Perú vivió una intensa semana en la que la decisión solidaria de cancelar la visita de una nave de guerra inglesa, dio pie a una ofensiva política y mediática conservadora y a la injerencia británica en el conflicto, informa PL.
La crisis parece amainar luego que, ayer, el canciller, Rafael Roncagliolo, convocó al embajador del Reino Unido, James Dauris, en medio de un creciente malestar por actitudes injerencistas de la potencia europea.
Aunque el ministro no dio detalles de lo analizado, fue llamado para tratar en la vía diplomática informaciones en torno a la suspensión de la visita al vecino puerto del Callao, de la fragata HMS Montose.
En el tema, la embajada británica es objeto de duras recriminaciones diplomáticas, políticas y periodísticas, por haber criticado la determinación peruana en un comunicado de prensa que contradice la versión local de los hechos.
La nota fue enviada a la prensa cuando Roncagliolo informaba a puerta cerrada a una comisión parlamentaria sobre la suspensión de la visita de la fragata inglesa, medida anunciada el lunes último.
Según trascendió, el canciller indicó que, ante el aplazamiento de la visita -gestionada por el Ministerio de Defensa a instancias de mandos conservadores de la Armada, según fuentes cercanas al Ejecutivo-, intentó concertar con Dauris la cancelación, pero no obtuvo respuesta y el gobierno tomó la decisión.
La suspensión consideró la solidaridad histórica de Perú con Argentina en su reivindicación sobre las Islas Malvinas -el país aportó aviones y misiles a Buenos Aires en la guerra de 1982- y los compromisos de Unasur recién ratificados en el mismo sentido.
Otro factor fue la exacerbación del conflicto diplomático y la demanda regional de una solución negociada sin elementos de fuerza, contexto en el cual no era pertinente la presencia de un buque de guerra inglés en la región.
También el viernes, un bloque formado por una amplia mayoría del Congreso de la República cerró filas con la decisión gubernamental de cancelar la conflictiva visita.
El bloque, integrado por las bancadas del oficialismo y su aliado Alianza Parlamentaria, así como por la del grupo conservador Solidaridad Nacional, invocó la unidad y la soberanía nacional para rechazar la pretensión de una minoría conservadora de censurar al canciller.
El frente dejó aislada la beligerancia de las bancadas minoritarias de seguidores del expresidente Alberto Fujimori -preso por corrupción y delitos de lesa humanidad- y del tradicional Partido Aprista, del exmandatario Alan García que, en los hechos, se alinean con el Reino Unido y cuestionan el apoyo a Argentina.
El pronunciamiento de las tres fuerzas señala la necesidad de la unidad nacional, más aun cuando el país está inmerso en un proceso de límites marítimos con Chile en la Corte Internacional de La Haya.
Reconoce que la política exterior es atribución exclusiva del poder ejecutivo y debe ser apoyada en forma unánime, al margen de diferencias en el debate internas.
En un balance de la crisis, el vicepresidente peruano del Parlamento Andino, Alberto Adrianzén, advirtió que tras la algarada conservadora y la intromisión británica hay una campaña para quebrar a la Unión de Naciones de América del Sur (Unasur), cuya presidencia asumirá Perú en noviembre próximo.