LIMA, Perú. —El 5to. Foro de Jóvenes de las Américas —que terminó ayer en esta capital— trató de imponer por todas las vías la teoría neoliberal, sostén ideológico del proceso de globalización en curso y manifestación económica, política e ideológica del capitalismo monopolista, pero a los organizadores, quienes están apadrinados por la Organización de Estados Americanos, el tiro les salió por la culata, como decimos en buen cubano.
Quienes lean y consulten la declaratoria de compromiso de esa cita encontrarán en ella, por ejemplo, la inclusión de párrafos que abordan la denuncia de cualquier intento de intromisión e injerencia en los asuntos internos de los países, la necesidad de un Gobierno abierto y participativo, así como la importancia de la transparencia ante fenómenos que enfrentan nuestras naciones, como la corrupción.
Gracias al aporte y al consenso que buscaron los delegados cubanos, fueron eliminadas cuestiones relacionadas con el interés de crear un índice sobre el estado de la democracia en los países del hemisferio, así como de imponer la tripartición de poderes como una visión hegemónica y la pluralidad de partidos para que exista democracia. Todo ello se logró a pesar de que representantes de la autotitulada Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, que ya había intentado una provocación contra Cuba durante el Diálogo hemisférico el pasado mes de marzo, trataran de sabotear la participación de nuestro país. Como demostración del reconocimiento que tienen aquí los jóvenes de la Isla, Raúl Alejandro Palmero Fernández, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, fue seleccionado como vocero del grupo de trabajo Gobernabilidad democrática y corrupción, para exponer los resultados ante el plenario en la jornada final del evento.
Su intervención en la sala —donde se reunieron más de 200 jóvenes de 35 países—, y la precisión en cada una de las ideas, aunque se trataba de un espacio meramente formal, fue destacada por jóvenes de varios países. Sin embargo, no podemos olvidar que este foro está diseñado especialmente para promover la iniciativa privada, la ampliación de los programas externos e injerencistas enfocados hacia los jóvenes y la promoción de «agentes de cambio» en sus países.