Estudiante de Comunicación Social de la Universidad de La Habana (UH) Autor: Juventud Rebelde Publicado: 13/03/2021 | 11:48 pm
Su cuarto se ha convertido en una especie de santuario pero con cables, laptop, celular, libretas y todo cuanto necesita para estar al día con sus clases. Para Lorena Pérez Rodríguez —que en este marzo ha comenzado su último año de universidad— la nueva «modalidad» conlleva también el reto de manejar los tiempos en la casa para poder dedicarles atención a todas las asignaturas, a la vez que lidia con los contratiempos tecnológicos que hasta el momento ha presentado la educación virtual en Cuba.
A esta estudiante de Comunicación Social de la Universidad de La Habana (UH), como al resto de los universitarios del país que iniciaron su período lectivo a distancia, le toca adaptarse a los nuevos tiempos, porque la COVID-19 se empeña en seguir limitando los encuentros presenciales tan necesarios para la formación de profesionales integrales.
Por suerte para ella, cuenta con los medios para llevar a cabo un curso sin dilemas, pero ¿acaso es así para todos en el país? ¿Existen las condiciones para desarrollar este proceso sin trabas? ¿Qué dicen las autoridades universitarias sobre esta modalidad de estudio que Cuba implementa? ¿Qué desafíos trae la virtualidad para Cuba?
Desafiar lo nuevo
En medio del rebrote de la pandemia constituye un reto indiscutible llevar adelante la educación, por ello se han buscado alternativas para que los estudiantes continúen sus aspiraciones y no se dilate su egreso a la vida laboral. En correspondencia, el Ministerio de Educación Superior (MES) emitió la Resolución No. 3 de 2021 que contiene los lineamientos generales para el período lectivo, en cuyos resuelvos están las líneas generales, pues cada centro deberá hacer sus adecuaciones, según sus propias características y la situación epidemiológica del lugar donde se encuentra enclavada la institución educacional.
En un reciente encuentro con la prensa, el Doctor Reynaldo Velázquez Zaldívar, director general de Pregrado del MES, explicó que todas las universidades están involucradas en algún tipo de actividad académica, prácticamente todas en modalidad a Distancia, que no es lo mismo que virtualización de la Educación Superior, lo cual implica que todo se desarrolle a través de soportes tecnológicos, aclaró.
Para desarrollar los objetivos y sistemas de contenido de todas las asignaturas es preciso que los estudiantes reciban la bibliografía básica, digital o impresa, así como orientaciones generales para la autogestión del conocimiento. La Resolución del MES recomienda que se comience con las asignaturas que tengan diseños más integradores, incluso que la preparación del estudiante permita hacer varias a la vez y tengan un montaje cercano a la enseñanza a distancia.
«Entre los ajustes curriculares que se hicieron en el curso anterior, muchas materias que eran complejas desde el punto de vista tecnológico, porque, por ejemplo, requerían de prácticas de laboratorio, se pasaron para este curso, ahora tendrán que posponerse para el segundo período del año lectivo y adelantar con las que realmente sea factible desarrollar en esta modalidad a Distancia», precisó.
Argumentó que una característica de este año académico es incorporar a todos los estudiantes universitarios a desarrollar tareas de impacto en varias aristas: enfrentamiento a la pandemia, producción de alimentos y otros procesos productivos que hagan falta en los territorios, incluso los de primer año.
Para garantizar el curso a distancia los estudiantes se valen de las nuevas tecnologías. Foto: Tomada del sitio web de la Universidad de Camagüey
Ejemplo de ello es Joaquín Pina Socorro, estudiante de 4to. año de Ingeniería Informática de la Universidad Tecnológica de La Habana (Cujae), quien se prepara para comenzar el curso escolar, pues como muchos de su universidad y de la Educación Superior de forma general en el país, se ha involucrado en tareas de beneficio social y apoyo a la nación en esta compleja situación epidemiológica.
