X.L.: Hace años tuve una relación con un muchacho del cual salí embarazada. Él se distanció de mí. Más tarde nos encontramos y seguimos juntos, me preguntó sobre el embarazo y le conté que lo había perdido. A los pocos meses él presentó a mi hermana en su casa como su novia. Ella no sabía lo nuestro, pero él sí. Yo estaba enamorada y eso trajo conflictos entre nosotras, porque ella no quiso dejarlo cuando se enteró. Ellos están juntos, pero él dice que soy la mujer de su vida y dejaría a mi hermana por mí. Sigo enamorada, pero le digo que no siento nada por él. No sé qué hacer.
Debes advertir que este hombre no da ningún elemento para confiar en su palabra ahora, ni en el pasado. Si estás con él es solo porque tú lo deseas, sin esperar un vínculo amoroso y menos aún respeto a ti o a la familia. Es innegable que sabe cómo seducir y elige las palabras que conmueven a una mujer como el ser «la de mi vida», «la única», etc. Las mismas que debió decirle a tu hermana cuando estaba contigo. Juega también con que entre hermanas suele existir rivalidad y celos ancestrales por haber competido antes por el amor de sus padres.
Mucho más evidente es que ese hombre no muestra ningún compromiso afectivo con tu hermana, ni contigo, ni con la familia. No le importó lo que pudiera sucederte en aquel embarazo, y menos aún tus sentimientos al iniciar un noviazgo con tu hermana, entrar a tu casa con ella, estando contigo. Tampoco muestra amor por ella y es evidente que poco le importan sus sentimientos o los efectos familiares de su conducta. Para él es un juego de goce, donde ustedes son fichas cuyas emociones poco importan.
Pudieras justificar un retorno a él con el hecho de que tu hermana no priorizó tus sentimientos. Un argumento así desestima que él la eligió como su prometida y entró a amarla en la casa donde vives, sin tener en cuenta tu dolor cuando supuestamente eres la mujer de su vida.
Mariela Rodríguez Méndez. Máster en Psicología Clínica y psicoanalista.