Niños palestinos en su peligroso viaje a la escuela. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:48 pm
La carretera principal que une las localidades de Tuba y Maghayir al-Abeed con At-Tuwani, en el sur de las colinas de Hebrón, está llena de peligros. Colonos israelíes vigilan a los niños palestinos para atacarlos a palos, a pedradas… con lo que sea.
Estos infantes no tienen un minuto de paz. Cada mañana, cuando van a la escuela, y en las tardes, en el regreso a casa, son presas de violentos agresores, como lobos, siempre al acecho.
El pasado jueves, dos colonos atacaron con piedras a cuatro niños y una mujer, madre de tres de ellos, cuando volvían a casa después de una jornada de estudios en la escuela de At-Tuwani. Una pequeña de siete años resultó con graves heridas en la cabeza.
Esta es una realidad que se repite a diario. De nada sirve la escolta militar establecida por las autoridades de la ocupación con el supuesto objetivo de cuidar a los niños en su viaje de ida y vuelta de la escuela. Frecuentemente, los pequeños pierden largas horas esperando a los soldados, de modo que llegan muy tarde a clases.
Asimismo, de manera regular no le proveen una escolta completa, y los infantes tienen que caminar sin acompañamiento por zonas contiguas a edificios de colonos y propensas a ataques.
En ocasiones, los soldados ni llegan, y la caminata, de entre 25 y 30 minutos dura hasta dos horas, porque los escolares deben tomar rutas alternas por caminos rocosos y empinados. Aún así, no logran escapar de los ataques de los ocupantes.
Christian Peacemaker Teams y Operación Dove, grupos internacionales de paz no violentos que mantienen una presencia en At-Tuwani y en las colinas del sur de Hebrón y documentan estas agresiones, han asegurado que los soldados rara vez salen del jeep cuando los colonos atacan a los niños, y a los que dejan de escoltar antes de pasar por los asentamientos de israelíes.
Pero el terror y la tortura psicológica también los infligen estos militares. No les basta con que los niños tengan que caminar bajo un intenso sol mientras ellos se transportan en sus jeeps, sino que, conscientes de lo aterrorizados que viven estos infantes, apuran el paso, y los pequeños tienen que correr detrás de esos aparatos.
Quizá lo menos peligroso para estos niños sería transportarlos en un autobús, pero las autoridades militares que dicen estarlos protegiendo con unos cuantos soldados, se niegan a aceptar las solicitudes al respecto.
No se puede esperar otra respuesta. Son los mismos gendarmes que detienen y golpean a los niños palestinos, cuando estos se enfrentan al hostigamiento sionista.