Luego de seis años de colaboración con la Isla el panorama de Timor ha cambiado considerablemente. Foto: Calixto N. Llanes Autor: Calixto Ferral Publicado: 21/09/2017 | 05:04 pm
—¿Cuál es tu nombre?, preguntó el Presidente al joven, inmediatamente después de escucharlo.
—Fidel Castro, respondió seguro.
Todo ocurrió en una comunidad de las más aisladas de la República Democrática de Timor-Leste. El entrevistado lo narró durante el diálogo con JR para ilustrar lo que significa Cuba para su país. Incluso tan lejos, no solo la gente conoce a Fidel, sino que un joven lleva su nombre con un orgullo trascendental.
La anécdota, contada por el presidente de esa nación y Premio Nobel de la Paz, José Ramos-Horta, sacó sonrisas al dirigente, quien recordó el modo en que bromeó con aquel muchacho y se sorprendió del amor de este por el nombre que lleva. Para Ramos-Horta hay pocos países con la influencia de Cuba, una nación que «nunca tuvo miedo a hablar».
«Esto es muy interesante, porque es un país pequeño, pero que está en la conciencia de la gente… y ese es un importante legado», comentó.
«Cuba ha sido un ejemplo de coraje y dignidad, porque para las sociedades humanas no hay nada más importante que la dignidad», destacó Ramos-Horta, quien ponderó la contribución cubana en todos los continentes.
Pocas horas antes de partir, el Presidente de Timor-Leste aceptó hacer un resumen de su segunda estancia en Cuba después de haber asumido ese cargo. Recién regresaba de un encuentro con estudiantes de su país.
«Ellos son privilegiados, tienen esa posibilidad de estudiar en Cuba, están preparando su futuro para servir a sus comunidades, servir al país y servir a la humanidad», apuntó y recalcó que tienen la obligación de estudiar y ser disciplinados para corresponder el esfuerzo de Cuba con ese apoyo. También se refirió a la colaboración médica, gracias a la cual su país ha logrado reducir los índices de mortalidad.
«Desde 2005 han pasado por Timor-Leste casi 800 médicos cubanos, cada uno en misión de dos años, y han trabajado no solamente en la capital, en el hospital central, sino en los distritos y en poblados aislados que nunca habían visto un médico; esto ha contribuido mucho para bajar la mortalidad infantil, mortalidad posparto», comentó.
Luego de seis años de colaboración y gracias a la ayuda de Cuba, como subrayó, la pequeña nación asiática tiene cumplidos casi todos los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
«A pesar de que solo empezamos en 2004 el esfuerzo, ya logramos casi todos los Objetivos y pensamos avanzar más», dijo.
Nuevas perspectivas
Luego de los primeros resultados, ahora la colaboración entre nuestras naciones avanza con nuevas perspectivas. El Presidente reveló que se concentrarán esfuerzos en la labor educativa con el propósito de librar definitivamente a Timor del analfabetismo.
Asimismo mencionó con orgullo que gracias a los casi 800 jóvenes que se forman como médicos, en unos cinco años su país tendrá por fin unos mil galenos.
«La colaboración con Cuba debe continuar para consolidar la especialización en Medicina, porque ahora termina el curso. Vamos a ver si pueden volver o pueden formarse allá con los especialistas cubanos», expresó.
El Presidente de Timor-Leste reveló que a partir de enero de 2011 su país dedicará parte del presupuesto nacional a los proyectos conjuntos.
«Vamos a corresponder a la profesionalidad y entrega de la cooperación cubana» en vistas, según comentó, de que ahora tienen esa posibilidad.
Para este incansable luchador por la independencia de su pueblo, amigo probado de Cuba, el futuro no pertenece automáticamente a los jóvenes. Y a ellos habló especialmente:
«Pertenece a los jóvenes que hoy estudian, trabajan y tendrán futuro… La juventud pasa y lo importante es la contribución a la formación humana y de la sociedad», subrayó.
«Solamente con estudio acumulado, con mucha disciplina, con convicciones, tenemos futuro, sobre todo hoy, que la humanidad enfrenta retos muy complejos. Hay problemas en todo el mundo, problemas de cambio climático, pobreza, hambre, fanatismo... Por eso es necesaria la prudencia, el estudio, la moderación, la comprensión, la tolerancia, el diálogo».
Su consejo desde La Habana para las nuevas generaciones en cualquier rincón del planeta fue repetido tres veces, cual deseo imprescindible: «Estudiar, estudiar y estudiar».