Washington, febrero 15.— Si bien la mayor parte de la atención y los recursos gubernamentales en Estados Unidos se han centrado en el enfrentamiento a la COVID-19, la crisis de sobredosis de drogas ha empeorado a medida que la gente lucha contra la pérdida de puestos de trabajo, el aislamiento y las muertes de familiares y amigos provocadas por la pandemia, reportó The Hill.
Se cree que más de 83 000 personas en Estados Unidos murieron de sobredosis de drogas en el período de 12 meses que termina en junio, según los datos más recientes disponibles de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), un número que se considera récord.
Kevin Roy, director de políticas de Shatterproof, una organización sin fines de lucro enfocada en la crisis de la adicción, advirtió del empeoramiento de la situación en todo el país y señaló: «Un reconocimiento de que tuvimos una crisis de salud pública existente antes de COVID es muy, muy crítico porque tenemos que abordarla».
Las alarmas puestas a sonar por grupos interesados en el tema hablan de la persistente falta de acceso al tratamiento del trastorno por consumo de sustancias en todo el país.
«Vamos a resolver la COVID a corto plazo, y esperemos que estemos en el camino para hacer eso. Pero esta crisis de adicciones fue grave y se produjo antes de eso, y solo ha empeorado», dijo Roy.
Tres años después de que el expresidente Trump declarara la epidemia de opioides como una emergencia nacional, y dos años después de que el Congreso aprobara un proyecto de ley multimillonario que respondía a la crisis, una parte sustancial del país todavía carece de acceso al tratamiento asistido por medicamentos, considerado por expertos como el estándar de oro para la atención de adicciones, apunta The Hill.
Tres medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) para tratar el trastorno por uso de opioides pueden suprimir la adicción, reducir o eliminar los síntomas de abstinencia y se han encontrado en ensayos clínicos para frenar el consumo de drogas ilícitas y reducir el riesgo de muertes por sobredosis.
Pero entre los 1,6 millones de personas en 2019 que tuvieron un trastorno por uso de opioides, solo el 18 por ciento recibió tratamiento asistido por medicamentos, según una encuesta de la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y Salud Mental (Samhsa).
Solamente el 42 por ciento de las instalaciones para el tratamiento asistido por medicamentos ofrecen al menos uno de los tres aprobados en 2018 por la FDA (buprenorfina, naltrexona y metadona), según un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental publicado en diciembre pasado, y solo alrededor del 7 por ciento de los profesionales han obtenido la exención que les permite tratar a 275 pacientes con buprenorfina por año, según Samhsa.
Más de 20 millones de estadounidenses tienen algún tipo de trastorno por consumo de sustancias adictivas ilícitas y solo hay 4 400 médicos especialistas en adicciones certificados según la Sociedad Americana de Medicina de las Adicciones.