Foto: AFP BAGDAD.— Cientos de miles de iraquíes salieron este lunes a las calles para protestar contra la presencia de las tropas extranjeras en su país, cuando se cumplen cuatro años de la entrada de las fuerzas norteamericanas a Bagdad reportan agencias de prensa.
Al grito de «Muerte a Estados Unidos» y «No a la ocupación», los manifestantes expresaron su repulsa a las fuerzas militares lideradas por Washington, quienes el 9 de abril de 2003 ingresaron a Bagdad y derribaron la estatua del presidente Saddam Hussein en la Plaza de Firdaus, frente a las cámaras de televisión y la mirada atónita de miles de iraquíes que ni imaginaban lo que vendría después.
Ondeando banderas iraquíes rojas, blancas y negras, los manifestantes obstruyeron la carretera de siete kilómetros entre Nayaf y la vecina Kufa y repletaron las calles que llevan a la plaza Sadrayn, el principal punto de encuentro de la concentración.
Según informa Reuters, los manifestantes que procedían también de Bagdad y las ciudades chiítas del sur, respondieron a una convocatoria del clérigo Muqtada al Sadr, quien con su habilidad para reunir a grandes masas, envió una señal al gobierno iraquí y a Washington de que, a pesar de su ausencia de la vista pública, aún es una fuerza a la que hay que considerar.
Las calles de la capital iraquí estaban mayoritariamente vacías luego de que las autoridades aplicaron una prohibición de circulación de vehículos durante 24 horas para prevenir cualquier ataque insurgente, especialmente con coches bomba.
No obstante esas medidas de seguridad, seis personas murieron y otras 15 resultaron heridas en un atentado con coche bomba y sendos ataques en Bagdad y al norte de la capital.
Tales incidentes ocurren en momentos en que el presidente de EE.UU., George W. Bush, marcha en tercer lugar en la lista de mandatarios más impopulares de la historia de Estados Unidos. Según la consultora Gallup, por séptimo mes consecutivo Bush navega por debajo del 40 por ciento de aceptación, debido a su entusiasmo belicista en Iraq y su política presupuestaria, dice PL.
Este lunes, el Pentágono alertó a la Guardia Nacional sobre el posible envío de miles de sus efectivos a la guerra en Iraq, sin cumplir el tiempo reglamentario de descanso.
La medida podría afectar a 13 000 militares, que sustituirían a unidades en el frente de combate. Ello es muestra, según analistas, de la continua sangría que enfrentan las unidades norteamericanas.
La Guardia nacional es una reserva de las fuerzas armadas del país pero el desgaste que causa la guerra en Iraq obligó a los estrategas en Washington a violar la norma de cinco años en casa por cada año de servicio.