«Desde el año anterior hemos utilizado la modalidad virtual para comunicarnos con los profesores y enviarles nuestros informes de prácticas laborales y otros documentos. Aunque estos procesos no están exentos de dificultades, nos facilitan el aprendizaje y nos ayudan a completar nuestro plan de estudios desde la distancia», subrayó.
La Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo también ha comenzado sus clases de manera virtual. «Luego de un arduo proceso de preparación del claustro de profesores, iniciamos el año académico online, con la máxima de no perder la calidad de la enseñanza.
«Por ello hemos creado un sistema de comunicación entre alumnos y profesores, ya sea por vía telefónica o por WhatsApp, para poder evacuar todas las dudas que surjan en el camino», indica la Dra. C. Mercedes Valdés Pedroso, vicerrectora primera de esa casa de altos estudios.
Utilizamos la plataforma Moodle, agregó, la cual es muy interactiva y dinámica tanto para estudiantes como para profesores. Además de acceder a ella por datos móviles o puntos wifi, hemos coordinado con los Joven Club de Computación en todos los municipios, para que aquellos alumnos que no tengan las facilidades tecnológicas en casa puedan descargar los contenidos y enviar sus trabajos.
Por su parte, Maydanet González Batista, estudiante de 2do. año de esa universidad, considera que este proceso, al ser nuevo para todos, pudiera complejizar el aprendizaje debido a que hay muchas asignaturas a las que se enfrentan por vez primera y otras en las que es imprescindible la interacción directa entre alumnos y profesores. La joven indica que después de tantos meses alejados del estudio resulta incómodo comenzar cuando las condiciones aún no son las óptimas.
«Sabemos que la situación epidemiológica es difícil, pero nos cuesta trabajo adaptarnos a las clases no presenciales, a perder esas dinámicas que se generan dentro de las aulas, el compañerismo… todo eso aporta a nuestra desarrollo como futuros profesionales», acota.
Y esa realidad no está alejada del pensamiento del MES. En el espacio radiotelevisivo Mesa Redonda, el Doctor José Ramón Saborido Loidi, ministro de Educación Superior, argumentó que la formación integral de los profesionales cubanos, uno de los paradigmas del paso por las universidades, es prácticamente imposible sin el vínculo directo del alumno con sus profesores y la interacción entre ellos, incluso con la Federación Estudiantil Universitaria.
«Como concepto, destacó, defendemos un alto grado de presencialidad, aunque se tenga un porciento de virtualidad. Sobre todo en los primeros años, pues el estudiante va adquiriendo un método, una forma de trabajo que le permite lograr el conocimiento de manera más expedita.
«La formación integral es impensable utilizando solo las tecnologías, porque el sistema de influencias que interactúa en un Centro de Educación Superior en los colectivos estudiantiles es insustituible. Cuando vemos la experiencia del mundo con la virtualidad comprendemos que no es posible ese diseño de trabajo nuestro, que son conceptos básicos», argumentó el Ministro.
Escollos en el camino
A Daniela Rosales Pérez, quien cursa el 5to. año de la carrera de Historia en la UH, le apasionan los debates y las críticas que realizan en su aula cuando están explorando un tema nuevo. «Nuestra especialidad se nutre de la construcción colectiva del conocimiento, y de manera virtual lograrlo será complicado, aunque no imposible».
«Como estudiantes vemos siempre las dificultades, pero también es digno reconocer el arduo trabajo que han realizado los profesores y directivos de la Facultad para lograr la continuidad de la enseñanza con la misma exigencia y constancia», indica la muchacha. «Las clases presenciales son insustituibles, pero ante el reto que ha impuesto la COVID-19, habrá que adaptarse a lo nuevo. Hay que salir adelante, no podemos dejar que un virus limite nuestros sueños profesionales».
