Thaninga Pandit, embajadora de la República de Sudáfrica en Cuba. Autor: Abel Padrón Padilla/Cubadebate Publicado: 24/05/2021 | 11:03 pm
La Organización de la Unidad Africana (OUA) llega al aniversario 58 de su fundación. Fue en 1963 , cuando las naciones que emergían a la independencia tras largas luchas contra el colonialismo apostaron por construir una unidad de propósitos. La fecha y la celebración hoy del Día de África son motivos para conversar sobre tan importante agrupación de los países africanos y sus relaciones con Cuba, con la embajadora sudafricana, Thaninga Pandit Shope-Linney.
—¿Cuáles han sido los principales logros de la Organización de la Unidad Africana (OUA) desde su fundación en 1963 y su continuación bajo el nombre de Unión Africana (UA)?
—Desde la formación de la Organización de la Unidad Africana en Addis Abeba, Etiopía, en 1963, los líderes africanos trabajaron intensamente por lograr la independencia política para todas y cada una de las naciones del continente.
Para explicar el contexto, la embajadora Thaninga Pandit subraya las palabras del presidente ghanés Kwame Nkrumah durante la declaración de independencia en 1957: «Ghana nunca será libre hasta que toda África sea libre».
«En décadas posteriores se logró la independencia política de varios países, que culminó con la libertad de Sudáfrica 37 años después, en 1994.
Con Sudáfrica, el último país africano en ser liberado, finalmente se alcanzó el objetivo principal de la OUA: liberar al continente del colonialismo y el apartheid. Sin embargo, había surgido un nuevo desafío, y aún mayor: lograr la libertad económica.
«Se celebraron varias cumbres y reuniones ministeriales en preparación para la creación de un nuevo organismo que conduciría a África hacia la libertad económica, el desarrollo sostenible y garantizaría la concreción del Siglo Africano. Esto culminó con la declaración histórica en la Cumbre de la OUA en Sirte, Libia, en 1999, donde los Jefes de Estado y de Gobierno acordaron que el nuevo organismo se denominaría, Unión Africana (UA)».
La diplomática explica que en reuniones ministeriales y cumbres posteriores se tomaron decisiones importantes, y finalmente ocurrió la posterior disolución de la OUA y el inicio oficial de la UA en julio de 2002, en Durban, Sudáfrica.
«Desde entonces, se han producido múltiples acontecimientos positivos en el continente africano. Muchos países han registrado un crecimiento económico constante, los conflictos entre naciones se han abordado y se han reducido considerablemente, y cada vez más gobiernos elegidos democráticamente han llegado al poder».
—Sin embargo, a pesar de todos los logros, África todavía tiene un largo camino por recorrer. ¿Cuáles son los mayores desafíos?
—Lograr un éxito económico constante para todos los países africanos; resolver los conflictos entre naciones, donde aún puedan existir; incrementar el comercio interafricano año tras año, prestando especial atención al desarrollo de la infraestructura, que facilitará el transporte de personas y mercancías entre las naciones.
«Asimismo, abordar los desafíos científicos y tecnológicos que enfrenta el continente, de manera que África también pueda desempeñar un papel importante en el mundo de la ciencia y la tecnología; asumir los desafíos de salud que afligen al continente, con especial énfasis en la COVID-19, malaria, tuberculosis, ébola, por solo mencionar algunos.
«Además, continuar realizando esfuerzos para lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que acelerarán la tarea de reducir la pobreza en el continente africano y por último, alcanzar la Agenda 2063 de la UA, que es un plan maestro para transformar a África en una futura potencia mundial».
—¿Cómo caracteriza usted las relaciones entre Cuba y las naciones africanas a lo largo de seis décadas?
—Cuba siempre ha sido una fiel amiga de África y ha estado al lado de sus naciones en la lucha contra el colonialismo y el apartheid. Muchos cubanos perdieron la vida en el continente, luchando codo a codo con sus hermanas y hermanos africanos.
«Todos sabemos que la Operación Carlota iniciada en noviembre de 1975, cuando el Gobierno cubano, a solicitud del Presidente Agostinho Neto, decidió enviar un contingente internacionalista para salvar a Angola de la invasión de los racistas sudafricanos y la posterior victoria, 25 años después, contra el ejército del apartheid en la batalla de Cuito Cuanavale, fue lo que provocó el comienzo de la libertad para las naciones del sur de África y, finalmente, la libertad para Sudáfrica.
«Debo reafirmar que Cuba ha sido un verdadero amigo de las naciones africanas, incluso después de la liberación, al enviar médicos y enfermeras, científicos, maestros, expertos y especialistas en diversos campos.
«El último ejemplo, reconocido internacionalmente, ha sido la respuesta de Cuba a las necesidades de decenas de países del mundo para luchar contra la COVID-19. Es muy meritorio que un país tan pequeño, que ha estado bajo un severo bloqueo durante más de seis décadas, haya podido enviar a muchos médicos para combatir la pandemia en unos 60 países.
«Esto demuestra —agrega— que, pese a las dificultades enfrentadas durante todo este tiempo, Cuba ha logrado desarrollar su sistema educativo, y hoy puede enviar personal calificado a cualquier nación que necesite asistencia. También es encomiable ver la cantidad de estudiantes de Medicina de varios países africanos y del orbe que se han graduado en instituciones médicas cubanas y los que continúan estudiando en la isla del Caribe.
—¿Cómo evalúa las relaciones entre Cuba y Sudáfrica?
—La relación entre Cuba y Sudáfrica es de «naturaleza estratégica». Cuba ha sido amiga del pueblo sudafricano, desde los días de su lucha contra el racista y cruel régimen del apartheid. Se han documentado las fuertes relaciones de verdadera hermandad que existieron entre Nelson Mandela y Oliver Tambo con el Comandante en Jefe, Fidel Castro».
«Sudáfrica y Cuba buscan constantemente formas de incrementar el comercio. Actualmente existe mucha cooperación entre los dos países, pero esto aún no se ha traducido en mutuas ganancias económicas considerables. El mayor obstáculo comercial es el bloqueo que por décadas le ha impuesto Estados Unidos. Esto ha tenido un impacto severo, no solo en el transporte de bienes y medicamentos entre Cuba y el mundo, sino también en el movimiento de fondos, ya que las transacciones bancarias se ven gravemente afectadas y bloqueadas.
«El impacto del bloqueo sobre los ciudadanos cubanos es desgarrador. Uno solo espera que llegue el momento en que se escuche la demanda que año tras año exige la gran mayoría de los países en las Naciones Unidas: parar el bloqueo y levantar las medidas contra Cuba», reafirmó la diplomática.