Un grupo de desempleados trata de obtener información sobre plazas vacantes en Livonia de Michigan. Foto: Archivo. Autor: AP Publicado: 21/09/2017 | 04:52 pm
Tal y como había sido pronosticado cuando Barack Obama ganó la presidencia en medio de una profunda crisis global, el desempleo en Estados Unidos llegó oficialmente a los dos dígitos. Este viernes el Departamento del Trabajo dijo que la tasa en octubre ascendió a 10,2 por ciento y 16 millones de estadounidenses están sin trabajo.
Al alcanzar el porcentaje de 1983 ya se anuncia que seguirá subiendo, y el lamentable número muestra la debilidad de la economía, aun cuando los expertos financieros del sistema se empeñan en hacer ver que lo peor de la crisis ya ha pasado, porque dicen que la economía creció entre julio y septiembre en un 3,5 por ciento.
Incluso el índice de desempleo admitido es una ilusión, puesto que no contempla a los millones que han dejado de buscar trabajo y a quienes tienen empleos de tiempo parcial. Entonces, la tasa llega al 17,5 y algunos hasta hablan del 20 por ciento de desempleados.
La noticia enfría la temperatura de los consumidores que se preveían para la tradicional campaña de fuertes ventas por las fiestas de fin de año, y esto es un freno indiscutible a la supuesta recuperación.
«No descansaré hasta que todos los norteamericanos que quieran trabajar puedan encontrar trabajo», reiteró el Presidente, tras exponer que está firmando una legislación que provee beneficios de desempleo adicionales. Pero los empleadores piensan bien diferente y se mantienen remisos a crear nuevos puestos de labor.
La noria sigue presionando sobre los trabajadores, y de paso, esta crítica situación pone también contra la pared a Obama y a los demócratas para las elecciones congresionales del próximo año, donde se estima que la economía les pasará la cuenta y puede que pierdan una mayoría que no han sabido explotar a favor de «su Presidente», pero como es característica, esos curules votan y actúan según los intereses que representan —y den por seguro que no son los de sus electores, ni los partidistas.
Por tanto, si en 2010 son adversas las urnas para los demócratas, ¿qué esperar para las presidenciales de 2012, con una economía que no avanza por igual en las ganancias de los gigantes de las finanzas que en los ingresos diarios del norteamericano común? Récord nada envidiable: 5,6 millones de esos desempleados llevan ya al menos seis meses sin trabajo, lo que significa que ya van a perder los «beneficios» por desempleo.
Y este noviembre, de tales presagios también tiene otro récord: 22 meses consecutivos perdiéndose empleos, algo que no se veía desde hace 70 años. Malo, muy malo...