TEGUCIGALPA, octubre 12.— El presidente Manuel Zelaya reiteró que «no tengo ninguna confianza en los golpistas» a pocas horas de la reanudación, este martes, del diálogo instalado por la OEA, y en el que representantes del Gobierno y de los usurpadores debatirán el punto esencial: la reinstalación del mandatario en la presidencia.
En declaraciones a la prensa, Zelaya estimó que «va a ser una bofetada contra la comunidad internacional si se niegan a restituir lo que usurparon», y adelantó que si el diálogo fracasa, se mantendrá la lucha pacífica en las calles y se profundizará la crisis.
El Presidente constitucional de Honduras también estimó que los negociadores de los golpistas están «entreteniendo en otros temas» para ganar tiempo mientras llegan las elecciones del 29 de noviembre, buscando su aceptación por la comunidad internacional. Pero estimó que los comicios resultarían un fraude si antes no hay acuerdo, y no serían aceptados.
Juan Barahona, miembro de la representación de Zelaya en las conversaciones y coordinador del Frente de resistencia, advirtió que en tal caso ese cuerpo de masas llamará a la desobediencia civil y a desconocer absolutamente todo el proceso electoral.
Líderes populares ratificaron también su disposición a continuar la protesta si no se restituye a Zelaya, mientras este propio lunes las masas volvían a tomar las calles, ahora explicando a los vecinos las particularidades del momento y a pesar del cerco de la policía antimotines, reportó PL.
Al dirigirse a los congregados y en alusión al encuentro de este martes, Barahona dio a conocer su percepción de que no hay voluntad política de parte de los delegados de Micheletti para encontrar una solución pacífica.
El dirigente popular reiteró que el objetivo fundamental es la restitución de Zelaya. «Si es aceptada (…) saldremos a celebrar, pero si no, vamos a seguir la resistencia en las calles», dijo.
Más confiado, el asesor de José Miguel Insulza y uno de los representantes de la OEA aquí, John Biel, consideró que hoy podría haber «noticias optimistas», y la delegada del régimen, Vilma Morales, manifestó a la AP que «se ha avanzado en un 60 por ciento». Pero los acuerdos alcanzados en torno a la disposición de conformar un gobierno de unidad nacional y no permitir impunidad no significarían nada si no se repone al Presidente, demanda de la comunidad internacional que rechaza el golpe, del mandatario y del Frente de resistencia, y punto principal del Acuerdo de San José que es la base sobre la cual se discute.