Los representantes de la insurgencia también se pronunciaron porque una Asamblea Constituyente refrende el acuerdo que se adopte. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:29 pm
La delegación de las FARC-EP en La Habana dio a conocer la aspiración de que el Gobierno colombiano presente sin dilaciones propuestas de solución «pensando en el bienestar de las mayorías» y «no de las élites latifundistas», al tiempo que pidió la presencia en la Mesa de conversaciones de paz del ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan Camilo Restrepo, para «sustentar» la Ley de Tierras y Desarrollo Rural que se debate en Colombia.
Las posiciones fueron dadas a conocer en comunicado leído por Jesús Santrich al iniciarse el segundo día de conversaciones para la paz después de su reinicio la víspera, y cuando se sigue abordando el punto Uno de la agenda acordada, relacionado con la Política Agraria.
Algunas horas después, sin embargo, en un comunicado circulado por la oficina de prensa de la representación gubernamental en las conversaciones, el titular colombiano de Agricultura respondió recordando que, según lo establecido, son los propios voceros quienes «reaccionan, opinan y dan declaraciones frente a las propuestas de una y otra parte», y señaló que su «participación como Ministerio de Agricultura está sujeta a un marco de discreción, que es la más conducente.
«Sobre los temas específicos expuestos por las FARC no entraré en comentarios puntuales», dijo, porque «estos son del resorte» de los representantes del Gobierno encabezados por Humberto de la Calle, y considero como “de avanzada”, “audaz” y “nueva” la política agraria que el Gobierno quiere impulsar «haya o no negociaciones con las FARC», y lo que se hará, dijo, «respetando el derecho privado, respetando la propiedad y respetando los derechos adquiridos de buena fe».
Al respecto, el mensaje de los representantes de la guerrilla había considerado que la Ley de Tierras y Desarrollo Rural entregará mayores concesiones a los terratenientes y rentistas, y se preguntaba si «nuevamente se van a escamotear las opiniones y los anhelos de la gente del común», con lo que el debate sobre el tema en la Mesa sería «el amargo capítulo de otra farsa más».
Las FARC-EP también estimó que una Asamblea Nacional Constituyente debería refrendar el acuerdo que se adopte, y consideró que para llegar a él deben ser ampliadas las vías habilitadas de modo que la ciudadanía aporte con sus criterios al diálogo, y «garantizar la más activa participación y decisión de la población colombiana».
El texto también criticó las que llamó «declaraciones mentirosas» del hermano mayor del presidente Juan Manuel Santos quien, dijo, «rompiendo el pacto de confidencialidad, aprovecha su condición de ex plenipotenciario designado para difundir versiones distorsionadas de los hechos que antecedieron al Acuerdo General de La Habana, y hasta para descalificar a parte de los voceros insurgentes», así como denuncia «la intensa guerra mediática desatada contra las FARC y el proceso».
Estos asuntos, advierte, «mezclados con el ambiente y los afanes electoreros», pueden «hacer daños irreparables al proceso de diálogos».
La guerrilla también reiteró que busca mediante el diálogo caminos incruentos de solución a los problemas que vive Colombia y advirtió que no llegó a la Mesa para firmar un acta de capitulación, al tiempo que aseveró que seguirá insistiendo «en la necesidad de que el Gobierno genere un mejor ambiente para la paz».
Al iniciarse el segundo día de trabajo de la Mesa luego de un receso de más de 20 días, los delegados del ejecutivo no formularon comentarios a la prensa.