A comienzos de marzo se aferraba a la silla presidencial como lapa en un arrecife y negaba, una y otra vez, sus vínculos con la contratista brasileña Odebrecht, cuando era ministro de Economía en el Gobierno de Alejandro Toledo. Pero la ola de rechazo a su presencia corrupta se lo acaba de llevar.
Pedro Pablo Kuczynski, presidente de Perú hasta aproximadamente el mediodía de este miércoles 21 de marzo, ha renunciado al cargo antes de que este jueves el Congreso de la nación inca —controlado por sus enemigos políticos de Fuerza Mayor, el partido que lidera Keiko Fujimori—, probablemente le extendiera la cesantía por «incapacidad moral».
El diario peruano El Comercio informó que Kuczynski comunicó al Consejo de Ministros su decisión, luego de que el martes líderes del mayor partido de oposición difundiera audios y videos en los que se escucha al ministro de Transportes y Comunicaciones, Bruno Giuffra, y a los congresistas del bloque de Kenji Fujimori —hermano de Keiko, con lo que se vislumbra incluso una disputa familiar— ofrecer el apoyo del Gobierno para obras públicas en sus distritos a cambio de rechazar la destitución presidencial. En el toma y saca de los ministros y congresistas lograban que Alberto Fujimori fuera indultado de su pena carcelaria de 25 años por corrupción y crímenes de lesa humanidad.
Ese «me voy antes que me echen» ejecutado por PPK (como se le conoce por las siglas de su nombre) se produce en una circunstancia muy especial para el continente, pues Perú es anfitrión de la controvertida Cumbre de las Américas, de la cual el dimitente —junto a otros pocos mandatarios de dudosa legitimidad— tachó al presidente venezolano Nicolás Maduro de la lista de quienes tienen derecho a estar presentes. Una sucia maniobra que atenta contra la integración de la América Nuestra, de la que no es ajeno el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.
Como se ve, cuando la escoba intenta limpiar la casa, hay de todo debajo de la alfombra… y esto es algo del polvo que aparece a la vista.
Odebrecht, cuyos manejos empresariales han comprometido a políticos de varios países del continente, reveló en el caso peruano que aportó financieramente a Kuczynski y a las campañas electorales de al menos cuatro presidentes o aspirantes presidenciales de esta nación andina: Ollanta Humala, Alan García, Alejandro Toledo y Keiko Fujimori. Es evidente que la empresa apostaba al seguro para ganar contratos de obras públicas.
En cuanto a PPK, reconoció a la contratista haber pagado casi cinco millones de dólares por asesorías a empresas ligadas al presidente cuando era ministro de Toledo.
Pero las muchas triquiñuelas que se descubren, tendrán más secuelas y consecuencias. Sobre los recientes videos publicados, ya los representantes de diversos partidos acordaron iniciar el proceso de desafuero de los parlamentarios protagonistas del escándalo, y el ambientalista Frente Amplio anunció que los denunciará por asociación ilícita para delinquir.
Por lo que parece, no solo el Jefe de Estado dejará su cargo, pues resulta inminente la expulsión del Congreso de Fujimori y sus seguidores Bienvenido Ramírez y Guillermo Bocángel, y también se mencionan, en su calidad simultánea de congresistas, a la primera ministra, Mercedes Aráoz, y el titular de Vivienda, Carlos Bruce.
La puerta del escándalo apenas esta entreabierta y así, el conservador de 79 años y exbanquero de Wall Street, quien pretendió erigirse en juez contra Venezuela, por falta de moral y por corrupción se queda en el umbral de la 8va. Cumbre de las Américas, donde tenía planeado reunirse con su homólogo estadounidense Donald Trump, quien ha perdido otro peón entre la derecha reaccionaria de la región.