Hermanos de habla hispana en África, únicos del continente negro que comparten nuestro idioma, los de Guinea Ecuatorial perciben que legítimamente les corresponde ser el puente entre aquellas australes tierras y América Latina. «Nos sentimos huérfanos en el continente africano», confesó el ministro de Relaciones Exteriores, Cooperación y Francofonía, Pastor Micha Ondo, en una metáfora que tenía mucho de clamor. En medio de una soledad dada no solo por la lejanía de los parientes que, del otro lado del Atlántico, comparten sus mismas raíces culturales, sino por el abandono del mundo industrializado, Guinea Ecuatorial ha encontrado en Cuba una mano que, además de latina, es solidaria y amiga. La colaboración de la Isla les ha permitido avanzar en pocos años más que en toda su historia. Por eso Guinea Ecuatorial valida el criterio defendido en esta Cumbre, de que una vía importante para rebasar la secular pobreza está en la cooperación Sur-Sur. «Hace una década éramos el país más pobre de África y por consiguiente del mundo. Al obtener la independencia, en 1968, contábamos solo con tres médicos. Y únicamente con la ayuda de Cuba, hemos graduado más de cien», ejemplificó el ministro Micha Ondo en encuentro con la prensa. En materia de Educación, los convenios establecidos con la Isla permitirán a su nación acabar con el analfabetismo en los próximos cinco o seis años. También han suscrito con La Habana acuerdos que les ayudarán en el desarrollo agropecuario. En su opinión, esa relación retrata la que debía primar entre los países miembros del Movimiento No Alineado. «La cooperación Sur-Sur es la más eficiente, desinteresada… y también la más barata para muchos de nuestros países», asegura. Está convencido de que es vital que las naciones subdesarrolladas, se den cuenta. Semejante convicción hace que Guinea Ecuatorial abogue porque los No Alineados salgan de esta XIV Cumbre con un plan de acciones marcadas por plazos concretos. Y, también, que tenga la esperanza de que esta cita, amplia y heterògenea, le permita a su país aproximarse más a quienes considera «los suyos». «Esta es una buena oportunidad para recordar que hay un país huérfano en África que necesita su apoyo».