Mijaín López (arriba) es el único hombre seguro de la lucha cubana, en cinco combates, Mijaín solo permitió ¡un punto! durante el Campeonato Mundial de Lucha con sede en Herning, Dinamarca Autor: Reuters Publicado: 21/09/2017 | 04:51 pm
Para nadie es un secreto que, según marchen los deportes de combate, así transitará Cuba en cuanto evento múltiple intervenga, sea en Juegos Centrocaribeños, Panamericanos u Olímpicos.
«No hay prisa. Dejemos que los rivales se embullen. Cuando lleguen las competencias de boxeo, judo y lucha, mejoraremos en el medallero final». Esta frase la he escuchado de muchos especialistas cubanos —entre los cuales me incluyo— en numerosas ocasiones. Cuando parece que «se nos cierra el cuadro», llegan entonces las combinaciones y los efectivos ganchos, los ippones e inmovilizaciones, o los volteos y pegadas que nos empinan en la tabla de posiciones.
Pero, ¿siempre será así? Recordemos cómo en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007, esa «ave Fénix» vaciló en llegar. Y en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, apenas se presentó. Realmente, no estamos en condiciones de esperar por su arribo en próximos certámenes. Si queremos dar la hora en el Big Ben, el famoso reloj de Londres, durante la cita estival de 2012, ya está dada la voz de «alerta máxima».
Tras concluir este año los campeonatos mundiales en esos tres deportes, claves en nuestro contexto, solo se recogió una cosecha de ¡dos títulos! Sin menospreciar el valor de las medallas de plata y bronce, cuya «captura» también se torna extremadamente difícil, es válido puntualizar que las de oro aquilatan más y levantan el ánimo del resto de los concursantes.
Nuestros lectores que, cubanos al fin, siempre siguen las incidencias de estas modalidades de combate, habrán apreciado cómo se han repartido las medallas entre un número mayor de países durante los últimos certámenes internacionales. Sin embargo, el hecho de que Cuba solo firme par de títulos, nos convoca a todos al análisis más detallado.
Sin hacer leña del árbol caído, y obviando por un momento las deserciones que «debilitaron» a los tres colectivos, echemos un vistazo a lo acontecido en las justas universales de agosto y septiembre.
En Róterdam, con un equipo de nueve representantes, los judocas se alzaron con las preseas de plata de Yanet Bermoy (52 kilogramos) y Oscar Brayson (+100 kg), así como con el bronce de Idalis Ortiz (+78 kg). Matemáticamente, el resultado es positivo, pero tal y como ocurrió en Beijing, regresamos sin títulos. Eso solo había sucedido en Barcelona 1991, durante la segunda participación cubana en justas mundialistas.
Luego, con una nómina pletórica de debutantes, la selección de boxeo cruzó guantes en Milán. Y la rúbrica fue de un título para el ligero welter Roniel Iglesias, a quien solo le marcaron siete puntos en cinco combates. También se alcanzó una medalla de plata, de Osmay Acosta en los 91 kilos, y dos de bronce, al aval del gallo Yankiel León y del titular mundial juvenil José Larduet (81 kg). Así, Cuba accedió al tercer lugar por países igualada con Uzbekistán. Mientras, la manifiesta paridad competitiva dictaminó que Rusia e Italia, primer y segundo escaños, respectivamente, fuesen los máximos dueños de títulos: ¡con dos!
Sobre el cuadrilátero hubo entrega de los representantes cubanos, pero el talento no pudo descifrar las pericias y mañas de sus más avezados rivales europeos y asiáticos, muchos de ellos con coronas mundiales y olímpicas. Por eso, no sorprende la cosecha criolla.
Pero, sin llamarnos a engaños, lo cierto es que «el buque insignia» precisa de más fogueo allende los mares, frente a los potentes cuadros rusos, uzbecos, kazajos e italianos. No basta con subir al ring para enfrentar a púgiles del área sudamericana o centrocaribeña. Por demás, también hay que mejorar el nivel cualitativo en nuestros torneos Córdova Cardín.
El cierre de estos tres principales deportes de combate fue en Herning, Dinamarca, sede del Mundial de Lucha. Nuestro botín fue de una medalla de oro «cantada» para el luchador grecorromano Mijaín López (120 kilogramos) y par de terceros escaños, al aval de los también grequistas Pedro Isaac (66 kg) y Pablo Shorey (84).
La lucha libre, que en la pasada edición de Bakú 2007 había conseguido cuatro medallas, esta vez «se fue en blanco».
El balance general habla a las claras: solo dos medallas de oro, tres de plata y cinco de bronce.
Nunca antes había sido tan «anémico» de títulos un primer año de cuatrienio olímpico para nuestros deportes de combate.
Sumemos a ello que el cetro del rey pinareño Mijaín era casi al seguro, por el respeto que le tienen los rivales a sus potentes volteos y desbalances. En cinco combates, Mijaín solo permitió ¡un punto!, en el último período del combate por el pergamino dorado ante el estadounidense Dremiel Byers. El ruso Baroev, su más enconado rival, se ausentó de la justa, y solo el talentoso turco Riza Kayaalp, bicampeón mundial juvenil, le dio batalla y se torna su más peligroso oponente para los futuros torneos.
Por otra parte, el título de Roniel sí estaba en los planes, como otros que después no se hicieron realidad. Y les recuerdo que en los Juegos Olímpicos de Beijing, el pinareño fue despojado de la victoria en su pleito por el pase a semifinales, por lo cual se tronchó una posible medalla de oro.
Entonces, cabría preguntarnos en este año 2009, que se inicia el ciclo de cara a la justa estival londinense: ¿Y si Mijaín y Roniel no se «ramifican»? ¿Y si sus cualidades y arsenal técnico no se «interpretan» cabalmente por los restantes atletas de las modalidades de combate? Entonces habría que hacer un esfuerzo extraordinario para alcanzar al menos ese pálido lugar 28 obtenido en Beijing 2008.
Aún le resta mucho a nuestros deportes de combate antes de acceder a la cita londinense. Certámenes como los Juegos Centrocaribeños de Mayagüez 2010 (Puerto Rico) y los I Juegos Olímpicos de la Juventud, también el próximo año en Singapur, así como la justa panamericana de Guadalajara 2011 (México) y otros campeonatos mundiales, serán termómetros para medir de nuevo la temperatura. Esperemos tiempos mejores.
Para su archivo
Mundial de judo (Róterdam, Holanda, del 26 al 30 de agosto): Yanet Bermoy (52 kg) medalla de plata, Yurisleidys Lupetey (57 kg) eliminada en su segundo combate, Yaritza Abel (63 kg) eliminada en su primer combate, Kaliema Antomachín (78 kg) séptimo lugar, Idalis Ortiz (+78 kg) medalla de bronce, Yasmani Píker (60 kg) eliminado en su segundo combate, Asley González (81 kg) eliminado en su primer combate, Oreidis Despaigne (100 kg) eliminado en su tercer combate, Oscar Braison (+100 kg) medalla de plata; Mundial de boxeo (Milán, Italia, del 1ro. al 12 de septiembre): Daniel Matellón (48 kg) eliminado en cuartos de final, Yampier Hernández (51 kg) eliminado en cuartos de final, Yankiel León (54 kg) medalla de bronce, Yasniel Toledo (57 kg) eliminado en cuartos de final, Idel Torriente (60 kg) eliminado en cuartos de final, Roniel Iglesias (64 kg) medalla de oro, Carlos Banteur (69 kg) eliminado en octavos de final, Rey Eduardo Recio (75 kg) eliminado en octavos de final, José Larduet (81 kg) medalla de bronce, Osmay Acosta (91 kg) medalla de plata, Erislandi Savón (+91 kg) eliminado en cuartos de final; Mundial de lucha (Herning, Dinamarca, del 21 al 27 de septiembre), estilo libre: Luis Ibáñez (55 kg) lugar 30, Maikel Pérez (60 kg) octavo lugar, Geandry Garzón (66 kg) lugar 15, Iván Fundora (74 kg) lugar 17, Reinieris Salas (84 kg) octavo lugar, Disney Rodríguez (120 kg) quinto lugar, Yamilka del Valle (59 kg) lugar 16; estilo greco: Gustavo Balart (55 kg) lugar 13, Hansel Meoque (60 kg) lugar 25, Pedro Isaac (66 kg) tercer lugar, Raúl Consuegra (74 kg) lugar 14, Pablo Shorey (84 kg) medalla de bronce, Yasmani Lugo (96 kg) lugar 30, Mijaín López (120 kg) medalla de oro.