Un libro de rara ubicuidad que no traiciona el atrevimiento de quien se acerca a sus páginas y un acompañante amable en el fugaz tránsito de la existencia
Desde la magnífica reproducción del Canone di proporzioni de Da Vinci, que aparece en la cubierta de este libro, se nos anticipa el cuerpo como eje del universo, como pretexto unificador de una zona significativa dentro de la poesía de Antón Arrufat. El ojo avezado de Eugenio Marrón rastrea los textos, los integra al cuerpo lírico del volumen y nos ofrece una obra donde los frutos de la carne sazonan el precioso tiempo del lector. El paisaje físico atraviesa con invicta intemporalidad la maniobra del verso y clava su imagen en la retina, del mismo modo como se establece un desnudo en la memoria del observador. Libro de rara ubicuidad que no traiciona el atrevimiento de quien se acerca a sus páginas. El espejo del cuerpo, es un acompañante amable en el fugaz tránsito de la existencia.