El país continuará profundizando el acceso social de los ciudadanos a las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, asegura en entrevista con JR el viceministro del sector Boris Moreno Cordovés
Ningún país puede desarrollarse hoy de espaldas a las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs), las cuales han significado una verdadera revolución en el decursar de la humanidad. Cuba no es la excepción.
Por eso la nación antillana avanza con un programa de informatización de la sociedad que involucra a múltiples sectores y aúna esfuerzos diversos, a pesar de factores internos y externos en contra.
En el Examen Periódico Universal del actual Consejo de Derechos Humanos, donde la Isla expuso este 5 de febrero, el tema del empleo de la tecnología de la informática y las comunicaciones fue uno de los tratados.
Al respecto Boris Moreno Cordovés, viceministro de la Informática y las Comunicaciones (MIC), respondió a JR diversas interrogantes relacionadas con el proceso de informatización de la sociedad cubana.
—Uno de los aspectos que más se ha debatido con respecto a este tema es el acceso de los cubanos a Internet. ¿En qué situación está el país actualmente?
—Cuba se conectó a Internet en la década de los años 90, a partir de la Ley Torricelli, que identificó al sector de las comunicaciones como uno de los destinados a fomentar la subversión contra la Revolución. O sea, que además de llegar relativamente tarde al acceso a esta tecnología, esta venía condicionada por intereses contrarrevolucionarios.
«La misma ley estableció la limitación de esa contratación a la vía satelital, con el condicionamiento de que debía ser conveniada con empresas norteamericanas o sus subsidiarias, y que cualquier nueva adición o modificación del canal requeriría la obtención de una licencia del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
«A pesar de esto, Cuba paulatinamente ha ido mejorando la infraestructura telecomunicativa, tanto a lo interno como hacia lo externo, y desde el año pasado hasta ahora, por ejemplo, el país ha aumentado su ancho de banda en la transmisión de salida un 63 por ciento, y en la entrada un 40 por ciento.
«No obstante, la conexión satelital apenas tiene unos 180 megabytes de salida y otros 302 de entrada, lo cual sigue siendo muy bajo para las necesidades reales, además de que este tipo de conexión es muy cara y significa una alta erogación para la economía.
«Es importante señalar en este sentido, que pese a su costo, Cuba defiende el uso social de las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, incluida la conexión a Internet, como una vía de desarrollo para el país, por lo cual se priorizan aquellos sectores de gran significación.
«Actualmente existen más de 1 400 000 usuarios de redes informáticas, incluyendo en esta estadística a aquellas personas que hacen uso del correo electrónico, ya sea de alcance nacional o internacional, los que navegan por la Red Cuba o quienes acceden plenamente a Internet.
«Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, de quienes accedieron a este servicio en 2007, el 59 por ciento lo hizo desde su centro de trabajo, el 16 desde su lugar de estudio, el 14 por ciento desde sus casas y el 8 por ciento desde los Joven Club de Computación y Electrónica o los servicios habilitados para ello por Correos de Cuba y la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA).
«Estamos persuadidos de que Internet es indispensable para el desarrollo del país. Por eso pensamos que la política más responsable es privilegiar los accesos colectivos, que es la línea que ha seguido Cuba y pensamos seguir estimulando.
«Eso incluye ampliar este servicio para facilitar o mejorar la conexión de los centros de investigación, de salud, culturales, universidades y otras instituciones de educación, así como entidades vitales para la economía.
«No obstante, hay voluntad para que, en la medida en que las condiciones técnicas y económicas lo permitan, una mayor cantidad de ciudadanos tengan acceso a Internet; esa voluntad existe».
—¿Eso supone que, como sucedió con la telefonía celular recientemente, cuando esas condiciones mejoren las personas podrán contratar servicios de Internet incluso en sus hogares?
—Esa decisión por el momento no está tomada, pues habría que tener garantías primero desde el punto de vista técnico y económico de que es posible respaldar ese servicio, como lo hemos hecho con la telefonía celular.