En ese empeño, la Facultad de Psicología de la UH ha buscado maneras para no perder sus esencias. La Doctora Annia Almeyda Vázquez, vicedecana docente, refiere que ha sido necesario crear un enfoque de innovación para el desarrollo de la Educación a Distancia, lo que a la postre significará un salto cualitativo en la calidad de los procesos de enseñanza.
«Nuestra capacidad de adaptación a las nuevas condiciones, la flexibilidad con la que seamos capaces de afrontarla y los aprendizajes que se derivarán de ella, marcarán un antes y un después en la Educación Superior cubana», afirmó.
La profesora comenta que en la planificación y el desarrollo de los programas de aprendizaje a distancia se deben tener en cuenta las diferentes situaciones que pueden vivir los estudiantes, como enfermar por el virus, permanecer en centros de aislamiento como contacto de un caso positivo, como voluntarios en las instituciones dedicadas para el tratamiento de casos activos y seguimiento de sospechosos, o acompañando, a tiempo completo, la fase de vacunación del candidato en desarrollo. Por tanto, se necesita un monitoreo de estas circunstancias para valorar la flexibilidad en las evaluaciones y exigencias.
Sin duda, la nueva manera de impartir o recibir las clases constituye un reto. Adriana Mercedes Portomeñe, por ejemplo, reconoce que lo más difícil para ella ha sido organizar el tiempo en casa para estudiar cada asignatura y crear un ambiente que le permita hacerlo sin interrupciones.
La estudiante de 3er. año de Licenciatura en Economía de la UH indica que tiene bastante contenidos por estudiar, algunos con alto grado de complejidad, y aunque los profesores han sido muy atentos, a ellos también se les dificulta dar respuesta a tantas dudas al mismo tiempo.
Conectividad para el bien de todos
Hoy en Cuba casi todas las personas cuentan con un celular o al menos con el de alguien en la familia. Pero no todos estos equipos tienen las prestaciones necesarias para descargar bibliografías, navegar por sitios web o chatear por WhatsApp.
«Hay estudiantes que no tienen ningún tipo de conectividad. Para ellos es preciso imprimir, darles libros, porque es esencial llevarle la información al joven. Otros, con una memoria pueden sacar de las plataformas que tenemos la información y verla en su casa en una computadora, aunque no tengan conexión, y están los que tienen la posibilidad de acceder directamente a la plataforma y tener una mayor interactividad en este sentido», explica Velázquez Zaldívar.
Incluso, existen universidades que para la zona de silencio, van a utilizar a los radioaficionados para comunicarse con los estudiantes. Por lo tanto, hay un entendimiento de los colectivos de las universidades y del seguimiento que lleva el MES de que no puede quedar ningún estudiante desprotegido.
Explicó el directivo que no es solo acceso a la plataforma virtual, también están los Colegios Universitario Municipales (CUM), donde se recepciona la información que necesitan los estudiantes, además las carreras pedagógicas cuentan con las dependencias provinciales y municipales del Ministerio de Educación (Mined) que presentan infraestructura tecnológica donde pueden recoger la información que necesitan para la autogestión de su aprendizaje.
En medio de este proceso, es imprescindible un cambio de mentalidad, tanto para alumnos como para docentes, pues estos últimos tienen la tarea de rediseñar y ajustar sus clases, para hacer llegar los contenidos de modo didáctico mediante la web. Pero las brechas culturales y de alfabetización informacional y tecnológica pueden jugar malas pasadas, sobre todo cuando ha escaseado anteriormente este tipo de práctica.
Los directivos del MES recomiendan empezar por las asignaturas que son más factibles de aprender a distancia y dejar pendientes aquellas que requieren de una mayor presencialidad, porque requieren de equipamientos tecnológicos como los laboratorios.
«Debemos también dar un tratamiento especial a los estudiantes de los años terminales, que deben tener ya definido cómo avanzar en sus ejercicios de culminación de estudios para aprovechar el tiempo, subrayó Velázquez Zaldívar, quien acotó que lo que se busca es ir avanzando en el curso académico y no empezar de cero cuando lleguemos a la nueva normalidad.
