Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Inocencia lacerada

Autor:

Laura Fuentes Medina

La infancia es un destello de tiempo impregnado de inocencia y amor, en el que por ningún motivo deben faltar el refugio, las sonrisas y un hogar feliz. Los infantes son diamantes en bruto que perpetúan los legados culturales y sociales de cada nación. Proteger la integridad de nuestros menores no es solo el más sacro deber, es una cuestión profundamente humana.

En este pequeño archipiélago en el mar Caribe, nuestros menores son felices. Pero cuando el mundo se mueve, todos nos movemos con él, y del otro lado están —por ejemplo— los niños palestinos, los niños que viven en la Franja de Gaza, aquellos cuya felicidad fue arrancada en un instante por el estruendo incesante de las bombas israelíes.

Han visto a sus padres morir, a sus abuelos y hermanos desaparecer repentinamente, las calles colmadas por los escombros de las que fueran sus casas, escuelas o parques, líquido rojo en los rincones, cuerpos envueltos en sábanas blancas… Respirar el aire en Gaza es sentir el hedor de la miseria, la putrefacción y la muerte. Vivir allí a día de hoy es morir de hambre, estar hacinados en condiciones ambientales insalubres, con un sistema sanitario colapsado y enfermedades tratables en auge. El horror más desgarrador desdibuja los rostros sobrevivientes. No hay palabras que hagan justicia ante tantas muestras de deliberado exterminio y limpieza étnica por la potencia ocupante.

Pero el mundo asiste a un genocidio televisado por las víctimas, el primero en su historia, mientras tanto muchos países de la Unión Europea, incumpliendo sus propias normas sobre la ruptura de lazos con países que menoscaben los derechos humanos, no solo han decidido cruzarse de brazos, sino que mantienen relaciones comerciales activas con Israel.

En el informe Partners in Crime del Transnational Institute del 4 de junio de 2024, se asegura que «la UE ha dado cobertura política y apoyo material a Israel durante los casi ocho meses de bombardeos incesantes. Con cerca de 40 000 muertos y el desplazamiento forzoso de 2.3 millones de personas, el descenso más rápido a la inanición de toda una población jamás registrado y la destrucción total de la infraestructura civil de Gaza, incluidos hogares, hospitales, escuelas y universidades».

Estadísticas publicadas por Prensa Latina dejan cuenta de la acusación del Ministerio de Educación Palestino el pasado 4 de junio sobre más de 15 000 menores asesinados en Gaza, más de 6 000 en edad escolar y más de 10 000 heridos; desde octubre al menos 286 escuelas públicas y 65 afiliadas al Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Medio fueron bombardeadas en Gaza, 111 de ellas sufrieron daños graves y otras 40 quedaron completamente destruidas.

La barbarie de Israel en Palestina ridiculiza todos los esfuerzos en la lucha por los derechos humanos, que durante siglos han tenido como objetivo establecer un ambiente de paz y armonía para los pueblos del mundo. Hacer nada no es opción. Son tiempos de solidarizarnos con aquellos que se han visto privados de todo. ¡Palestina importa! ¡Los niños palestinos importan! ¡El pueblo palestino debe vivir!

 

 

 

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