no es asunto de ver al jugador una vez y ya, el trabajo de nosotros es de seguimiento, observar cómo cambia el físico, la ética de trabajo, el progreso, las herramientas, cuál es el progreso y poderlos proyectar».
Ambos piensan que el mercado invernal del Caribe puede ser una buena oportunidad también, sobre todo para jugadores de más de 25 años. No obstante, el director de Holguín reconoce que ese circuito está lleno también de atletas con calidad. Por eso no todo el mundo podrá jugar fácilmente ahí.
Yordan Manduley es uno de los potenciales fichajes en algunas de esas ligas. «En la Serie del Caribe del año pasado el gerente y el director del equipo Magallanes, de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, estaban interesados en que les prestara mis servicios. Seguiré entrenándome para ver si se me da la oportunidad, pues esas ligas son más fuertes que la CAN-AM, donde he jugado en las últimas cuatro temporadas».
Benito Camacho considera que hay varios atletas nuestros que pueden jugar muy bien en esas ligas. De los Azules mencionó a dos que podrían ser fichados en México, aunque dice que no son los únicos: Stayler Hernández y Wilfredo Aroche.
Sin embargo, en casi todas las listas difundidas en los últimos días sobre los presuntos primeros fichajes por la MLB aparece el santiaguero Oscar Luis Colás, quien en las dos últimas temporadas estuvo en la academia de los Halcones de SoftBank, el club campeón de la Liga Profesional Japonesa (NPB, por sus siglas en inglés).
Oscar, el único de los que jugó en aquel país que se incorporó a la actual Serie Nacional, ha expresado su interés de llegar a las Grandes Ligas. Sobre él, Noelvis González apuntó que «tiene potencial y herramientas: fuerza al bate, aceleración del swing, buen brazo, puede jugar una buena primera base, no tanto en los jardines porque le hace falta mayor desplazamiento, y señaló que aún es muy joven, pero debe mejorar algunos aspectos, fundamentalmente del bateo. Hay rectas que está viendo ahora por primera vez en Japón con las máquinas que tiran más de 90 millas. Es uno de los candidatos más fuertes a romper el hielo».
Abiertas las puertas, rotos los muros, despejado el campo, ya se gritó play ball, toca ahora jugar el único partido que tiene de antemano un gran ganador: el béisbol cubano.
El paracortos Yordan Manduley quisiera moverse de la liga CAN-AM hacia una de las del Caribe. Foto: Tomada de LeSoil