«No es una decisión que esté tomada, aunque no hay ninguna preocupación o prejuicio para que cuando estén dadas las condiciones se pueda ampliar este servicio».
—De cualquier forma todavía el nivel de penetración de Internet en Cuba es muy bajo...
—Primero que todo es muy discutible el método que se emplea internacionalmente para determinar la cantidad de usuarios de Internet, pues solo se tienen en cuenta los accesos individuales, lo cual no se aplica en el caso de Cuba, que ha priorizado los accesos colectivos.
«Aún así es real que es una cifra baja en comparación con las cifras internacionales, si tenemos en cuenta que actualmente hay en el mundo más de mil millones de internautas, lo que supone un 20 por ciento de la población mundial. Pero es que también las cifras de penetración son muy diferentes en el planeta, pues mientras Norteamérica tiene un 73 por ciento, África solo tiene un 5,3 por ciento.
«Además, el orden establecido en Internet es injusto, pues la conexión a la red internacional de telecomunicaciones mediante la cual se accede al núcleo de la red de redes, a diferencia de como sucede en la conexión telefónica, la pagan fundamentalmente los países pobres.
«En la comunicación telefónica, el país que origina la llamada le paga un por ciento al que la recibe. De manera que los países receptores de llamadas, que suelen ser los del Tercer Mundo, reciben un ingreso por el tráfico internacional de entrada.
«En Internet no sucede así, pues se tiene que pagar por el ancho de banda utilizado, no importa si usted va a buscar la información a los servidores internacionales o si es alguien que accede a los contenidos hospedados en los de su nación, lo cual perjudica a los países pobres, que muchas veces pagan más que los ricos por el mismo servicio. Ese es un fenómeno internacional que existe, y así lo atestiguan datos emitidos por el Banco Mundial.
«A eso habría que agregarle el tema del idioma, donde domina ampliamente el inglés, por lo que hoy la producción de contenidos, no solo de cara al exterior, sino también para las propias redes nacionales cubanas, es un tema crucial.
«Tenemos que crear más contenidos nacionales, con los cuales darle a la red un empleo más útil, asociado a la cultura, al aprendizaje de nuestros estudiantes, el desarrollo de investigaciones, y también para la comunicación entre la gente».
—Esto implicaría potenciar más el desarrollo de iniciativas como las redes educativas, médicas, el Portal del Ciudadano... ¿En qué situación están hoy esas redes nacionales?
—El tema de las redes nacionales pasa no solo por la generación de contenidos, sino por el desarrollo de la infraestructura tecnológica necesaria para ello. En eso hemos ido mejorando poco a poco, en la medida en que los recursos disponibles lo han permitido.
«Hoy todas las universidades están conectadas a Internet; aunque no tienen el ancho de banda que requieren para la salida a la red de redes. Tenemos mucha inconformidad con este tema, pues sabemos que la calidad de la conexión es insuficiente.
«Sin embargo, esta conexión nos ha permitido también enlazar las universidades entre sí para fomentar el intercambio de información y el desarrollo de proyectos conjuntos, lo cual es un paso de avance, aún cuando estos centros no disponen del ancho de banda que sería ideal para su trabajo, sobre todo algunos más pequeños que tienen una situación muy complicada.
«En la medida que los recursos lo permitan esta realidad irá mejorando. De hecho, actualmente estamos desarrollando un sistema para abaratar el acceso a las redes nacionales, que si bien no tiene la capacidad de tráfico que quisiéramos, nos permitirá una mayor conectividad de los centros educacionales, entidades de la cultura, salud y otros, las cuales pagan este servicio a la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba a precios muy bajos, prácticamente subsidiados, y los ofrecen gratuitamente a estudiantes, científicos, intelectuales y artistas, entre otros.
«Ya la salida internacional sí es más complicada, pues hay que sufragar cualquier ampliación de la conectividad a los operadores internacionales».