Al respecto, el Doctor Saborido Loidi recalcó que aunque todo no está resuelto, Etecsa y el Ministerio de Comunicaciones han brindado su apoyo, poniendo 70 portales en todas las universidades, con acceso libre, sin pago alguno desde una infraestructura fija, utilizando la wifi, nauta hogar, incluso datos móviles. Además, los Joven Club de Computación permiten tres horas libres de costo por estudiante.
«En todas las universidades se está haciendo un diagnóstico estudiante por estudiante para conocer su posibilidad de acceso a la información. Si no hay solución, es preciso modificar el sistema de trabajo o darle una atención personalizada a ese joven. No podemos dejar atrás a nadie», manifestó.
Interactuar en grupos… de chat
La profesora Jennifer Villafaña Cruz tiene siempre su buzón de WhatsApp lleno de notificaciones. Como profesora guía de un grupo de futuros licenciados en Comunicación Social, debe estar al tanto de todas sus necesidades. A la joven le da alegría poder aportar a la formación de sus estudiantes, pero tiene criterios encontrados.
Desde la dirección del MES se reconoce que aunque están preparadas las plataformas de interacción, es necesario perfeccionarlas. «Es un reto tremendo que tiene la Educación Superior, que hemos avanzado es real, pero todavía nos falta muchísimo», precisó Saborido Loidi.
El Ministro argumenta que el sistema de Educación Superior de la manera tradicional es de alto riesgo, con altas concentraciones de personas y de ellos un porciento muy elevado de becados. «Eso nos lleva a buscar vías novedosas para continuar el trabajo y que seamos exigentes, prudentes y previsores de lo que puede suceder, evitar que se convierta la universidad en un centro de multiplicación del virus y poner en peligro la vida de estudiantes, profesores y trabajadores. Eso sí, sin comprometer la calidad de nuestros egresados», concluyó.
Este camino que apenas comienza —con dificultades— en el mundo de la enseñanza a distancia o virtual, poco a poco irá adaptándose a los tiempos y a las características de cada asignatura, profesor y estudiantes. No es simplemente llevar las clases que hasta ahora eran presenciales al mundo web sin hacer modificaciones. Es crear nuevos métodos y formas para enseñar y para evaluar, logrando que los alumnos no solo aprueben, sino que aprendan.
Como piensa la estudiante Lorena Pérez Rodríguez, todo dependerá del interés que pongan los alumnos en captar los contenidos y las horas que dediquen al autoestudio, y las otras maneras que busquen los docentes para tratar de acortar las distancias.
Consejos para aprovechar al máximo la educación a distancia
Elige un lugar para estudiar
Busca un espacio en tu casa que esté lo mejor iluminado y tranquilo posible, preferiblemente donde puedas estar solo para concentrarte en tus deberes.
Planifica tus horarios
Crea un plan de estudios tomando en cuenta el horario que vas a utilizar durante el día, incluyendo los descansos. Planifica tus fechas y días de entrega de tareas, trabajos y exámenes. Es importante que tengas mecanismos de gestión y autocontrol, como si estuvieras en clases presenciales.
Revisa la conectividad
Asegúrate de que tengas buena conexión a internet, ya sea por los datos, por la wifi o si estás en un Joven Club. Recuerda que pueden existir dificultades para acceder, así que no pierdas la paciencia, este es un proceso nuevo para todos.
Crea tu propia biblioteca
Recopila toda la bibliografía que necesites y que tus profesores te hayan sugerido y organízala de manera que no se convierta en un problema encontrar la información. Utiliza también otras fuentes, pero asegúrate de que sean confiables.
Mantén la comunicación
Conversa con profesores y compañeros sobre las principales dudas o planteamientos; debate y participa en la construcción colectiva del conocimiento. Socializa, aun a la distancia. Busca a tus amigos a través de chats o llamadas telefónicas para conversar sobre temas cotidianos, no solo de trabajos académicos.