El gobernador del estado de Colorado, Jared Polis, recién firmó una ley restringiendo el precio de la insulina para los pacientes asegurados a copagos de cien dólares al mes. La ley entra en vigor en enero de 2020, convirtiéndose en el primer estado en enfrentarse a los altos precios del medicamento en Estados Unidos.
Este fármaco ayuda a los diabéticos a controlar los niveles de azúcar en sangre, sin el cual pueden morir, perder la visión o sufrir amputación de miembros. A pesar de que el medicamento fue descubierto por Nicolae Constantine Paulescu hace casi un siglo (1921) y la patente fue vendida a la Universidad de Toronto (Canadá) por un solo dólar en 1923, pues sus co-inventores Frederick Grant Banting, Charles Best, James Collip y J.J.R. Macleod deseaban que todos los que necesitaran el medicamento pudieran pagarlo, desde 2012 su precio se ha duplicado para los pacientes con diabetes tipo I y II.
Un informe de marzo de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, afirma que el tratamiento obligado para los insulino-dependientes puede valer entre 600 y mil dólares al como en promedio.
Aproximadamente 30 millones de personas viven con diabetes en Estados Unidos, mientras 1.5 millones reciben nuevos diagnósticos en ese país cada año. Debido a los dramáticos aumentos de su costo, algunos pacientes se quedan sin insulina o racionan las dosis, arriesgando su salud e incluso sufriendo la muerte.
Según datos del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, una agencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, la diabetes es la séptima causa de muerte en ese país, y es la número uno de insuficiencia renal, amputaciones de miembros inferiores y ceguera en adultos.
Un estudio de la Fundación Kaiser Family revela que cerca de 27 millones de estadounidenses no tienen o no pueden costear un seguro de salud, por lo que, generalmente, tendrán que pagar de su bolsillo el coste de las medicinas de prescripción.
La situación condujo al Congreso de la nación a pedir el establecimiento de precios topes y reducir los costos en las compañías farmacéuticas. Pero Colorado es el primer estado en implementar un límite en lo que a sus 400 000 residentes con diabetes se les puede cobrar por el medicamento.
La ley de Colorado no restringirá el precio de los productores de la insulina. Se esperará, por tanto, que las aseguradoras paguen la diferencia.
Esta nueva legislación requiere investigación sobre por qué los fabricantes de medicamentos comenzaron a elevar rápidamente el precio de la insulina en los últimos años, informa el diario Denver Post. También se encarga al Departamento de Derecho que emita un informe de sus hallazgos para noviembre de 2020.
Esto es un paso, bien corto, porque los que no tienen seguro médico continúan en permanente situación de riesgo; no se toca a una industria privada que lucra con la salud de la inmensa mayoría y no solo con la insulina; y es la acción de un estado, entre los 50 que integran la unión, aunque más de 40 ya demandan a las farmacéuticas.