Ecuatorianos marcharon por calles de Quito acusando a Bush y Uribe de asesinos. Foto: AP LIMA. —El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseveró que la incursión militar colombiana en su país representa un problema regional, no bilateral, pues sienta un precedente peligroso para todo el área mientras, desde Bogotá, el mandatario Álvaro Uribe anadió tensiones a la crisis cuando anunció que acusará a su homólogo Hugo Chávez ante la ONU por «apoyar» a grupos «terroristas».
Correa presentó la posición ecuatoriana en conferencia de prensa a su llegada a esta capital, donde se entrevistará con el jefe de Estado Alan García, como parte de una acción internacional que lo llevará a otros cuatro países latinoamericanos para explicar la situación creada con el bombardeo a un campamento de las FARC en su territorio, el sábado, que ha sido calificado como masacre, y donde perdió la vida el comandante guerrillero Raúl Reyes.
El Presidente ecuatoriano aseveró que Uribe lanzó el ataque porque quería como trofeo la cabeza de Reyes, un dirigente proclive a los diálogos de paz y los acuerdos para la liberación de rehenes, que incluso estaba en esos momentos en contacto con el gobierno francés, interesado en la liberación de la ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt.
Al responder a las preguntas de los periodistas, Correa demandó excusas sin condiciones de Colombia y un compromiso serio y formal de que nunca más agredirá la soberanía de otros países, así como el desmontaje de la campaña de patrañas acerca de supuestos vínculos de su gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), reportó PL.
Desde Quito, el ministro coordinador de Seguridad, Gustavo Larrea, planteó este martes la formación de una fuerza multinacional de paz para cuidar la frontera de Colombia, si ese país no la vigila.
Al informar a la Asamblea Constituyente de su país sobre los acontecimientos, Larrea recalcó que «el Estado ecuatoriano no es responsable de cuidar la frontera colombiana. Esa es responsabilidad de Colombia», puntualizó.
En tanto, observadores consideraron las insistentes acusaciones de Uribe a Chávez, este martes, como nueva leña al fuego. En declaraciones a periodistas, el Presidente colombiano insistió en que el líder bolivariano «financia a genocidas», en alusión a presuntas cartas halladas en la computadora del comandante insurgente Raúl Reyes, y presentadas por el gobierno de Colombia como «pruebas» de alegados nexos entre las FARC y los ejecutivos de Venezuela y Ecuador.
«No podemos permitir que país alguno, que gobierno alguno, se solidarice y se convierta en cómplice de los terroristas», dijo Uribe, según Reuters.
Sin embargo, tanto Caracas como Quito refutan tales señalamientos, y explican que si hubo algún contacto con la guerrilla, fue como parte de los esfuerzos para propiciar un canje humanitario en Colombia. Precisamente el bombardeo y la incursión colombiana sobre el campamento temporal de las FARC en territorio ecuatoriano siguió a la liberación unilateral e incondicional por parte de las FARC de cuatro ex congresistas.
Según ha denunciado Correa en Lima, lo que pretende el ejecutivo de Uribe es involucrar a Ecuador en el conflicto y desestabilizar a su gobierno, con el afán de que se establezca uno nuevo, al servicio del belicista Plan Colombia.
Desde Bogotá, fuentes militares y policiales de ese país admitieron que el gobierno de Estados Unidos «colaboró» con el operativo de la madrugada del sábado, al brindar información clave, y la administración de George W. Bush ha sido la única que ha apoyado plenamente en sus declaraciones oficiales la acción tomada por Colombia, que ha recibido una amplia crítica internacional por ser violatoria de las fronteras y la soberanía de un país vecino.
Fuentes no identificadas del Ministerio de Defensa y citadas por despachos cablegráficos revelaron que una agencia estadounidense alertó, hace semanas, sobre la existencia de un teléfono satelital usado esporádicamente por Reyes.
El director de la Policía colombiana, general Oscar Naranjo, dijo que «no es un secreto» que las agencias colombianas tienen «una alianza muy fuerte con agencias federales de los Estados Unidos», aunque alegó que la parte operativa del ataque en que murió Reyes fue una «operación autónoma, con procesamiento de la información» suministrada por distintas fuentes.
Medios internacionales de prensa también refirieron un comunicado de las FARC donde se afirma que la muerte de Reyes golpeó seriamente la posibilidad de un acuerdo humanitario en Colombia.
«La alevosía del ataque, la perversidad y el cinismo mentiroso de Álvaro Uribe para deformar las circunstancias de la muerte del comandante Raúl, no solo tensionan peligrosamente las relaciones de este Gobierno con las repúblicas hermanas, sino que golpearon de gravedad las posibilidades del intercambio humanitario», afirmó el texto, según agencias cablegráficas.
Las FARC aseveraron también que Reyes murió en Ecuador mientras cumplía la misión destinada a concretar, a través del Presidente de Venezuela, una entrevista con el mandatario francés Nicolas Sarkosy, para buscar una solución a la situación de Ingrid Betancourt y los demás retenidos por las FARC.