—Con respecto al tema de las redes nacionales, se creó mucha expectativa de que con la culminación de la fibra óptica nacional la conectividad debía mejorar. ¿Qué ha sucedido realmente?
—En este sentido también se ha avanzado mucho, si bien nos quedan insatisfacciones, tanto en la cantidad como en la calidad de los servicios de telecomunicación; algunas asociadas a la disponibilidad de recursos y otras a la atención a los clientes de los servicios de telefonía o conexión a redes informáticas.
«Hoy la densidad telefónica es de un 12,5 por ciento de la población, lo cual significa un aumento del 14 por ciento con respecto al año anterior, mientras que la digitalización telefónica es del 96,2 por ciento.
«En cuanto a la telefonía celular existe casi medio millón de líneas activadas, entre las comprendidas en la telefonía móvil como tal y las de la Telefonía Fija Alternativa (TFA), que ha permitido darle servicio inalámbrico a comunidades con baja densidad o de difícil acceso.
«Este es otro servicio social subsidiado, ya que la TFA y otras líneas de celulares otorgadas por interés social consumen casi el 80 por ciento del tráfico que se produce en las redes móviles, y es el resto que se paga en moneda libremente convertible lo que permite mantenerlo, y a su vez recaudar recursos para continuar mejorando las redes.
«Todas estas cifras, sin embargo, son insuficientes todavía y estamos conscientes de ello, por lo cual el país continuará trabajando para mejorar y ampliar esta cobertura».
—Existe mucha expectativa ya que Cuba, con la colaboración de Venezuela, está a las puertas de conectarse a la fibra óptica internacional ¿Cómo repercutirá eso en las telecomunicaciones y en el acceso de los ciudadanos a este servicio?
—El cable internacional de fibra óptica va a mejorar la conectividad, va a hacerla más fiable y más segura, y a su vez nos dará mayor volumen de tráfico. Pero no necesariamente va a abaratar lo que al país le cuesta la conexión a las redes internacionales.
«La fibra óptica no es la solución mágica que resolverá todos los problemas, pues para el país significará siempre un costo elevado el acceso a las telecomunicaciones internacionales. En cualquier caso, habría que disponer de los recursos para pagar el costo del cable, de su operatividad.
«El proyecto ya está en vías de ejecución y se prevé que el cable internacional de fibra óptica esté operativo para los primeros meses de 2010. De cualquier forma, es innegable que significará una mejoría para las telecomunicaciones en Cuba, sobre todo en cuanto a fiabilidad, seguridad y rapidez.
«Para aprovechar mejor sus potencialidades a lo interno, también ETECSA tiene que prepararse tecnológicamente para aguantar una avalancha de conexiones, y eso realmente cuesta; es una inversión elevada, que ya tuvo una primera parte con la instalación del cable nacional de fibra óptica, pero que incluye también aumentar la densidad telefónica de que hablábamos, todo lo cual requiere fuertes inversiones».
—La extensión de estos servicios pasa también por el acceso de la población a la computación, a los conocimientos, pero también al equipamiento. ¿Qué situación existe hoy en Cuba al respecto?
—Al cierre de diciembre del 2008 se calcula que existían en el país unas 630 000 computadoras, lo cual da un promedio de 5,6 por cada cien habitantes, el 34 por ciento de ellas en sectores priorizados. Esto significa un crecimiento del 23 por ciento con respecto a 2007.
«Esta cifra comprende las que están en instituciones del Estado, las compradas por las personas en las tiendas, y las que se han entrado desde el extranjero. También incluye aquellas que forman parte del programa de entrega de computadoras a sectores priorizados, que estimula el acceso social a las nuevas tecnologías, y a aquellas entidades y personas de interés vital para el desarrollo del país, mediante el cual se otorgaron solo el año pasado unas 103 000 máquinas.
«También se han comenzado a estimular soluciones informáticas más eficientes y menos agresivas con el medio ambiente, en aras de utilizar computadoras con las prestaciones que realmente se precisan de acuerdo con cada labor.
