Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

CIEGO DE ÁVILA.— El estudiante se acerca a la computadora. La máquina está en red. Es un buen momento para husmear en los archivos; quizá encuentre un buen juego, ¿quién sabe? Hace un click en la pantalla y su rostro se ensombrece. Una ventana le advierte que su acceso está denegado.

No ha sido el único. En un telepunto una máquina quedó desocupada. Por un extremo, los clientes aguardan su turno para pagar el teléfono. A un costado otros usuarios se acercan al mostrador y conversan con la dependienta.

Entonces el intruso aprovecha el momento. No hay nadie mirando. Como distraído, como si diera un pequeño recorrido, se acerca a las

computadoras. Son las utilizadas para la navegación por Internet y el uso del correo electrónico.

Solo debe apretar unas teclas, aprovechar la máquina abierta por la muchacha que salió apurada. Puede imaginar la pantalla del navegador: azul en tonos suaves con el fondo blanco. Empieza a manipular sobre el teclado, se sonríe y al momento aparece el estupor. La computadora le acaba de advertir: «Usted no es usuario; su acceso ha sido denegado».

La causa del asombro es AvilaLink. Así se nombra el programa desarrollado desde hace ocho años por la división de Desoft en la provincia de Ciego de Ávila y cuya versión 2.1.3 acaba de vencer su período de pruebas.

«Ya está en condiciones de distribuirse. Le hemos incorporado nuevos conceptos que permiten una mayor seguridad con el trabajo de redes», explica Yaliuva Castillo Sánchez, especialista principal del equipo.

AvilaLink es un software que permite controlar el tiempo de uso de una computadora y el manejo dado a un grupo de máquinas conectadas a red. Lo que antes se tenía que hacer manualmente, ahora este programa lo realiza e incluso detecta las acciones de piratería y bloquea los accesos al sistema para evitarlas.

«El programa preserva la red de cualquier acción indeseada, como la desarticulación del sistema —dice Yaliuva—; pero una de sus particularidades, y que lo identifica, es la administración del tiempo».

Años atrás los especialistas de Desoft —entonces agrupados en la Empresa de Servicios Informáticos de Ciego de Ávila (ESICA)— ofertaban el acceso a correo electrónico y navegación de Internet en los hoteles del polo turístico Jardines del Rey.

Al pasar las prestaciones a la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), en Desoft se decidió evolucionar el software a tono con los requerimientos de la entidad, ahora encargada de suministrar los accesos. Así creció AvilaLink.

De entrada, los programadores debían afrontar nuevas complejidades. Antes, el servicio estaba diseñado para unas pocas máquinas; tampoco se pensaba en nuevos accesos y roles ni en una gran cadena de computadoras en distintos locales y diferentes provincias. Ahora, al cabo del tiempo y con la nueva versión, AvilaLink puede atender hasta mil puestos.

ETECSA es actualmente el gran cliente del software. En consecuencia, buena parte de las particularidades de este programa surgen de las necesidades planteadas por esta empresa. La Unión de Periodistas de Cuba, en su sede nacional, ha habilitado un pequeño cibercafé atendido por AvilaLink.

Este programa también puede usarse en las redes informáticas de hospitales, Joven Club de Computación, centros educacionales o en cualquier otra entidad con necesidad de administrar los tiempos de uso de las computadoras y sus niveles de acceso.

En una sesión de trabajo, José Julián Martí, diseñador, y Yaliuva Castillo Sánchez, especialista principal del equipo que ha desarrollado el AvilaLink. Además de Yaliuva Castillo, en la versión 2.1.3 trabajaron los analistas Asniel Marrero Alegría, Miguel Ernesto Zaldívar Hernández, Julián Miguel Marrero Lezcano Pérez, Moissane Hernández Campos, la documentadora Yudelsy Iparraguirre Felipe y el diseñador gráfico José Julián (Johnny) Martí Pérez.

«La nueva variante —explica Yaliuva— tiene la modalidad de trabajo en servidor y cliente. La primera permite administrar la red desde la oficina o el hogar y otorgar los accesos de acuerdo con los niveles de jerarquía. Por ejemplo, es posible que en La Habana quieran conocer el uso que tiene la red en un telepunto de Santiago de Cuba y AvilaLink se lo permite a la persona con el atributo indicado.

«Hay que tener en cuenta que el programa está concebido para el trabajo en cibercafés, en los que el tiempo asignado a los clientes es un elemento esencial. El programa identifica y trabaja en base a los lotes entregados a los cíber. De no haberse creado, quizá ETECSA o cualquier otra entidad hubiera tenido que adquirir un software en el extranjero.

«En el caso de ETECSA, el acceso de los clientes a las máquinas se hace luego de comprar una tarjeta. De acuerdo con el tipo adquirido, la máquina conoce el estatus del cliente. Se nos pidió que AvilaLink identificara las tarjetas por lotes, a partir de un mecanismo de distribución que posee ETECSA, y lo hicimos.

«Con la versión 2.1.3 hemos incorporado nuevos conceptos. Uno es el de registrar quién adquiere la tarjeta, dónde, cuándo y quién la ofertó. Otro requisito consistió en impedir la violación del proxy, elemento que posibilita el acceso a Internet. Por eso el programa puede tomar la decisión de cuándo negar el servicio de navegación al detectar una amenaza de piratería y cuándo debe devolverlo».

No obstante las mejoras, sobre AvilaLink ya rondan aires de cambio. «Han sido ocho años de renovación continua —comenta Yaliuva—. Concluida esta versión ya estamos en el proyecto de la 3.0. ¿En qué consiste? En mover el programa hacia la plataforma de software libre. Ese es un mundo que espera por nosotros».

En una sesión de trabajo, José Julián Martí, diseñador, y Yaliuva Castillo Sánchez, especialista principal del equipo que ha desarrollado el AvilaLink.

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