Los Van Van y los raperos. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 05:21 pm
La Cuba de cada día, hablada por cronistas, y redimensionada en sus esencias melódicas tradicionales y más contemporáneas se asomó anoche al capitalino cine Acapulco. Créeme, el tema de Vicente Feliú, inspiró el performance-concierto que el artista de la plástica Michel Mirabal y un grupo de músicos ofrecieron por casi dos horas, como parte del programa de la XI Bienal de La Habana.
Con un discurso cotidiano nos llegó la mirada sobre nuestro entorno hecha por Silvito «el libre», Raudel, de Escuadrón Patriota; Soandry, de Hermanos de Causa, Barbarito «el Urbano», Vargas; Carlitos, «Mucha Rima»; Maykel Xtremo y en un momento se escuchó también la voz grabada de Al2, de los Aldeanos.
Ellos hicieron del hip hop también un género criollo, al ofrecernos no solo esa perspectiva desde sus textos, sino también desde la armonía. Y en esa visión de nutrirse de tales elementos, los artistas mezclaron su poesía realista con propuestas de mucho arraigo y popularidad en la escena sonora nacional.
Así fue como Soy, esa canción de Buena Fe, que tuvo una versión pop-rock-hip hop en la que Israel Rojas y Raudel establecieron una conexión sin igual.
Del otro lado de la escena los rostros describieron una expresión mayúscula cuando Juan Formell y los Van Van se sumaron al convite y estamparon también su huella en la velada, al compartir sus «tumbaos» con la rima hablada de los raperos, para dejarnos un sabor de remozamiento en Control, vivificado además con la excelente mezcla del DJ y el toque en vivo de las pailas por Samuel Formell.
El espectáculo fue coloreado además, por Alexander Abreu que con las notas musicales salidas de su trompeta, hizo la apertura melódica; mientras el actor Jorge Perugorría, en su papel de maestro de ceremonia, nos dejó una sobria introducción.
Y por fin llegó Créeme de la mano de su creador, Vicente Feliú, quien dio el color justo a la noche que, aunque no cerró allí (como concepción artística sí debió serlo), nos dejó ese grafiti de Michel Mirabal como fondo del escenario y una sensación de volver a apreciar la propuesta de este grupo de artistas del hip hop underground que se inspiran en las esencias de esta Cuba actual.