El alarmante saldo de víctimas de la represión israelí a los palestinos que protestan en la Franja de Gaza contra la expropiación de sus tierras y por el derecho a regresar a sus hogares, se agrava por las trabas impuestas a la atención médica.
Uno de los hechos más recientes y condenables fue el asesinato de la enfermera Raza al-Najjar, víctima de un disparo en el pecho hecho a mansalva por un francotirador israelí el pasado viernes, mientras asistía a un herido caído en el suelo.
La enfermera, de 21 años, trabajaba como voluntaria desde que empezaron las protestas de la Gran Marcha Retorno, y su única protección era un chaleco médico que la identificaba como profesional sanitario.
Desde el 30 de marzo, cuando comenzaron los desfiles de manifestantes desarmados en jornadas semanales, cada viernes, al menos 120 palestinos han muerto por los disparos de francotiradores israelíes.
Apostados del lado israelí de la valla fronteriza, fuertemente blindada, que los separa del territorio de Gaza, los soldados armados con fusiles de mira telescópica, efectúan ejecuciones sumarias extrajudiciales, en un ejercicio de cacería de víctimas encerradas en una jaula.
La represión ha dejado, además, un saldo de unos 14 000 heridos, entre ellos 300 de gravedad. La mayoría de las heridas son en los miembros inferiores, dijo el director de hospitales del Ministerio de Salud de Gaza, Abdul Latif al-Haj, quien acusó a las fuerzas israelíes de utilizar balas explosivas.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció el jueves último que enviará dos equipos quirúrgicos y suministros médicos a la Franja de Gaza para brindar atención a los residentes afectados por la violencia reciente, pero esa ayuda resulta insuficiente ante la alta cifra de necesitados de auxilio.
La joven enfermera Najjar, quien alzaba los brazos para mostrar que estaba desarmada, mientras se dirigía en dirección del joven herido que pedía ayuda, no es la única integrante del cuerpo médico víctima de la represión.
El Ministerio de Salud de Gaza reporta la muerte de un médico y cuenta con más de 200 sanitarios heridos.
Ante estos hechos se alzan voces de la comunidad médica internacional para condenar los asesinatos de personal médico, como es el caso del presidente del Consejo General de Enfermería de España, Florentino Pérez Raya, quien refiriéndose a Najjar, condenó «la muerte de una profesional cuya función no era otra que asistir a civiles heridos e intentar salvar vidas humanas» en un espacio fronterizo hostil.
Hay que subrayar como hecho más doloroso aun la muerte de niños palestinos bajo las balas de los francotiradores del ejército israelí. La ONG Save The Children acaba de denunciar que al menos 14 menores han sido asesinados desde finales de marzo.
La organización puntualizó que una encuesta realizada en Gaza arrojó que el 95 por ciento de los niños informa tener sentimientos de depresión, hiperactividad, preferencia por estar solos y agresividad, un cuadro que demuestra los daños sicológicos de la escalada de violencia.
Amnistía Internacional indicó que, entre los heridos desde el viernes 30 de marzo, se cuentan 445 niños, 21 miembros de los equipos de emergencia de la Media Luna Roja Palestina y 15 periodistas.
Según el Ministerio de Salud en Gaza, unas 1 236 personas fueron alcanzadas por munición real. Otros han resultado heridos por balas de goma o tratados por la inhalación de gases lacrimógenos lanzados por aviones no tripulados (drones), un nuevo método ensayado por el ejército israelí con los palestinos.
Por otra parte, el Ministerio de Salud de Gaza advirtió sobre el deterioro de la situación de salud causada por el descenso significativo de medicamentos y de suministros médicos en la Franja de Gaza.
Por último, una nota que revela hasta donde llegan los crímenes de odio y el ensañamiento del Gobierno sionista: más de 30 médicos israelíes recurrieron a los ministerios de Salud y Defensa instándoles a otorgar permisos para que 14 pacientes mujeres palestinas de la Franja de Gaza enfermas de cáncer ingresen a Israel y Cisjordania para recibir tratamiento.
Según la información del periódico The Times of Israel, los oncólogos advierten que retrasar el diagnóstico y el tratamiento puede conducir a la muerte de las mujeres.
Los médicos son integrantes de la organización defensora de los derechos humanos Physicians for Human Rights–Israel.
«No hay justificación para retrasar las solicitudes de los pacientes durante meses», expresaron los oncólogos israelíes, en referencia al inhumano alargamiento de los permisos para tratamientos en hospitales de la Cisjordania ocupada o en el propio Israel, una obligación hacia la población civil del ejército como fuerza de ocupación, según las leyes internacionales.