M. E.: Tengo una relación de un año y seis meses. Ella, que siempre estaba llena de deseos, empezó a rechazarme y poner justificaciones a la hora de la intimidad. Conversamos y el problema es que llego al orgasmo mucho antes. Tanto me excito que no duro ni unos minutos. Ella me dijo que me ayudaría, pero cada vez me rechaza más. Tenemos sexo una vez a la semana y siento que no está complacida. A veces trato de seducirla y acude al sueño. La amo mucho y quiero conservarla. Tiene 20 años y yo 23.
La dificultad orgásmica es un llamado a encontrar otros modos de disfrute. Ella ayudará en tanto tú le permitas satisfacer ese deseo que la habita. Ha dejado de consentir el encuentro sexual tal y como se lo propones hoy. No obstante, una vez a la semana acepta. Aún tienes la oportunidad de darle otro lugar en tu fantasía, más espacio en tu guión, más tiempo para su deleite. Claro está, ella tendrá que implicarse también de otra manera.
Por ahora se trata de buscar sin premura, remilgos, mutismo, ni pereza. Ambos podrían devenir cómplices sin cronometrar al caprichoso orgasmo. Su apresuramiento o demora no tienen que pautar ese acto, que es una invención de dos, donde cada uno puede encontrarse con lo más íntimo de su satisfacción.
Existen consultas de psicología y terapia sexual y de pareja a lo largo de todo el país. Allí pueden ayudar a quienes presentan situaciones como esta.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista