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EE. UU. y sus banderas falsas

A las puertas de una nueva reunión este viernes entre el Ministro de Exteriores de Rusia y el secretario de estado de EE. UU., la histeria anti rusa de Washington, con foco en una supuesta invasión de Ucrania «por cualquier punto», continua llenando titulares de la prensa occidental

 

Autor:

Juana Carrasco Martín

A pocas horas de la reunión que sostendrán el viernes 21 de enero, en Ginebra, el Ministro de Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, y el secretario de estado de EE. UU. Antony Blinken, la histeria anti rusa de Washington, con foco en una supuesta invasión de Ucrania «por cualquier punto», continua llenando titulares de la prensa occidental, en claro ritornelo de lo que fue la Guerra Fría, que signo peligrosamente el pasado siglo, y la Casa Blanca y sus socios  —o acólitos— pretenden revivir a toda costa. 

«Nuestra opinión es que esta es una situación extremadamente peligrosa. Ahora estamos en una etapa en la que Rusia podría en cualquier momento lanzar un ataque en Ucrania», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, y el Departamento de Estado afirmó que Rusia podría usar ejercicios militares conjuntos en Belarus como cobertura para atacar Ucrania desde el norte.

Tal parecería que estamos en presencia de una situación en la que Rusia es el león y EE. UU. y sus aliados de la OTAN son el mono con las manos amarradas.

¿Cómo calificar entonces los ejercicios militares de EE. UU. y la OTAN en los países fronterizos con Rusia? ¿Acaso no son preparativos para una posible invasión de Occidente al gigante euroasiático, por ejemplo, las maniobras militares masivas realizadas durante 2021 en Letonia y Estonia o la presencia de fuerzas estadounidenses y de la OTAN cerca de la frontera con Rusia en el Mar Negro? ¿Cuál es el propósito de la base militar con la que ya cuenta Washington en la localidad polaca de Redzikowo, a unos 180 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado, y para qué otra en el poblado rumano de Deveselu, a unos 600 kilómetros de la península de Crimea?

Hasta la semana pasada, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo que la comunidad de inteligencia de EE. UU. no había evaluado si Putin se había decidido a invadir Ucrania, pero, sin embargo, dijo sin base alguna que la amenaza era alta.

Lo mejor del caso, o lo peor, es que antes de la reunión del viernes, Blinken visitó este miércoles al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky en Kiev, y algunos medios afirmaban que insinuaría un mayor apoyo a través de más ayuda militar, aunque esa medida exacerbe las tensiones con Moscú. De hecho, Washington quiere ir a las conversaciones en Ginebra, desde una posición de fuerza, como es su costumbre, y enarbolando nuevas sanciones y muchas mentiras.

En medio de la puesta en escena de la tragicomedia en la que acusa a Rusia de buscar una «bandera falsa», Washington se cuida de que no se hable mucho sobre una revelación hecha hace unos días atrás por Yahoo News: La CIA ha estado supervisando un programa de entrenamiento secreto para las fuerzas de operaciones especiales ucranianas y los operativos de inteligencia desde 2015, según avalaron cinco ex funcionarios de inteligencia y seguridad nacional de EE. UU.

El programa lo inicio la administración Obama tras el golpe de estado de 2014 contra el gobierno legítimamente elegido en Ucrania, lo incremento Trump y Biden lo mantienen en ejecución, como se puede constatar por estas revelaciones.

Un ex funcionario de la CIA dijo que EE. UU. está «entrenando a una insurgencia» en Ucrania y que el programa enseña a los ucranianos cómo «matar rusos», aunque decía antiwar.com sobre el tema que otros funcionarios minimizaron el entrenamiento y dijeron que no estaba destinado a fines ofensivos.

El entrenamiento y asesoramiento a las fuerzas ucranianas —supervisado por la Rama Terrestre de la CIA, que es la unidad paramilitar elite de la tenebrosa agencia de espionaje y operaciones sucias de EE. UU.—, se ha llevado a cabo en una base no revelada en el sur de los EE. UU. e incluye capacitación en armas de fuego, técnicas de camuflaje, navegación terrestre y otras áreas, dijeron ex funcionarios a Yahoo. 

No debemos obviar que, desde el golpe de estado ya mencionado, respaldado por EE. UU. en Kiev, Washington ha proporcionado a Ucrania alrededor de 2 500 millones de dólares en ayuda militar, y recientemente un grupo de senadores demócratas presentó un proyecto de ley que autorizaría otros 500 millones adicionales en ayuda militar, además de los 300 millones de dólares que se asignan a Kiev por la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2022.

Que Rusia tiene tropas en su territorio fronterizo con países que se prestan para ejercicios militares que le apuntan amenazantemente, pues está en su derecho soberano. No así, quienes llevan sus tropas a miles de kilómetros de distancia de sus fronteras, allende los mares y extensos territorios de una Europa que debiera propiciar la paz en la región y no ser cómplice de estos juegos bélicos.

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