«En este caso están los llamados clientes ligeros y las computadoras sin discos, muy útiles para sectores como la educación, la salud y otros programas priorizados para el desarrollo de la informatización y en general del país, que hacen un uso más eficiente de la capacidad de cómputo, tanto en el rendimiento como en el almacenamiento».
—En las tiendas recaudadoras de divisas los precios de las computadoras y de los equipos siguen siendo muy elevados para los ingresos de los ciudadanos. Incluso la gente se queja de que no existen servicios para el arreglo de computadoras.
—El precio para los equipos de cómputo y otras tecnologías sigue la misma política diseñada para la asignación de precios en las tiendas recaudadoras de divisas.
«En el caso de los servicios de reparación, actualmente están habilitados los de garantía para aquellos adquiridos en las tiendas, y se prestan a instituciones y personas a las cuales se les ha otorgado computadoras.
«Este es un tema que actualmente se organiza; que debemos perfeccionar, mejorar y que depende también de la disponibilidad de recursos, pero existe la voluntad de seguir mejorándolo como parte de la informatización de la sociedad».
—No solo basta con la conectividad y el equipamiento; también se precisa de determinadas prestaciones y contenidos en el ámbito virtual, de instrucción en estos temas, de poder adquirir software cubano, hacer trámites...
—En el desarrollo de contenidos y la preparación del personal desempeñan un papel muy importante centros educacionales como la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), los tecnológicos de informática, otros centros educacionales y universidades, así como los Joven Club de Computación y Electrónica, programa que ha formado a más de un millón de cubanos en el uso de las nuevas tecnologías.
«Para el desarrollo de la industria del software cubano, de aplicaciones y su uso generalizado contamos con los conocimientos que hoy adquieren los estudiantes de todos los niveles, gracias a la introducción masiva de la computación en los planes de estudio, así como con las decenas de miles de ingenieros informáticos y de especialidades afines ya formados o que actualmente cursan la carrera.
«Uno de los elementos con el que todavía estamos insatisfechos y debemos darle mayor impulso es el servicio de facilitación social, como el Portal del Ciudadano, dada la significación que tiene para las personas poder acceder a través de ellos a información y gestión de trámites diversos a través de Internet, para lo cual no es necesario salir de las redes cubanas.
«Aquí realmente nos queda mucho camino por andar. El Portal del Ciudadano está ya en funcionamiento y tiene mucha información muy útil sobre trámites diversos, y como está en un servidor cubano se puede acceder a él sin salir en la navegación del país y por ende no se tiene que consumir el limitado ancho de banda con el que actualmente contamos.
«De cualquier forma esta utilidad es necesario seguir perfeccionándola, pues nuestra aspiración es que la gente pueda a través de él concluir determinados trámites y no solo, como sucede ahora, saber qué pasos tiene que dar.
«Es muy complicado, pues alrededor de ello hay muchos elementos, no solo tecnológicos, sino disposiciones de tipo legal para que un documento electrónico tenga validez jurídica, lo cual es algo en lo que se viene trabajando ya. También aspiramos a que se puedan ampliar los pagos y cobros que hoy se hacen por vía electrónica, no ya solo los disponibles a través de las cuentas bancarias para servicios como el teléfono, gas y electricidad.
«En todo ello desempeña un rol fundamental el desarrollo de aplicaciones informáticas propias en centros como la Universidad de las Ciencias Informáticas, que ya ha tenido dos grandes graduaciones y cuenta hoy con unos 10 000 estudiantes.
«Este centro está involucrado en proyectos muy importantes para el desarrollo de la informatización del país en general, y en particular para el acceso a Internet, pues están trabajando en el desarrollo de plataformas para la visualización de contenidos. Igualmente, colaboran en la migración de Cuba hacia plataformas y aplicaciones de código abierto, dada la voluntad del país de ganar en independencia tecnológica.
