WASHINGTON, mayo 15.— El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, concluyó una controvertida semana en materia de derechos humanos, anunciando que mantendrá los criticados tribunales militares en la base naval de Guantánamo, aunque aseguró una moratoria para realizar «cambios» que supuestamente mejoren las garantías procesales de los juzgados.
Las comisiones militares son «apropiadas» para juzgar a «enemigos que violan las leyes de la guerra», afirmó Obama en un comunicado emitido este viernes por la Casa Blanca, apenas tres días después de que adoptara su también muy criticada decisión de no hacer públicas unas fotos de tortura, dijo la agencia DPA.
Por su parte, la presidenta del Congreso, la demócrata Nancy Pelosi, acusó la víspera a la CIA de «engañarla» sobre los métodos de tortura como el ahogamiento simulado (waterboarding), en respuesta a las acusaciones de que ella tenía conocimiento al respecto desde al menos el año 2002.
El anuncio de Obama niega totalmente el compromiso de su campaña electoral de acabar con estos tribunales militares a los que entonces calificó como un «enorme fracaso» de la administración Bush. De hecho, poco después de asumir la presidencia, en enero, Obama había suspendido su funcionamiento hasta el 20 de mayo, añade la agencia noticiosa alemana.
«Este es el mejor modo de proteger nuestro país, a la par que mantenemos nuestros valores más profundos», insistió ahora el mandatario, quien también había prometido cerrar en un año la ilegal base de Guantánamo, donde todavía permanecen unos 240 sospechosos detenidos.
«Estamos profundamente decepcionados», afirmó a la agencia DPA Stacy Sullivan, de Human Rights Watch. «Llevamos mucho tiempo reclamando que los sospechosos de terrorismo sean juzgados en tribunales federales», recordó, y advirtió: «Al final no se logrará ninguna de las ventajas procesales para las que los tribunales militares fueron diseñados y encima se carga con todo el peso moral y político que conllevan estos tribunales».
También el director de la American Civil Liberties Union, Anthony Romero, lamentó la decisión presidencial, calificando de «absurda» la esperanza de que las reformas en las comisiones militares vayan a mejorar las garantías de los juzgados.
«Si los cambios propuestos por la administración ajustan estos procedimientos con los requerimientos constitucionales, no hay motivo alguno para no usar nuestro probado y verdadero sistema judicial. Si no lo hacen, esos tribunales no tienen lugar alguno en nuestra democracia», consideró.
Según las «nuevas reglas» que Obama se comprometió ahora a implementar, estas «garantizarán» que las declaraciones obtenidas usando «métodos de interrogación crueles, inhumanos y degradantes» no serán aceptadas como prueba en un juicio; se «limitará» el uso de rumores o declaraciones indirectas («hearsay»); los acusados tendrán más opciones a la hora de elegir a sus defensores; se garantizarán «protecciones básicas» para aquellos que se nieguen a testificar y, además, los jueces de las comisiones militares podrán establecer la jurisdicción de sus propios tribunales.