Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Cumpleaños en zona roja y frente a la COVID-19

Una doctora guantanamera combate el coronavirus desde la primera línea en una sala de cuidados intensivos de Caracas

Autores:

Jorge Pérez Cruz
Esmaile Preval

«Hoy es mi cumpleaños y amanecí triste, aunque me reconforta saber que estoy en la primera línea de combate ante este desafío mundial. Mi familia desde Cuba me da fuerzas. Muchos de ellos se reunieron en mi casa y en la mañana me hicieron una video llamada.  Al principio lloré, pero terminé riendo con las cosas que me decían mis hermanos, a quienes extraño mucho».

Cuenta la joven doctora guantanamera Anaidy Mejías Salas, diplomada en Terapia Intensiva, quien extraña, como es lógico, la costumbre de festejar su cumpleaños junto a familiares y amigos. «Desde temprano, comenzaba la música y los preparativos con el apoyo de todos para pasar un día especial», así recuerda las rutinas de esa jornada.

Este 23 de enero fue diferente. Anaidy estuvo en la sala de cuidados intensivos del Centro Centinela para la atención de casos positivos y sospechosos de la COVID-19, Dr. Ernesto Guevara de la Serna, en Pinto Salinas 1, Caracas.

A esa instalación sanitaria, situada en la capital de la República Bolivariana de Venezuela, llegó «por voluntad propia a cumplir la honrosa misión de contribuir al mejoramiento de la salud del pueblo venezolano, de su gente más desfavorecida», argumenta otra de las razones que la animan.

«Muy temprano mis dos compañeros me cantaron las felicitaciones y eso reconforta. El coronavirus no puede con la fuerza pujante del cubano optimista», lo enfatiza y en sus planes  futuros no incluye la derrota. «Estoy segura de que aplastaremos a este virus», dice y sueña con la materialización de esta fiesta postergada, el abrazo familiar en la Patria, los hijos por venir…

Y el día de su onomástico 29, Anaydi apenas concilió el sueño para seguir atenta la evolución del estado de salud del único paciente positivo de COVID-19 ingresado en la sala de terapia intensiva del CDI y como tantas veces estuvo junto a él aferrada a la defensa de la vida frente a un enemigo invisible y letal.  

Con la satisfacción saltándole entre el rostro y el nasobuco que la protege del potencial contagio, cuenta que su equipo «ha atendido a tres pacientes aquejados de la pandemia. Dos vencieron el reto y recibieron el alta médica, aunque siguen bajo vigilancia epidemiológica».

Nos despedimos de la joven galena guantanamera con el saludo que la contingencia impone. La llamamos heroína y el rubor la invade, prueba de su humilde estirpe. Apura su enmascaramiento para entrar a la zona roja del combate cotidiano y enfrentar al Sars-CoV-2 con la convicción de victoria inculcada por la Revolución y que los jóvenes enarbolan como muestra de continuidad de su obra. 

Estamos seguros que en los municipios de Manuel Tames, lugar de residencia, y de Maisí, que la acogió en el policlínico Patricio Sierralta, aplauden también por ella, agradecidos de su heroísmo, el mismo que caracteriza a los más de 21 000 trabajadores de la salud de Cuba que sirven a los humildes de la Patria de Bolívar frente a los retos de esta enfermedad, filas que se nutren en significativo porcentaje con representantes de las nuevas generaciones.

Y, la doctora Anaydi, que ya ha visto de cerca el impacto de la pandemia en el cuerpo humano, insiste en un mensaje de agradecimiento por los aplausos cubanos de cada noche y de recomendación a quedarse en casa como otra forma de rendir respeto al esfuerzo de quienes la enfrentan en primera línea.  

 

 

 

 

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.