«Muchos de los organismos que tienen que trabajar en la creación de plataformas y contenidos para hacer avanzar la informatización del país se tendrán que apoyar, y de hecho ya lo hacen, en la UCI, pues es donde mayor concentración hay de fuerza calificada con este fin».
—¿Estamos hablando entonces de que el país continuará profundizando la informatización de la sociedad en todos los aspectos, incluido el acceso a Internet, a pesar de las campañas que existen fuera de Cuba sobre ello?
—Queremos enfatizar en el hecho de que el Gobierno cubano tiene la voluntad política de ampliar el acceso a Internet de manera segura, protegiéndonos siempre de contenidos nocivos como la incitación al terrorismo, la xenofobia, la pornografía y, por supuesto, la incitación a la subversión del orden establecido en Cuba y los contenidos francamente contrarrevolucionarios.
«Tenemos que lograr un acceso que nos permita protegernos —lo cual pensamos que es legítimo— de esto, así como del espionaje al cual nos vemos sometidos por el hecho de ser una nación bloqueada y agredida por más de 50 años por una de las grandes potencias tecnológicas.
«También tenemos muchas tecnologías a las cuales no podemos acceder o se nos hacen más caras por culpa del bloqueo, e incluso hay muchos sitios de los cuales no podemos descargar programas y aplicaciones, incluso de código abierto, en virtud de las limitaciones impuestas por el injusto bloqueo norteamericano.
«A su vez, es conocido que existen múltiples sitios de Internet dedicados a la promoción de viajes o negocios en Cuba, como los de varias agencias de turismo, que sencillamente han sido mandados a cerrar por el anterior gobierno norteamericano en virtud del bloqueo.
«Incluso hay espacios virtuales que ofrecen herramientas y servicios como el famoso Google, a los cuales nosotros tampoco tenemos acceso. Hay un montón de limitaciones para Cuba a las cuales muchas veces no se hace referencia.
«Los ataques contra el país asociados a este tema de que no hay una apertura con el tema de Internet se basan en la falsa e injusta apreciación de que se intenta coartar el derecho de los ciudadanos a recibir información.
«Sin embargo, una Revolución que hizo hace 48 años una campaña de alfabetización y donde hoy casi el 70 por ciento de los jóvenes entre 18 y 23 años están estudiando en las universidades, no se puede decir que sea un gobierno que le tiene miedo a que sus ciudadanos estén informados; si no para qué formamos a la gente.
«A pesar de que hay cuestiones de carácter técnico y económico que realmente no nos permiten ahora dar el acceso con la amplitud que quisiéramos, tenemos la firme intención de continuar profundizando el acceso de nuestros ciudadanos a las nuevas tecnologías, aunque siempre vamos a privilegiar las soluciones colectivas».
—¿Lo cual no descarta que en determinado momento haya fórmulas de acceso individual?
—Eso no se descarta, aunque sea algo sobre lo cual actualmente no hay una medida tomada. Pero no hay ninguna preocupación en esa dirección.
«Nuestro empeño es porque se haga un uso seguro y provechoso de esta tecnología, que no circule por las redes información sensible o esté almacenada en máquinas que tengan puertas traseras que permitan a intrusos acceder a ellas.
«Pero desde el punto de vista político no hay ninguna limitación, salvo que, como sucede en todos los países del mundo, no vamos a permitir el acceso a sitios que estimulen el terrorismo y alienten la subversión del orden establecido, el orden que se ha dado el propio pueblo cubano.
«A nosotros nos toca, como organismo que tiene bajo su responsabilidad el uso ordenado y seguro de las nuevas tecnologías, trabajar para capacitar a los directivos en ello, y porque se cumpla lo que dicen las resoluciones al respecto, sin por ello caer en prejuicios o prohibiciones injustificadas por desconocimiento. No nos interesa restringir el uso de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, sino todo lo contrario, porque estamos convencidos de que sin estas es imposible en el mundo actual el desarrollo de un país».