Y. A.: Soy una joven de 27 años sin experiencia de la vida. Me casé a los 22 y esta ha sido mi única relación. En todo este tiempo hemos tenido varias separaciones porque tenemos mucha incompatibilidad de caracteres. Discutíamos mucho, pero siempre volvíamos porque mi esposo no se rinde nunca. Por su insistencia yo siempre caigo, vuelvo con él y siempre salgo decepcionada, porque vivimos lo mismo. Siento que lo amo mucho, me siento atada a él. En estos momentos estamos separados, pero no hemos perdido el contacto. Para mí es un terror tener que volver con él, pero a la vez no tengo la suficiente firmeza para dejarlo ir y permanecer en la decisión. Él no entiende un no como respuesta.
Sería conveniente dejar esos simulacros de separación que solo los llevan al retorno de lo mismo. Tal vez debas intentar otra solución menos «terrorífica»; una separación de aquello que te ata a él, con independencia de que te mantengas o no a su lado.
Por lo pronto es importante comenzar a discernir qué es aquello que te mantiene así. Observa que, según dices, él insiste, pero tú tampoco lo dejas ir. Él no se rinde ni entiende el no; pero tu falta de firmeza podría invitarlo a ello. Tal vez con esos «no» poco determinados lo invitas a insistir sin rendirse, a mantener el contacto y mostrar la firmeza que le cedes. De hecho vuelven a la misma situación de antes, hasta repetir el ciclo.
Me parece excelente que hayas pedido ayuda. Debes continuar ese proceso hasta encontrar cómo arreglártelas mejor con este amor que te lleva a caer para volver una y otra vez al mismo punto que te aterra.