Miles de venezolanos apoyaron el llamado a la paz y contra la violencia fascista, lanzado por el Gobierno bolivariano. Autor: Yaimí Ravelo Publicado: 21/09/2017 | 05:45 pm
CARACAS, Venezuela.— El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció nuevos intentos de desestabilizar el país, como parte de un plan de golpe de Estado orquestado por líderes reaccionarios de la derecha.
Ante miles de personas congregadas en la avenida Bolívar —las que marcharon previamente por la paz desde Plaza Venezuela—, el dignatario reveló que entre los proyectos macabros de los grupos fascistas de la oposición se encontraba concentrar 1 500 personas en Chacao (municipio del este) y enrumbarlas a la toma violenta del Palacio de Miraflores, sede de la Presidencia de la República.
El Jefe de Estado también advirtió que esa minoría recalcitrante viene maquinando la idea de pagar a jóvenes de los barrios para que, haciendo de pistoleros, cometan asesinatos en lugares públicos o lleguen a atentar contra la vida del propio Presidente.
Ante ese escenario, dijo, todo el pueblo debe estar alerta, con la guardia alta, tomando la calle, pero también estudiando y trabajando, sin apartarse del propósito fundamental de construir la Revolución.
«Llamo a la juventud de los liceos, de los barrios, a la clase obrera, a todo el pueblo a la calle para conquistar, consolidar la paz en la calle; calle y más calle para que haya paz y más paz», recalcó Maduro a los presentes, entre los que también se encontraban ministros, diputados y altos jefes militares.
El Presidente acotó que los intentos desestabilizadores son apoyados abierta o solapadamente por consorcios mediáticos nacionales e internacionales; y en esa cuerda reafirmó la decisión soberana de sacar del aire al canal colombiano NTN 24, el cual promovió la violencia y el caos durante los hechos del 12 de febrero, que terminaron con tres muertos, 66 heridos y destrozos en varias instituciones públicas.
Bajo un sol inclemente, que no menguó el entusiasmo de la concurrencia, Maduro se refirió a otras acciones vandálicas ocurridas el viernes al este de Caracas, en las que resultaron atacados con bombas Molotov y piedras varios autobuses, acontecimientos que provocaron heridas a trabajadores y clientes de esos servicios.
Por eso llamó a los alcaldes opositores de Chacao, Baruta y Sucre, y también al derechista Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda (al que pertenecen tales municipios), a garantizar la paz y la tranquilidad de esos territorios.
En ese sentido, enumeró varias líneas de Metrobús que fueron suspendidas de manera temporal en el este de la capital para preservar la integridad de los usuarios, una medida gubernamental que fue largamente ovacionada por la multitud presente.
Durante el discurso dejó claro que la actual coyuntura refleja el enfrentamiento entre dos modelos: uno socialista que busca la paz, el bienestar y la prosperidad de la nación, y otro que persigue el capitalismo mediante la destrucción, el caos, el malestar y la violencia, cuyos partidarios son cobardes y utilizan como carne de cañón a jóvenes sin madurez.
Además, subrayó que no se permitirá, como en días pasados, que personas deseosas de generar molestias y descontento cierren autopistas o avenidas.
Otra postura reafirmada en su alocución sabatina es que ninguna persona que se vista de color rojo y salga con un arma a la calle a matar puede nombrarse revolucionaria o chavista, porque los revolucionarios —expresó— están llenos de sentimientos de amor, cordialidad, paz, esperanza y respeto a la vida.
Al finalizar, el mandatario enfatizó que Hugo Chávez había pronosticado posibles escenarios parecidos al actual cuando se despidió del pueblo, el 8 de diciembre de 2012; de manera que están más vigentes sus palabras cuando en esa fecha pidió unidad, lucha, batalla y victoria.