Presidente cubano recuerda a víctimas de crimen de Barbados. Autor: Estudios Revolución Publicado: 07/12/2022 | 01:16 am
(Versiones Taquigráficas - Presidencia de la República)
Estimada primera ministra, La Honorable Mia Amor Mottley;
Estimada presidenta, Su Excelencia La Muy Honorable Sandra Prunella Mason;
Distinguidas autoridades barbadenses;
Colaboradores, residentes cubanos y amigos barbadenses;
Hermanos caribeños;
Compatriotas aquí presentes:
Nos reunimos ante este histórico monumento, que se irguió en recuerdo a 73 personas, entre ellos 24 adolescentes y un bebé en gestación, quienes fueron víctimas inocentes del primer acto de terrorismo contra la aviación civil en nuestro hemisferio.
Los documentos históricos relatan que el día 6 de octubre de 1976, a las 12:23 horas, nueve minutos después de despegar del aeropuerto en Seawell, a unos 18 000 pies de altura, en la torre de control se escuchó al capitán de la aeronave de Cubana de Aviación, Wilfredo Pérez Pérez, gritar: ¡Cuidado!
Se había producido una explosión en la cabina de pasajeros del avión. Tras unos minutos de maniobra para controlar la aeronave, ocurrió una segunda explosión, el piloto perdió el control y el avión cayó al agua a pocos kilómetros frente a esta playa.
El 7 de octubre de 1976, el Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba, después de realizar una profunda y exhaustiva investigación de los hechos, informó oficialmente que entre los 73 pasajeros que perecieron 57 eran cubanos, 11 guyaneses y 5 coreanos.
Este horrendo crimen fue denunciado en innumerables ocasiones en la Organización de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad. Sin embargo, juicios amañados, absoluciones inexplicables y condenas incumplidas dejaron en la impunidad a los autores de este abominable acto de terrorismo.
El primero de agosto de 1998, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, al asistir como parte de su gira por el Caribe a la develación de este monumento a las víctimas del sabotaje a la aeronave DC-8 de Cubana de Aviación, sentenció: “Lo que nunca podrán imaginarse aquellos que cometen grandes crímenes contra los pueblos en la embriaguez de su impunidad y en el carácter efímero de su poder, es que la verdad siempre se abre paso más tarde o más temprano”.
El pueblo de Cuba no olvida a aquellos que fueron cruelmente inmolados en Barbados y que quedaron inmortalizados en este monumento en las cercanías de la bahía de Paynes.
Un día como hoy, al rendir tributo a los mártires de Barbados, ratifico la más firme condena de Cuba al terrorismo del que hemos sido víctimas, incluyendo el terrorismo de Estado, a la vez que rechazamos la indignante, arbitraria e injustificada inclusión de nuestro país en la espuria lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
Nos acompaña hoy aquí uno de los cubanos que fueron privados injustamente de sus familiares queridos, Carlos Alberto Cremata, para nosotros Tin.
Aquel niño, privado de su más entrañable compañero de juegos, de su mejor maestro, de su guía, canalizó su profundo dolor hacia el arte y creó una compañía de teatro inspirada en el amor. No alimentó el odio, no juró venganza, no pidió “ojo por ojo”.
Su proyecto, la prestigiosa Colmenita, auténtica escuela cubana de arte y de sentimientos donde todos los padres cubanos quieren tener a sus hijos, está inspirada en una sentencia que dejó escrita José Martí en su revista para los niños La Edad de Oro:
Dice Martí: “Tener talento es tener buen corazón; el que tiene buen corazón, ése es el que tiene talento. Todos los pícaros son tontos. Los buenos son los que ganan a la larga”.
Si estamos hoy aquí, junto al joven que fue aquel niño, rindiendo tributo a su padre y a las demás víctimas de un crimen tan deleznable, es porque los buenos ganan a la larga. ¡Cuba salvó al amor de las garras del odio!
Pero, ¡ojo!, Cuba tampoco olvida. Denunciamos, en cuanta tribuna se abra a nuestra denuncia, que el mismo odio de los que garantizaron impunidad a los terroristas mueve a quienes en inaceptable ofensa a las víctimas siguen causando dolor a Cuba al poner su nombre en una espuria lista de auspiciadores del terrorismo.
Este sitio, este memorial, confirma que Cuba solo puede estar en la lista, si existiera, de las víctimas del terrorismo.
Les pido en un momento como este a los cubanos presentes exclamar los versos de Bonifacio Byrne:
“Si desecha en menudos pedazos
llega a ser mi bandera algún día...
¡nuestros muertos alzando los brazos
la sabrán defender todavía!”
¡Gloria a nuestros héroes y mártires!
(Exclamación de: ¡Gloria!)
(Aplausos.)