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El terremoto, ocurrido en la falla Motagua, tuvo una magnitud de 7,6 y una profundidad de diez kilómetros. Autor: Cortesía del CENAIS Publicado: 10/01/2018 | 01:27 am
Al filo de las diez de la noche de este martes la pinareña Naomi Shuman Cabrera sintió que su cama se sacudía a intervalos. «Fue como si me estuvieran moviendo el colchón tres veces y paraba. Quizás esto sea un terremoto, dijo mi abuela, pero pensé que era jugando. Mi mamá aseguró que era el vibrador del celular».
Al momento, la tensión comenzó a expandirse como pólvora. La gente del barrio empezó a salir a la calle. Muchos de los que residen en edificios de la zona del reparto Hermanos Cruz, en la cabecera provincial, aseguran que los sillones y no pocas sillas se estremecieron. En algunos domicilios hubo personas que vieron cómo los cuadros de las paredes se desplazaron ligeramente.
A través del teléfono, conocimos que en el municipio de Mantua un joven también sintió que la silla en la que se encontraba se movió dos veces, y hasta un vecino de ese lugar pensó que tenía un gato ronroneando debajo de su mueble.
Al instante comenzaron a timbrar los teléfonos en busca de algún tipo de información. Lo cierto es que casi a las 11:30 de la noche no eran pocos los que aún permanecían en las afueras de sus hogares.
Experiencias similares se vivieron en la Isla de la Juventud. «Caballero, esto se movió, el apartamento se movió. Yo lo sentí», comentó la pinera Ana Esther Zulueta a sus familiares, quienes enseguida se pusieron en alerta. Casi al instante, los vecinos confirmaban la preocupación con un alboroto inusual en los bajos del edificio. Eran cerca de las diez de la noche y fue cuestión de segundos pero el susto duró por largo tiempo. De manera preliminar no se reportan daños materiales ni humanos, solo el sobresalto.
En diálogo telefónico con JR, el Doctor Enrique Diego Arango Arias, vicedirector técnico del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, precisó que el sismo ocurrido al este de Islas Swan en Honduras y a unos 450 km al sursudoeste de la Isla de la Juventud, con una magnitud de 7,6 y una profundidad de diez kilómetros, se sintió en ese Municipio Especial y también en Pinar del Río, La Habana, incluso, en localidades situadas al sur del centro del país.
Destacó que al ser un evento de tal magnitud se han emitido ondas superficiales, que por la distancia a la cual se encuentra el archipiélago de Cuba, fueron sentidas principalmente en edificios, aunque también se pudo percibir en inmuebles ubicados en planta baja.
Se trata de un sismo con una energía considerable, abundó el especialista, cuya repetitividad no es frecuente. Puede haber varias réplicas, subrayó, pero no necesariamente todas se van a sentir en Cuba.
