Desfile de campeones del SuperBowl termina en tiroteo. Un muerto y 21 heridos dejó la balacera. Autor: nbcnews.com Publicado: 15/02/2024 | 10:32 am
MIÉRCOLES 14 de febrero, Día de San Valentín en Estados Unidos —también en muchos lugares del planeta—, y más aún, fecha para uno de los más populares agasajos estadounidenses, el desfile de la victoria del Super Bowl, esta vez en Kansas City, Missouri, para celebrar el triunfo de su equipo, el Kansas City Chief. Se estima que al menos un millón de personas estaban disfrutando la fiesta, pero…
El alegre bullicio del agasajo en honor al vencedor de la liga nacional del futbol americano fue acallado por disparos, aportándole al miedo, la pesadilla y el horror que transita a diario por las urbes estadounidenses, ya sean pequeñas, medianas o grandes, consecuencia evidente de los TANTOS millones de armas en poder de la población civil y la incapacidad o el desinterés de sus gobernantes de cortar por lo sano el peligroso pasatiempo que está amparado por un «derecho» garantizado por la mismísima Constitución, tan sacrosanto para muchos que lo sitúan por encima de la vida humana.
No son tantas las víctimas mortales de este tiroteo, pero el espacio en que ocurrió probablemente le de entrada a la lista de eventos semejantes en la historia de violencia más reciente de EE. UU., donde «no hay lugar seguro».¿Cómo puede haberlo si hay 120,5 armas por cada 100 estadounidenses y alrededor del 44 por ciento de los adultos viven en un hogar con un arma?, dice estadísticas que posiblemente se queden por debajo, porque probablemente no cuenten las de posesión ilegal.
En cifras concretas, esto se traduce en 393 millones de revólveres, pistolas, rifles de caza, fusiles de asalto, artefactos automáticos o semiautomáticos, ametralladoras y más, casi el 46 por ciento de los 857 millones de armas civiles disponibles en todo el mundo.
Justo se cumplían seis años de Parkland, donde un ex alumno de la secundaria Marjory Stoneman Douglas mató el 14 de febrero de 2018 a 17 niños. Y vuelven a la memoria el bar de Orlando y sus 49 muertos y más de medio centenar de heridos; Virginia Tech y las 32 vidas truncadas; la pequeña iglesia bautista de Sutherland Springs en Texas con 25 víctimas fatales y hasta un bebé por nacer; el Walmart en El Paso y las 22 personas que allí murieron; los 19 niños y dos maestros de la primaria Robb de Uvalde… lugares diversos convertidos en comunes porque lo peor de la cultura estadounidense se hizo omnipresente con el aporte de sangre joven por buena parte de las víctimas, masacres ejecutadas mayormente por victimarios juveniles y hasta adolescentes.
De las primeras informaciones suministradas por los funcionarios de Kansas City, se conocía que una persona murió y unas 20 habían sido heridas en el tiroteo —la mayoría niños—, y al menos tres de los heridos se encontraban en estado crítico. La policía había detenido a tres personas en medio del caos provocado y la estampida, en un desfile que era presenciado
La pesadilla americana no cesa. Puede que existan números más recientes, pero en 2018, afirmaba la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de EE. UU., los fabricantes en esa nación produjeron 9 millones de armas de fuego, más del doble de la cantidad fabricada en 2008. Durante la pandemia de la COVID-19 creció enormemente las solicitudes para adquirir un arma de fuego.
El tiroteo de este 14 de febrero, el del desfile de la victoria del Super Bowl para los fanáticos del Kansas City Chief, se inscribe como el número 48, según Gun Violence Archive, cuando solo han transcurrido 45 días de este año bisiesto. Y CNN, afirmó que en Missouri, desde 2013 han ocurrido 154 tiroteos masivos.
Todos en ese país saben que esa tenencia de armas en manos civiles contribuye a la violencia sin justificación, aunque tiene caldo de cultivo en el proceder de una nación que resuelve sus contrariedades y diferencias con el resto del mundo por la fuerza de las armas en guerras múltiples y hasta perennes.
No hay un lugar seguro en Estados Unidos, como tampoco lo hay en la Gaza arrasada por Israel, el brazo que enarbola las armas Made in USA y aprieta el gatillo en el Medio Oriente.