A.G.: Soy una joven de 21 años y tengo una relación con un hombre casado. Ha sido bastante bueno hasta ahora. Su matrimonio no funciona bien. En ocasiones ha comentado con los padres de su esposa que lo mejor es terminar la relación, pero le piden que espere a que ella regrese de su misión. Quisiera que le dieran una solución a mi problema lo más pronto posible, ya que no se qué hacer en este caso.
Estás convocada a definir cuál es el problema que acoges como tuyo: la insatisfacción de tu reclamo de amor; la ausencia de un hombre al que puedas asumir como tu representante; la imposibilidad de ser elegida; la incapacidad para terminar esta relación a pesar de la sospecha de que te mienten; la soledad… ¿Cuál otro?
Es a partir de tu definición de lo que es problemático que podrías decidir. El problema no es su matrimonio, su esposa o sus suegros: es lo que representa para ti que él sea un hombre casado.
Debes tener claro que la decisión respecto a su matrimonio le atañe a él.
La excusa respecto a sus suegros e incluso la misión de su esposa puede expresar su indecisión, su aplazamiento de una determinación dolorosa para él, en tanto puede perder satisfacciones.
Sin embargo es tuya la decisión respecto al tiempo que consentirás en tener esta relación «bastante buena» con un hombre casado en un matrimonio que funciona, como la mayoría, de ese modo, con altas y bajas.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista