GINEBRA, febrero 28.— Cuba advirtió este martes que una guerra civil en Siria, o una intervención de fuerzas extranjeras, pueden imponer graves consecuencias para toda la humanidad y, en particular, para la convulsa región del Medio Oriente.
Al hablar en el debate del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la nación árabe, el embajador cubano Rodolfo Reyes, afirmó que su país apoya la búsqueda de una solución política a la crisis actual, con pleno respeto a la soberanía e independencia de Siria.
Reyes calificó como particularmente alarmantes los llamados de aquellos que promueven un cambio de régimen y apuestan por el uso de la fuerza y la violencia, en lugar de contribuir al diálogo y la negociación entre todas las partes.
«El papel de la comunidad internacional, en este momento de dificultad de un Estado miembro de la ONU, es prestar ayuda para salvaguardar la paz y la estabilidad en ese país, no incitar a acciones que provocan la muerte, el delito, las agresiones a personas inocentes y la inseguridad ciudadana», dijo.
«Cuba comparte la preocupación por las pérdidas de vidas inocentes en cualquier parte del mundo. Pero nuestro país rechaza categóricamente que se les intente atribuir selectivamente, de conformidad con los intereses de un grupo de potencias», expresó.
Hacerlo, dijo, solo propicia la intervención extranjera y las aventuras bélicas, que siembran la destrucción y multiplican las muertes.
El diplomático cubano alertó que no son los derechos humanos la motivación genuina de este nuevo debate en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Señaló diversos ejemplos para demostrarlo, entre ellos la postura de algunos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el Medio Oriente y los injustificables bombardeos a que dio lugar la manipulación de la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad.
Reyes citó también la matanza de civiles inocentes, el asesinato de un jefe de Estado y la aceptación y el silencio cómplice frente a las acciones de Israel contra el pueblo palestino.
Teniendo en cuenta las experiencias y precedentes a partir de casos recientes, en los que se ha evidenciado la manipulación de la Carta de la ONU y el doble rasero en la conducta de Estados Unidos y otros miembros de la OTAN, reiteramos nuestro rechazo ante cualquier intento de socavar la independencia, soberanía e integridad territorial de Siria, declaró el embajador cubano.
Cuba reitera que la cooperación internacional, basada en los principios de objetividad, imparcialidad y no selectividad, es el único camino para la promoción y protección efectivas de todos los derechos humanos.
Al mismo tiempo expresa su confianza en la capacidad del pueblo y del gobierno sirio para resolver sus problemas internos, sin injerencia extranjera, y exige el pleno respeto a la libre determinación y a la soberanía de ese país árabe.
Por su parte, Siria abandonó la reunión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU donde se analizaba la situación en ese país y denunció el objetivo de apoyar a los grupos armados y propiciar la intervención extranjera.
«El único objetivo de este período de sesiones es atizar las llamas del terrorismo y potenciar la crisis en mi país con medidas de apoyo a grupos armados», dijo el embajador de Damasco, Faisal al-Hamwi, antes de salir de la sala.
Al-Hamwi calificó como «estéril» el debate y alertó que, detrás de la presión internacional para que se permita la entrada al país de organizaciones de asistencia humanitaria, está el deseo de una injerencia militar para propiciar un cambio de gobierno.
Advirtió de que las «graves distorsiones del concepto de la protección humanitaria y la protección civil» han servido de argumento a algunos países en el pasado para «encubrir intervenciones armadas flagrantes».
«Estamos ante un plan preestablecido para atacar al Estado sirio y sus instituciones bajo el pretexto de las necesidades humanitarias», agregó el embajador.
Reiteró que si alguien quiere ayudar a Siria, debe «dejar de incitar y alentar el sectarismo y de suministrar armas y fondos a grupos armados, enfrentando a los sirios los unos contra los otros».
En la reunión, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, asumió la misma postura de Occidente de condenar únicamente al Gobierno y no a los grupos armados.
En tanto, la Unión Europea instó a que la Corte Internacional de Justicia intervenga para perseguir lo que denominó «crímenes contra la humanidad» que se están cometiendo en el país árabe, según DPA.
La exhortación coincide con declaraciones de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, calificando al presidente sirio, Bashar Al-Assad, como un criminal de guerra, en una comparecencia ante el Senado de su país.